Realidad

Revista de ciencias sociales y humanidades
Número 106, octubre-diciembre de 2005.


 
Editorial:
-La UCA en su cuadragésimo aniversario.


  La Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" (UCA) cumplió cuarenta años. No fueron necesarios grandes fastos ni un costoso despliegue mediático para tener presente esa efeméride. Lejos de ello, la UCA ha preferido reflexionar sobre su compromiso con la sociedad salvadoreña y sobre la modalidad que este compromiso debe tomar en la realidad actual.

El compromiso de la UCA es, ante cualquier cosa, universitario. El rector mártir, Ignacio Ellacuría defendía la idea que el compromiso social no desviara a la universidad de su identidad académica. Frente a posturas simplistas, que demandaban un activismo inmediatista, Ellacuría privilegió el papel crítico y cuestionador del poder que la universidad puede y debe desempeñar.

Durante los años que abarcan la década de los setenta y los primeros años de los noventa —que marcan el inicio, la escalada y el desenlace del conflicto armado—, la UCA se comprometió con los cambios políticos necesarios en el país. La Universidad comprendió que las grandes mayorías del país vivían en carne propia los efectos de las injusticias estructurales y por ello puso todas sus energías para contribuir a la erradicación de las mismas. Pero no a través de la violencia, no a través de un derramamiento de sangre cuya principal víctima sería el pueblo. Por eso, una y otra vez —durante la fracasada reforma agraria de Molina, durante la escalada de la represión y la violencia armada, durante los días del golpe de Estado de 1979 y durante la acelerada polarización del país que dio lugar a una guerra de doce años— la UCA insistió en la necesidad de hacer cambios sociales, económicos y políticos. Instó a los dueños del poder a operar reformas, que le dieran a esas mayorías populares un modo de vida digno. Instó, además, a todos los sectores del país, a que optaran por el diálogo para resolver los conflictos, en vez de recurrir a la violencia y al exterminio del adversario. Para quienes veían las cosas en términos simplistas, la escalada de la violencia demostró que las soluciones racionales eran imposibles. Pero, a la vuelta de algunos años, la realidad les demostró que las soluciones violentas eran inviables bajo cualquier punto de vista. Ni un bando ni el otro pudieron ganar el conflicto militarmente. La UCA se comprometió en dar su aporte universitario para la solución negociada de la guerra, propugnando el protagonismo de aquellos sectores de la sociedad salvadoreña que escapaban al esquema polarizado de los bandos en pugna y que querían la paz para El Salvador, es decir, la llamada "tercera fuerza".

En la posguerra, las urgencias del país eran otras. La UCA, que se había comprometido en la búsqueda de la paz, había pagado el precio de esta paz: Seis de sus más prominentes intelectuales, entre ellos, el rector Ellacuría, y dos empleadas suyas, fueron asesinados por un batallón élite del ejército, en 1989. En 1992, el país y la UCA eran distintos. La UCA cambió su perfil político, acentuado en los ochenta por las urgencias del país, y cultivo más su perfil académico. Y no es que en el tiempo de la guerra la UCA descuidara la academia por la polis; al contrario, la UCA era reconocida en el país y en el extranjero por su solidez académica. La UCA de la posguerra realizó muchos proyectos académicos que anteriormente no pudo realizar, dado el clima de violencia política del país. Por ejemplo, pasó de ser una universidad de grados a una universidad de postgrados. Un doctorado y varias maestrías en diversas especialidades, con catedráticos de nivel internacional, le dan una nueva proyección a la universidad. Esto no convierte a la UCA en una universidad elitista, sino que acentúa su compromiso en preparar mejores profesionales para el país. En la medida en que una universidad salvadoreña logra ofrecer mayores espacios de formación profesional, de esta forma se eleva el nivel académico del país. Por otro lado, la UCA ha profundizado en sus investigaciones académicas sobre distintos temas de actualidad: Las emigraciones, las maras, las elecciones, son algunos ejemplos de ello.

En todo caso, hay algo que permanece a través de los años. La nota distintiva de la UCA es su compromiso con la realidad nacional. Esta es, como dijo Ellacuría, su principal cátedra. Alrededor de ella se vertebra el quehacer universitario, un quehacer que, a lo largo de estas cuatro décadas, procura estar a la altura de los tiempos.


Artículos:
-Sergio Arturo Cañas López, "Vida y obra filosófica de Xavier Zubiri, Pedro Laín Entralgo e Ignacio Ellacuría".

Esbozar las entretejeduras biográficas de Zubiri, Laín y Ellacuría obliga a tomar prestada la anécdota en la que, medio en serio y medio en broma, el propio Zubiri asoció el significado de su nombre al destino intelectual de su vida y al sentido último de su propia obra. Así, biblioteca (Apalategui), puente (Zubiri) y casa nueva (Xavier) son símbolos que también son válidos para Laín y Ellacuría, por lo prolífico y fecundo de sus producciones (biblioteca), por sus infatigables esfuerzos por conseguir la reconciliación y la solución negociada a conflictos (puente) y por la laboriosidad creativa con la que nos legaron para el siglo XXI sus innovadoras aportaciones en el quehacer humanista y filosófico, producto de sus prodigiosos talentos (casa nueva).


-Marcelo Correa Schnake, "Algunos aspectos centrales de la filosofía de Ignacio Ellacuría".

El año 2005 se conmemoran dieciséis años de la muerte de Ignacio Ellacuría, filósofo y teólogo de la liberación. Este pensador se destacó, entre otras cosas, por recoger las críticas tanto de intelectuales como de la propia Iglesia a dicha teología. Para atender a estos cuestionamientos, tomó una serie de iniciativas, una de las cuales consistió en hacerse cargo de los presupuestos filosóficos de la Teología de la Liberación en respuesta a la crítica por la utilización de categorías marxistas en el análisis de la historia, con el consiguiente riesgo de ideologizar la reflexión creyente.


-Marcelo Ferrari, "De un dios logificado al Dios sentido de la vida".

Así como en su trabajo sobre la Eucaristía es determinante la consideración metafísica en el nuevo sentido que Zubiri propone, es posible pensar que la teología renueve sus métodos y conceptúe de manera diferente las principales categorías de la fe para que resulten significativas al hombre de hoy. Aunque no sea conveniente quedarse —tal como lo advierte Antonio González— en algunas "aplicaciones", ya que "probablemente es equivocado pensar que la principal aportación de Zubiri a la teología consiste en la aplicación de los conceptos claves de su filosofía a determinados problemas teológicos". Sin ninguna duda resultaría novedoso, pero tal vez erróneo. En esta intervención se tratará más bien de resaltar la importancia que adquiere la relación entre Filosofía y Teología a partir de la publicación de los escritos teológicos de Zubiri, principalmente en El problema teologal del hombre: Cristianismo. Ya que, desde el pensamiento maduro del autor se nos ofrecen pistas para pensar tal relación como diálogo más que como disputa. Porque estamos convencidos de que una de las mayores aportaciones de Zubiri en su original tratamiento del ateísmo es indudablemente su radical adogmatismo, su invitación a clavarnos continuamente el aguijón de la crítica.


-Francisco Javier Ibisate, "En Mar del Plata y en Hong Kong, «la batalla económica que se avecina»".

El presente artículo se inspira en el título de la obra de Lester Thurow, Head to head, cuyo subtítulo español anuncia "La guerra del siglo XXI. La batalla económica que se avecina entre Japón, Europa y Estados Unidos". Del 13 al 18 de diciembre 2005 se celebrará la cumbre de la OMC en Hong Kong, donde volverán a discutirse los puntos pendientes de la OMC de Doha-Qatar, 2001, que siguen siendo una dura batalla económica. En la reunión de Hong Kong se harán presentes el fantasma de las cumbres de Seattle 1999 y Cancún 2003, que fueron un fiasco de la OMC. Algunos primeros artículos nos hacen presagiar que en Hong Kong también se repetirá una dura batalla; varias ONG hablan de consternación, decepción y de traición a los temas del ciclo de Doha. Nueve países emergentes y en desarrollo parecen estar dispuestos a blandir el hacha de guerra. Ahora el subtítulo de Head to head amenaza sobre todo el Tercer Mundo.


-Claudia Carolina Hernández, Jessica Laguardia, Karen Molina y Ligia Pereira, "Impactos de la entrada de China a la OMC en la maquila de confección salvadoreña".

En el presente artículo se valoran los impactos iniciales de la entrada de China a la OMC en la maquila de confección salvadoreña. Para ello, se examinan aspectos de la regulación del sector textil y de la confección a escala mundial, junto a los antecedentes del desarrollo del rubro en El Salvador, China y Estados Unidos.


-Salvador Orlando Alfaro, "Medio ambiente, sustentabilidad y participación ciudadana: una mirada desde la sociología contemporánea".

 Considerando la relevancia que ha ido adquiriendo la cuestión medioambiental en el mundo, sus particulares características en América Latina y especialmente en nuestro país, es que resulta imperativo reflexionar sobre una problemática multicausal, contingente, socialmente emergente y compleja en su solución, producto, precisammente de la multiplicidad de factores que la han generado. De lo anterior resulta obvio que este escenario de complejidad y crisis social, que el sociólogo alemán Ulrich Beck denomina "la sociedad del riesgo", requiere de nuevos esfuerzos e interpretaciones desde la ciencia social.


Perfiles: "Octavio Paz: vocación intelectual y responsabilidad política", por Luis Armando González.
 
Rincón del libro: Luis Alvarenga reseña El Salvador por dentro. Juicio al modelo, 1989-2005.
 
Habla su biblioteca: "Don Quijote en la biblioteca", por Luis Alvarenga.
 


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