Instituto de Derechos Humanos de la UCA

La necesaria libertad

28/02/2024

Editorial Idhuca

Vivir en un Estado donde no hay ninguna institución independiente ni imparcial significa que no hay garantías de ningún tipo y que los intereses del régimen se van develando tal cual: el propósito nunca ha sido la protección a los derechos humanos, la obtención de justicia ni la reparación a las víctimas.

Esto ha quedado en evidencia en múltiples casos donde se ha instrumentalizado la justicia con propósitos perversos: la persecución política. Para eso, el régimen se ha valido de procesos judiciales y órdenes de captura, queriendo hacer creer que se tiene una “guerra” contra la corrupción o que incluso tienen interés en casos tan lamentables del conflicto armado como de El Mozote, cuando es todo lo contrario.

Esto no solo implica que se responde a caprichos personales o revanchas políticas, sino que es peligroso también para las víctimas, que no obtienen ningún tipo de justicia ni reparación porque son utilizadas a conveniencia del régimen. 

Actualmente, en El Salvador hay personas que están pagando algo que no deben o que no se les está respetando el debido proceso o; en otros términos, un juicio justo. Familias que lloran la detención injusta de su ser querido o incluso su muerte, de las que el Estado no se hace cargo.

En un país sin garantías, nada exime que la siguiente persona detenida sea alguna o alguno de nosotros, solo porque sí. Por ello, no podemos permitir que se abran procesos para aparentar justicia o que se siga silenciando a quienes cuestionan o que ya no son del agrado de quienes tienen el poder, porque nada cambia si permanecemos en silencio.

Quienes lideran el país deben proteger nuestras libertades, no condenarnos cuando no les guste lo que decimos o dejamos de ser relevantes. Unámonos para exigir esa libertad y tranquilidad para nosotros, nosotras y nuestras familias y denunciar las injusticias que se han cometido contra tantas personas que son perseguidas solo porque son un estorbo para el régimen. No podemos permitir que obtengan nuestro silencio a través del miedo y la represión.