Maestría en Teología
Latinoamericana
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Convocadas y convocados por la palabra de Monseñor Romero


A 40 años del martirio de Monseñor Romero, su voz sigue resonando con fuerza e impacto en la vida y el compromiso de muchas personas y comunidades en todo el continente latinoamericano. Algo de este eco se pudo percibir en el diplomado “La voz de Romero para hoy: profecía y esperanza”, desarrollado por la Maestría en Teología Latinoamericana de la UCA en el marco del programa regional del Servicio Civil para la Paz de AGIAMONDO, y del cual participaron aproximadamente 300 personas en dos ediciones.

El 16 de enero se celebró el acto de cierre de la segunda edición, un acto solemne, afectuoso y comprometedor, a pesar de la modalidad virtual; y un acto de memoria subversiva a 29 años de la firma de los Acuerdos de Paz en El Salvador– un acontecimiento que había costado demasiada sangre inocente y demasiados esfuerzos de diálogo para ser calificado como farsa. En el centro del acto estaba el agradecimiento compartido por la palabra de Monseñor Romero, la cual, en tiempos de múltiples crisis -sanitarias, políticas, sociales y ambientales-, parece más actual que nunca. Entre los símbolos presentados por los participantes destacaba un caset: “Es justamente esta herramienta que estuvo muy de cerca de Monseñor Romero, que nos permitió hoy día conocer toda su obra, todo su mensaje, todo su legado, el cual nosotros estamos llamados a difundir” (Mónica Rodríguez). La palabra profética de Monseñor sigue denunciando la idolatría del dinero y del poder que traen muerte y destrucción y continúan empobreciendo el mundo.

Su palabra utópica sigue anunciando y vislumbrando una sociedad según el corazón de Dios, donde reinan la organización social, la solidaridad radical y el cuidado integral. El diplomado abrió valiosos espacios de diálogo, tanto para el análisis de la realidad como también para mapear la esperanza, ya que muchos integrantes dieron testimonio sobre sus compromisos valientes y muy diversos, en la pastoral, en sus barrios, en organizaciones sociales y ambientales, defendiendo la vida, la dignidad humana y la casa común. Normalmente, estos testimonios no se difunden mucho porque las buenas noticias no tienen prensa. Pero aquí se dieron a conocer, como verdaderos testimonios actuales del legado que nos dejó Monseñor Romero. Y resultó que no fue solo su palabra la que animaba a tanto compromiso, sino también su martirio. En esta línea Belky Jiménez expresó: “Me siento enviada a hacer con alegría y bien mi parte, a encarnar el evangelio sin ansiedad del futuro y de los resultados, porque si a mi vida no le ajusta el tiempo para ver el mundo mejor, otros lo verán y lo harán, y mucho mejor que yo.”

Así como esta integrante, toda una comunidad virtual salió animada de la experiencia del diplomado y empujada a seguir el ejemplo de Monseñor Romero – una misión encomendada también por la Hermana Rosa Noemí Ortiz, en su vídeo-mensaje presentado en el acto de cierre: “Vivimos una larga noche oscura, la vida la tenemos amenazada. Actualmente por la pandemia, por el Covid-19, 20, 21, la injusticia social, las violaciones a los derechos humanos, los bombardeos por la mentira y las falsas promesas. Pero tenemos la fuerza espiritual de Monseñor Romero, de nuestros mártires, héroes y heroínas que dieron lo más sagrado que tienen, su vida y que ahora nos lanzan a seguir caminando y a fortalecer nuestra esperanza.” Que la esperanza romeriana esté viva y llena de notas musicales se pudo experimentar en la transmisión de los cantos “Desde Loyola”, “Apolinario Serrano” y “Cristo Mesoamericano”, interpretados por el grupo “Cantando unidos por Monseñor Romero”.

Con estas notas resonando en el oído, los participantes se despidieron para volver a sus lugares y poner a producir el legado de San Romero de América y de toda una Iglesia de mártires, que está más viva que nunca.