PROCESO — INFORMATIVO SEMANALEL SALVADOR, C.A.

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    El informativo semanal Proceso sintetiza y selecciona los principales hechos que semanalmente se producen en El Salvador. Asimismo, recoge aquellos hechos de carácter internacional que resultan más significativos para nuestra realidad. El objetivo de Proceso es describir las coyunturas del país y apuntar posibles direcciones para su interpretación.

    Su producción y publicación está a cargo del Centro de Información, Documentación y Apoyo a la Investigación (CIDAI) de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” de El Salvador. Por favor, asegúrese de mencionar Proceso al utilizar porciones de esta publicación en sus trabajos.

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Año 22
número 973
octubre 24, 2001
ISSN 0259-9864
 
 
 
 
 
 

ÍNDICE


Editorial:  ¿Cómo ven los salvadoreños a ARENA y al FMLN?
Política:  Problemas sociales irresueltos
Economía:  Nuevas medidas tributarias
Comentario:  ¿Terror con terror se paga? (I)
Derechos Humanos:  ¿Muerte a la dignidad?
Documento:  América Latina y el Caribe en el contexto de los atentados terroristas de carácter biológico y químico
 
 
 
 
 
 

EDITORIAL


¿CÓMO VEN LOS SALVADOREÑOS A ARENA Y AL FMLN?

     En El Salvador, lo quieran o no, los partidos políticos son permanentemente evaluados por los ciudadanos: los medios de comunicación se encargan de que así sea. ¿Cómo ven los salvadoreños a ARENA y al FMLN?

      Si de algo puede tenerse pocas dudas es que lo que los salvadoreños ven de ambos partidos está fuertemente influido por lo que los medios de comunicación —sobre todo los más fuertes en el mercado televisivo, periodístico y radial— los hacen ver. El caso de ARENA es singular, pues no sólo cuenta a su favor con medios de comunicación —los más poderosos económicamente— que lo respaldan abiertamente —quizás por coincidencias ideológicas—, sino que el partido ha encontrado en ellos el espacio para hacer de sus preocupaciones estratégicas temas de agenda informativa.

    Dicho de otro modo, ARENA cuenta con un importante espacio mediático para hacer ver a los salvadoreños aquello que conviene a sus intereses. Propietarios de periódicos, de canales de televisión y de emisoras de radio, acompañados de un séquito de periodistas, de colaboradores y de analistas, están prestos no sólo a dar expresión editorial, informativa o reflexiva a lo que sea de ayuda al partido, sino para encauzar las demandas publicitarias emanadas del mismo.

     La embestida mediática favorable a ARENA es de tales proporciones que la gente apenas ve cosas distintas a las que interesadamente filtran a diario los medios de comunicación más poderosos. ¿Qué es lo que se ve de ARENA en estos medios proclives a la derecha o abiertamente derechistas? En la más reciente "construcción publicitaria", se ve a un partido de éxito (económico), unido en sus líneas doctrinarias fundamentales, celoso defensor de la libertad, enemigo del terrorismo, combinación de experiencia y madurez, disciplinado y enemigo del desorden y la anarquía.

    La más reciente renovación del COENA ha sido el eje del relanzamiento publicitario de ARENA: con la llegada de Roberto Murray Meza y los suyos —este es el mensaje a los militantes del partido y a los salvadoreños en general—, el éxito empresarial va a ser compartido por todos, los problemas tenidos hasta ahora en la gestión gubernamental serán superados y las diferencias internas en el partido de gobierno ya no tendrán razón de ser.

    ¿Tienen visos de convertirse en realidad estas expectativas creadas por la publicidad? Es sumamente probable que no, pues ni es realista esperar que el éxito empresarial sea compartido por todos, que la gestión gubernamental mejore o que las diferencias en el partido desaparezcan. ¿Importa que esas expectativas se hagan realidad? Eso es lo de menos, puesto que lo único que importa es que sectores significativos de la sociedad se crean la oferta publicitaria de ARENA. Y, aunque suene descabellado, más gente de lo que se está dispuesto a aceptar seguramente caerá, como en otras ocasiones, en la trampa publicitaria del partido de derecha.

     No se trata, entonces, de lo que sucede efectivamente en ARENA, sino de lo que este partido hace ver a los salvadoreños y de que éstos se lo crean. Desde criterios meramente electorales, es eso lo que cuenta, porque es a partir de lo que se cree —sea verdad o no— que se configuran muchas de las simpatías o antipatías políticas. Hasta ahora, ARENA ha hecho creer a muchos salvadoreños infinidad de cosas sin ningún fundamento real; la más reciente embestida publicitaria se inscribe en la misma lógica de manipulación del imaginario colectivo, sobre el cual se pretende influir con símbolos y eslóganes empresariales.

    La contrapartida de lo que sucede en ARENA es el FMLN. ¿Qué es lo que los salvadoreños ven en el partido de izquierda? Ven disputas interminables, rupturas inminentes, incoherencias políticas, falta de claridad en los planteamientos y desatinos de todo tipo en el desempeño político cotidiano. Los medios de comunicación de derecha son los encargados de hacer que los salvadoreños no se olviden de que el FMLN es precisamente eso: caos, desorden, incoherencias, rivalidades y confusión política e ideológica. No es que todo ello sea un invento de los medios; no es que en el FMLN no haya efectivamente mucho de deterioro institucional.

    Pero los medios de derecha hacen no sólo que los salvadoreños permanentemente vean las manifestaciones de ese deterioro, sino que también "espectacularizan" aquellos aspectos que mejor reflejan la "decadencia efemelenista" y que, de paso, puedan servir de contraste a la imagen publicitaria que se está construyendo en ARENA.

     Mientras tanto, los mismos dirigentes del FMLN hacen que la gente vea lo peor de lo que sucede en el partido. Quizás por ingenuidad o por una mal entendida "apertura" a la sociedad, los dirigentes efemelenistas ponen en manos de los medios de comunicación evidencias de las pugnas existentes en su interior y de sus incoherencias ideológico-políticas que éstos, con el deleite de sus dueños, redactores y colaboradores, trasladan en grandes titulares y a todo color al público.

    Obviamente, cuando se juntan la ingenuidad o populismo efemelenista con la perversidad de los medios de comunicación de derecha los resultados son nefastos para las pretensiones del FMLN de ser visto por los salvadoreños como una alternativa a ARENA. Ejemplos palmarios de ello son tanto la cobertura que los medios de comunicación de derecha hicieron de la dinámica interna del FMLN a raíz de los atentados terroristas en Estados Unidos como del comportamiento y las opiniones de los dirigentes de este partido ante el mencionado acontecimiento. Por una coincidencia feliz para la derecha en su conjunto, el relanzamiento publicitario de ARENA se vio acompañado de una serie de disparates políticos y diplomáticos de algunos dirigentes del FMLN, los cuales fueron convenientemente resaltados por editorialistas, reporteros, fotógrafos y colaboradores de los medios de comunicación de derecha.

    Si a los dirigentes del FMLN les complace más su satisfacción moral que ganar elecciones, allá ellos: siempre seguirán siendo segundones y, en cierto modo, perdedores, puesto que un partido que no aspira a ganar una elección (peor aun, que hace todo para perderla) es un partido que ha fallado en uno de sus propósitos fundamentales. Mientras tanto, ARENA, un partido creado para ganar elecciones, sacará provecho de la renuncia efemelenista a competir en serio por el poder y continuará renovando electoralmente su mandato para regentar, más para mal que para bien, el destino de los salvadoreños.
 

G
POLÍTICA

PROBLEMAS SOCIALES IRRESUELTOS

[Extracto]

    En El Salvador, la frontera que separa las demandas sociales ciudadanas de la dinámica de decisión que orienta las principales autoridades políticas, se ha ido ensanchando de tal manera en los últimos días que se hace necesario mover los mojones y llamar la atención a los responsables sobre el estado de tensión social que se respira actualmente en el país. La actual coyuntura internacional parece haber desviado la atención sobre los problemas sociales que amenazan la tranquilidad y la paz de la ciudadanía.

    En efecto, desde los terremotos de enero y febrero al observador de la dinámica social, económica y política nacional le resulta inquietante la sensación de insatisfacción y de inconformidad que se perfila en el horizonte. Tanto los empresarios de transporte colectivo, como diversos sindicatos y asociaciones gremiales o grupos de ciudadanos movilizados espontáneamente han creído necesario levantar sus voces de protesta. Da la impresión de que el país se desliza hacia la pendiente de una situación de inestabilidad social insostenible. Pero, lo más inquietante de ello es que las autoridades no parecen haberse dado cuenta de la bomba de tiempo que significa la acumulación de tanta insatisfacción entre los diversos sectores sociales.

G
ECONOMÍA

NUEVAS MEDIDAS TRIBUTARIAS

[Extracto]

    Después de una década de reforma tributaria, la situación de las finanzas públicas continúa siendo igual o hasta peor que hace 11 años. En 1990 el déficit fiscal ascendió al 1.2% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que para 2000 llegó a 2.3% y para 2001 se espera que escale hasta un 3.5%.
Sin duda, buena parte del problema se debe a que las fuentes tradicionales de generación de ingresos han desaparecido (inclusive algunas ahora demandan recursos públicos como el caso del café) y, además, a que con la reforma fiscal de ARENA únicamente se hizo un traslado de carga tributaria desde el sector empresarial al sector asalariado.

    El efecto final fue poco significativo. Esto no quiere decir que el sector empresarial no pague impuestos, pero sí que paga mucho menos de lo que pagaba antes de la reforma. Basta con mencionar que, sólo en concepto de impuesto sobre la renta, las empresas gozaron de una reducción de la mitad de sus impuestos debido a que el impuesto a las ganancias les fue rebajado de 50% a 25%.

    En general, la reforma tributaria de ARENA fue de corte pro-empresarial y la visión sobre el manejo de las finanzas públicas no ha cambiado mucho, a juzgar por declaraciones públicas del presidente de la República Francisco Flores y por las recientes propuesta tributarias del Ministerio de Hacienda. Desde su toma de posesión, Flores ofreció "mantener finanzas públicas sanas", a lo que posteriormente agregó medidas específicas como reducir el gasto público, simplificar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) para el sector informal, eliminar las exenciones de IVA a los alimentos y la medicina, crear un código tributario, combatir el contrabando y eliminar la base exenta de 75,000 colones para el pago del impuesto a la renta.

G
COMENTARIO

¿TERROR CON TERROR SE PAGA? (I)

 

No recuerdo que ninguna
civilización haya muerto por
un ataque de duda. Creo
recordar más bien que las civilizaciones
solieron morir por una petrificación
de su fe tradicional,
por una esclerosis de sus creencias.
José Ortega y Gasset


    Frente al acto terrorista más importante —medido éste según cantidad de víctimas y de daños materiales— que han sufrido los EE.UU. en su territorio a lo largo de toda su historia, rápidamente el mundo pudo escuchar la sed de venganza —bajo el eufemístico nombre de represalias contra el o los agresores— en boca del propio Presidente de aquél país, quien de ésa forma creyó representar al imaginario colectivo que transita por entre los norteamericanos. Es altamente probable que así haya sido, sobre todo en el de una mayoría de la población que se define como "blanca, norteamericana y protestante", pero también es probable que no lo haya sido con los millones de inmigrantes y descendientes de estos que no llegaron precisamente en el Mayflower a las costas norteamericanas.

    Quizás, sus palabras tuvieron una raíz altamente contaminada por la emocionalidad que produjo, tanto en él como en muchas otras personas del planeta, el acto de barbarie del 11 de septiembre contra símbolos sensibles a la más cara tradición de su país —la economía y el aparato militar, más un atentado frustrado contra el corazón político instalado en la Casa Blanca— como así también a la matanza indiscriminada de personas de diferentes nacionalidades y grupos culturales que cayeron muertos o heridos por la obra demencial de comandos suicidas que, como tales, se mueven según la voluntad de uno o más titiriteros que los manejan a su arbitrio. Sin dudas que quienes han movido los piolines de los títeres lo han hecho en función de un odio ancestral por todo aquello que signifique el modo occidental de vida que —los estadounidenses— representan a la perfección y, sobre todo desde un odio específico contra la historia de saqueos y matanzas de que se han hecho acreedores durante el Siglo XX. Aunque esto último no justifica ni someramente el acto criminal del 11 de septiembre.

    Sin embargo, las declaraciones posteriores de quien preside a la nación más poderosa del mundo y que a la par se ufana de cumplir un liderazgo semejante sobre el resto del mundo, ya no pudieron estar teñidas de tanta afectividad negativa, sino que debieron ser producto de la fría racionalidad de quien cree representar tal poderío. Caso contrario, lo único que ha de lograr, y que lo logra con creces, es aumentar notablemente el sentimiento antinorteamericano por todas las latitudes del planeta. Si bien es cierto que normalmente a quien detenta poderes omnímodos se le ama y odia simultáneamente en una relación ambivalente por su condición de poderoso, en este caso particular el odio —o al menos el desagrado— tiene raíces profundas desarrolladas por todos lados a partir de matanzas en invasiones o guerras y de la expoliación y explotación económica de los pueblos sometidos.

    Con la declaración de guerra realizada por el Presidente Bush, los norteamericanos corren el riesgo de hacer que aquel sentimiento se incremente en todo el mundo, aunque racionalmente la misma pueda aparecer como una reacción lógica ante la barbarie cometida con los dos atentados terroristas exitosos en las Torres Gemelas de Nueva York y en el Pentágono. Es que el Presidente y su gobierno, incluyendo a los congresistas, creen tener la "verdad" y, esa es una señal de decadencia; como alguna vez dijera A. Camus, "la verdad pulula sobre sus hijos asesinados". En su nombre, los muertos, mutilados, heridos, desplazados y refugiados se cuentan por centenares de millones sólo en el paradojal Siglo XX, el de los más notables avances científicos y tecnológicos y, a la par, el más cruento de una historia que —como la hubiera definido Borges— es la "historia universal de la infamia".

    A partir de su segunda declaración pública, Bush comenzó a mostrar que dentro suyo lleva un vaquero texano, sobre todo cuando casi con una sonrisa —en momentos dramáticos para la nación— afirmó que cuando joven en su pueblo solía ver carteles que pedían la captura de un delincuente definido como enemigo público: "vivo o muerto"; lo cual no hace más que señalar la indiferencia que existe en sus "sentipensamientos" acerca de la vida y la muerte, para él valen lo mismo. A partir de ese punto llamó a la guerra, no solamente a la nación toda sino también al resto de naciones, contra el terrorismo, el mal y los enemigos de la civilización, que él dice representar. Pero no existen condicionantes psicológicos emocionales momentáneos que puedan sacar de sus cabales a aquellos que pretenden liderar. Digamos —en forma moderada y sintéticamente— que su reacción verbal ante el mundo no fue lo que se puede denominar inteligente, ya que no ubicó en el escenario de guerra a un enemigo en particular, sino que de manera vaga lo colocó en una persona: Bin Laden. A lo cual posteriormente se agregaron los países que le pudieran brindar protección a dicho terrorista internacional.

    Por un momento insto al lector a que hagamos juntos un ejercicio intelectual: imaginar el escenario de la Segunda Guerra Mundial con un W. Churchill que clamara ante el mundo apoyo para combatir contra el demoníaco A. Eichman, quien se encargaba con obsesiva paciencia y dedicación —propia de objetivos más loables— de transportar judíos a los campos de exterminio nazis. Nadie en su sano juicio de la comunidad internacional lo hubiera acompañado en la cacería humana propuesta. Si trasladamos tal escena imaginaria a la actualidad ocurre algo semejante, todo el mundo le responde a viva voz que sí, aunque tras bambalinas están diciendo "ni", es decir, en la declaraciones públicas y rimbombantes apoyan a los EE.UU., aunque con condicionamientos, sobre todo fundados en los objetivos de la eventual guerra y básicamente unidos detrás del propósito de "llevar a los responsables ante la Justicia", más que la búsqueda de justicia por mano propia. Asimismo, declararon los miembros de la Unión Europea que han de participar en "acciones selectivas en la lucha antiterrorista", vale decir, no participarán en cualquier delirio bélico.

    En cambio, los cancilleres latinoamericanos nucleados en la OEA servilmente se han prestado a ofrecer cualquier tipo de ayuda a quien es precisamente el causante de la pobreza en la región y sin pedir algo a cambio. En su profunda ingenuidad todos ellos llevaron a la reunión convocada —a tales efectos urgentemente— la secreta esperanza de que algún día los banqueros y financistas norteamericanos —que manejan las políticas del FMI y, por ende, los destinos de nuestros pueblos— se apiaden de nosotros y en gesto caballeresco de quid pro quo, poco habitual cuando se manejan recursos financieros de su lado, resuelvan condonarnos una parte de la impagable deuda externa que tenemos con ellos.

    Asimismo, desde el Lejano Oriente, China se ha comprometido a participar activamente en la lucha antiterrorista, incluso militarmente, para lo cual ya se comprometió a dar información confidencial —y valiosa— dada su extensa influencia en la región; pero, a cambio, ha pedido secretamente dos huesos duros de roer: el Tíbet y Taiwán como botín de guerra. Rusia también acompaña dichos esfuerzos, pero con la secreta esperanza de obtener carta blanca para exterminar a los terroristas chechenos.

    Por otra parte, el gobierno norteamericano en momento alguno se preguntó en voz alta qué habían hecho ellos para merecer tal tipo de perversa agresión. Una conducta políticamente inteligente, por parte de quien tiene el liderazgo mundial, es interrogarse sobre la cuestión. Es por demás ingenuo creer que los ataques terroristas —que no son los primeros, ya que sufrieron otros en embajadas ubicadas en el Este de Africa y en un buque de su "armada invencible"— no son producto del azar ni mucho menos de un odio injustificado salido de la "maldad" intrínseca y satánica de quienes los pusieron en marcha.

    En política internacional no es fácil traslapar —ni prudente recurrir— a las concepciones psicoanalíticas de las fantasías inconscientes que manejan las personas para amar u odiar a sus padres —o a quienes simbólicamente juegan el papel de tales— con independencia de causas objetivas y solamente en función de la resonancia afectiva que han tenido episodios —que tampoco han de ser necesariamente reales, sino que pueden serlo de una fantasía febril infantil— de la niñez, como para llegar a arrastrarlos incluso al parricidio. Y, hasta algo menos de 15 días de ocurridos los ataques terroristas, no se ha tomado conocimiento de que se hayan buscado de parte de los gobernantes norteamericanos las causas objetivas para la existencia de tanto odio, que pueda haber llegado a la desmesura del acto cometido.

    Es verdad, la omnipotencia es un defecto común a los seres humanos y se acentúa cuando está rodeada de un poderío que se cree infinito, tan infinito que se alcanza a imaginar que se es invulnerable a cualquier tipo de reacción por parte de los otros, de los que nos odian. Pero sobre el arcaico sentimiento de omnipotencia —casi rozando la de la divinidad— debe imponerse la reflexión del talento, es decir, el detenerse a pensar y buscar dentro de los vericuetos de la historia, cuanta culpa tiene la víctima para que algún victimario la haya convertido en blanco de su violenta agresión.

    Tengo la convicción de que tal ejercicio de poner en marcha las células grises no se ha hecho aún —ni creo que se hará— porque son sabedores de que encontrarán una larga lista de perversiones propias para con los otros que le harían temblar las barbas a más de un dirigente y analista político norteamericano; y eso no es agradable para nadie.

    Más, aún cuando sea desagradable tal ejercicio para enfrentar al narcisismo que portamos, es necesario realizar tal mea culpa, una introspección, a efectos no solamente de comprender, sino fundamentalmente de reparar parcialmente los daños infligidos a los otros —la mayoría de ellos irreparables, ya que la historia no tiene marcha en reversa en su caja de velocidad, por aquello de que la historia es irreversible— de aquí en más. Y, mientras no se haga tal tipo de reflexión, entonces son esperables las reacciones basadas en la afectividad más que en la racionalidad.

    Cuando las emociones no están equilibradas con la intelección, entonces es esperable cualquier tipo de reacción primitiva y poco civilizada por parte del agraviado, que es a lo que estamos asistiendo en el escenario político mundial. Aunque parezca paradójico, las medidas militares contra los supuestos agresores, tienen el peligro implícito de hacer crecer el ánimo mundial contra los norteamericanos y, lo que es peor, que ese odio se exacerbe a punto tal de que más fanáticos estén dispuestos a inmolar sus vidas en actos semejantes a los que estamos comentando, ya que con actos bélicos que apunten a devorar víctimas inocentes —al igual que las de las Torres neoyorquinas— solamente alimentará la escalada de violencia en forma de una espiral de nunca acabar.
 
 
Colaboración del Dr. Angel Rodríguez Kauth, profesor de Psicología social y Director del Proyecto de Investigación de "Psicología Política", en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de San Luis, Argentina.

 

G
DERECHOS HUMANOS

¿MUERTE A LA DIGNIDAD?

    Contra el brutal hecho se han pronunciado y continúan pronunciándose, dentro y fuera de México, personas e instituciones en una cantidad impresionante. Llenos de dolor, rabia y coraje, lo hicieron ya más de 80 organismos de la sociedad civil que promueven y defienden los derechos humanos en ese país. Con la información que hasta ahora tenemos a la mano, sabemos que otras voces dentro de ese país también se escucharon casi de inmediato, expresando su condena: el recién nombrado Ombudsman del Distrito Federal, la Conferencia Episcopal Mexicana, músicos, literatos, pintores, estudiantes, maestros, intelectuales, dirigentes políticos, presos políticos y gente “común y corriente”.

    Y no es para menos; debería ser lo más normal que cualquiera, con un mínimo de sensibilidad, lo haga cuando uno o varios individuos armados ejecutan a una mujer indefensa, mientras ésta desarrolla su labor cotidiana.  No faltará quien diga en este caso, parafraseando a García Márquez, que se trataba de una “muerte anunciada”. Porque, en realidad, mientras el mundo siga “patas arriba” —parafraseando ahora a Galeano— siempre existirá la gran posibilidad de que la gente que trabaja por humanizar nuestra época sea eliminada de forma violenta. Eso fue lo que ocurrió con Digna Ochoa y Plácido. Por haberlo sufrido, bien conocemos acá en El Salvador ese modus operandi: varios individuos que, al final de la tarde y sin cubrirse los rostros, ingresaron a las oficinas donde trabajaba la víctima en el Distrito Federal y, sin mediar palabra, la ejecutaron dejando —al lado de su cadáver— una nota con amenazas a otras personas que compartieron y aún comparten con ella el sueño de vivir en un mundo más bello.

     Al enterarse del asesinato, ocurrido este viernes 19 de octubre a plena luz del día, el director del IDHUCA envió una carta de protesta y solidaridad a uno de los periódicos más importantes de aquél país. Su texto, publicado el lunes 22, era el siguiente:
 
 
San Salvador sábado 20 de agosto del 2001.

Carmen Lira, directora de "La Jornada". México, D.F.
Presente.

Estimada directora:

    Asombro, cólera y dolor me ha producido la noticia. Acabo de enterarme que Digna fue ejecutada por lo más despreciable que existe en nuestro mundo: el poder egoísta que, para satisfacer su ambición desmedida, atropella los derechos de las personas más vulnerables. 

    En realidad, sus asesinos no fueron los dos pistoleros criminales que le dispararon para acabar con su vida. Ahora les tocó a ellos jalar el gatillo, pero bien pudieron ser otros. Sus verdaderos asesinos son quienes ordenaron y pagaron para eliminar a esa mujer que denunciaba tanto la injusticia producida por el sistema económico que han impuesto, como la violencia que utilizan para mantenerse en el poder y la impunidad en la que se cobijan. Los primeros son, a final de cuentas, piezas sustituibles; pudieron ser ellos u otros. Los imprescindibles dueños del terror son los segundos; esos no pueden ser sustituidos.

    A ustedes, desde los medios de comunicación y las organizaciones sociales, les toca luchar hasta el final para que se haga justicia plena y no a medias. Por la presión que ejerzan, puede ser que entreguen a los autores materiales; así tratarán de evitar que se llegue hasta donde hay que llegar: hasta el conocimiento pleno de la verdad y el castigo de los autores intelectuales. 

    La última vez que conversé con Digna fue en octubre del 2000, en el local de CEJIL en Washington, D.C. Creo que hablamos de su posible regreso a México y de las condiciones en que lo haría. Ahora, me queda ese recuerdo. Pero, además, me queda el ejemplo de lo que a ella le sobró porque lo tuvo hasta en el nombre: el de su dignidad. Dignidad para no ser cómplice —aunque sea por omisión— de cualquier atropello contra las personas más débiles; dignidad para abrazar la causa más linda, como lo es la defensa de los derechos humanos; dignidad para seguir adelante pese a las dificultades, las amenazas y hasta los errores propios; dignidad para morir con dignidad, creyendo en la gente y en su dignidad.

    Con todo lo que quiero y le agradezco al movimiento por los derechos humanos en México, que para mi bien acompañé directamente entre 1984 y 1992, estoy con ustedes ahora y siempre.

Benjamín Cuéllar Martínez

    Esa carta también fue enviada por correo electrónico a varias personas involucradas en el ámbito de los derechos humanos dentro de nuestro país. Algunas, por lógica al no conocerla, preguntaron quién era la víctima y por qué la habían asesinado. Para responder a esas interrogantes, consideramos que la mejor respuesta a ofrecer era el pronunciamiento inmediato del organismo  colega —por pertenecer a la Compañía de Jesús— del IDHUCA en México: el Centro de Derechos Humanos “Miguel Agustín Pro”. En el “Pro”, como se conoce a dicho Centro desde su fundación a mediados de los ochenta, Digna laboró hasta hace cerca de un año. En algunas de sus partes, el comunicado dice textualmente lo siguiente:
 
 
Tuvimos la oportunidad de compartir con Digna, importantes momentos, enfrentando las dificultades y esfuerzos que implica el trabajo de derechos humanos y también muchos momentos de pequeños y significativos logros de los que llenan de sentido esta opción de vida. Somos testigos de su compromiso inquebrantable. Diversas organizaciones nacionales e internacionales se lo expresaron con la Medalla Roque Dalton, el Premio de Amnistía Internacional, el premio que le otorgó la Asociación de Derechos Humanos de la Barra de Abogados de Nueva York, entre otros. Su valentía, generosidad y profesionalismo se mantuvo hasta el final, a pesar de quienes sintieron afectada la comodidad de su actuación impune y arbitraria.

    Desde 1995 y en diferentes ocasiones, junto con Digna, el equipo que integra este Centro, fuimos objeto de hostigamientos, amenazas de muerte e intimidaciones, claramente intencionados a frenar nuestro trabajo, sin conseguirlo. De tales hechos tuvieron conocimiento las autoridades, solicitándoles su esclarecimiento; sin embargo, las investigaciones nunca reportaron resultados.

    Ante la persistente incidencia de ese tipo de hechos y la falta de una respuesta efectiva por parte del Gobierno mexicano, nos vimos en la necesidad de solicitar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, medidas cautelares en favor de los miembros del Centro Pro y especialmente de Digna. Se adoptaron algunas medidas de protección, excepto la de implementación de una investigación efectiva con capacidad de producir resultados. El hecho fue que a pesar de las medidas adoptadas, los actos hostiles continuaron especialmente en contra de Digna, lo cual obligó a la Comisión Interamericana a solicitar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ordenara al Gobierno la adopción de medidas provisionales. Estas medidas estuvieron vigentes de noviembre de 1999 a julio de 2001, fecha en la cual el Gobierno solicitó a la Corte el levantamiento de las medidas, fundando su petición en el argumento de que en los últimos meses no se había presentado nuevas amenazas. Esta petición fue atendida por la Corte, lo que le llevó a ordenar el levantamiento de las medidas como lo solicitó el Gobierno mexicano.

    Las investigaciones nunca reportaron resultados; de todos los hechos hostiles, nunca se identificaron los autores. El único resultado que conocimos ayer, fue que las amenazas que recibió Digna, fueron consumadas.

    Entre las distintas personalidades que han protestado con energía ante el vil asesinato de Digna, se encuentra José Saramago. El Premio Nobel de Literatura 1998, afirmó que si las autoridades responsables no descubren pronto a los asesinos de Digna, “la incipiente democracia en México puede empezar a tambalearse". Y añadió: "El encubrimiento de quienes cometieron el crimen o la impunidad de quienes lo ejecutaron significaría el comienzo de una corrupción nueva que, sin duda alguna, se alimenta en las raíces de la antigua".

    En el mismo sentido se pronunció Emilio Álvarez Icaza, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, al sostener que “el ataque atenta contra el proceso político en México”. No es casual que, como las dos anteriores, todas las mentes lúcidas y comprometidas en el esfuerzo por mejorar este mundo —lo cual pasa por lograr que en él prevalezca el respeto a los derechos humanos y no su violación, la paz y no la guerra, la justicia y no la impunidad— también dirijan sus condenas y advertencias en esa dirección.

    De ahí que Mary Robinson, Alta Comisionada para Derechos Humanos de la ONU, sostenga que el hecho “es más trágico aún pues amenaza con anular las nacientes esperanzas en el país respecto de tener en cuenta, de ahora en más, de forma más seria las intimidaciones y acoso contra quienes defienden los derechos humanos". La funcionaria recuerda que en 1999 conversó con Digna en México y ésta le “habló, a partir de su experiencia en el terreno, de las dificultades a las que estaban enfrentados los defensores de derechos humanos en esa época". Hina Jilani, representante especial del mismo organismo internacional para los defensores de los derechos humanos, exigió al gobierno mexicano el fin de la impunidad y le reclamó castigó para los responsables del crimen, así como garantías reales de seguridad para quienes seguirán en el esfuerzo por el cual Digna entregó su vida.

    El paso del gobierno federal de manos del Partido de la Revolución Institucionalizada a las del Partido Acción Nacional, no alcanza para etiquetar la realidad del pueblo mexicano como algo esencialmente distinto. No se deben cometer allá los mismos errores que en El Salvador, ahora, están echando a perder aquellas grandes posibilidades que, hace casi diez años, se nos abrieron cuando finalizó la guerra. Ni ese cambio que tuvo lugar en México ni los acuerdos de paz en nuestro país son malos en sí mismos. Por el contrario, deben asumirse como buenos; pero eso sí: son insuficientes y reversibles si no se avanza, de verdad, en el combate y la erradicación de las causas que originaron los conflictos sociales no superados.

    En ese marco, la ejecución de Digna debe interpretarse como la dolorosa señal de alerta para una gran familia doliente. Familia integrada por sus parientes carnales pero también por sus colegas del movimiento por los derechos humanos en México y por todas las personas a la cuales nos hermana en todo el mundo, aun sin conocernos, la defensa de la dignidad. Esa señal nos indica que sus indignos asesinos materiales e intelectuales —envalentonados, quizás, por la recién desatada “cruzada antiterrorista” mundial— se sienten fuertes y van a intentar golpear en México y en otras partes. Pero igual que siempre, están destinados a perder si las víctimas de la impunidad y otras formas de injusticia suman voluntades y recursos para derrotarlos. De actuar así abajo y adentro, ante quienes restan y dividen arriba y afuera, nunca podrán matar la dignidad.
 

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DOCUMENTO

 
Transcribimos a continuación el informe de coyuntura  "América Latina y el Caribe en el contexto de los atentados terroristas de carácter biológico y químico", elaborado por el Sistema Económico Latinoamericano (SELA), Caracas, 19 de octubre de 2001

AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE EN EL CONTEXTO DE LOS ATENTADOS TERRORISTAS DE CARÁCTER BIOLÓGICO Y QUÍMICO




Introducción

    El SELA realiza este evento por constituir un espacio de permanente observación y reflexión sobre temas que afectan a la región y a los Estados Miembros. Esta actividad, que aborda un tema de actualidad para la región, se inscribe en el contexto del mandato de la XXVII Reunión del Consejo Latinoamericano, concluida la semana pasada, en donde se establece como tema central del Plan de Trabajo de la institución: La Integración Latinoamericana y Caribeña frente a los Desafíos de la Actual Situación Internacional.

    El objetivo fundamental en esta ocasión es hacer un llamado de alerta a la región. Es necesario coordinar a tiempo esfuerzos de prevención, control y movilización de recursos para el caso que ocurran efectos directos derivados de los acontecimientos actuales. Se requieren acciones concertadas para enfrentar los problemas que crean las nuevas y cambiantes condiciones de atentados de carácter biológico y químico. La Unión Europea, desde la semana pasada, ha anunciado la creación de equipos de expertos a fin de que puedan asistir, en 24 horas, a cualquier país que pueda ser  víctima de un ataque. Estados Unidos, por su parte, ha desarrollado planes piloto de control y tiene unas 400 toneladas de antibióticos listas para ser utilizadas.

    Lo que aquí ofrecemos son los resultados de un estudio preliminar del SELA en relación con diversos efectos, dañinos en todo sentido, que la guerra bacteriológica puede traer a la región. Es difícil medir con exactitud los impactos y establecer los escenarios, dado lo dinámico de los factores y la volatilidad con la cual pueden ocurrir ataques deliberados, acciones de represalia y contrarrepresalia. En la guerra biológica se podrían utilizar no menos de 82 tipos diferentes de bacterias, 4 virus de  efectos fulminantes (caso del ébola), además de toxinas, viruela, botulismo y agentes de fiebres hemorrágicas.

I. Contexto

           El requerimiento de coordinar esfuerzos se hace más  imperativo en la medida que los sectores públicos de los países latinoamericanos y caribeños tienen una limitada capacidad de acción, y existen pocos recursos. Controlar brotes infecciosos puede realizarse, pero demanda altos montos de recursos financieros y económicos. Un ejemplo de los altos costos de control y erradicación se tuvo recientemente en el tratamiento que le dieron países europeos al aparecimiento de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) o "mal de las vacas locas", que se originó en el Reino Unido, presentándose casos en Francia y España.

    Los países en desarrollo en general, y los de América Latina y el Caribe en particular, no cuentan con suficientes investigaciones y fármacos que les permitan controlar más eficientemente este tipo de enfermedades. Al respecto, la organización Médicos Sin Fronteras dio conocer el pasado 10 de octubre el estudio "Crisis de la Investigación y Desarrollo de Enfermedades Olvidadas". En él se reconoce que entre 1975 y 1999, salieron al mercado 1.393 nuevos fármacos. De ese total, sólo 13 medicamentos, es decir el 1%, fueron destinados a combatir enfermedades tropicales. Médicos Sin Fronteras advierte que las "enfermedades olvidadas", aquellas que no presentan atractivos de compra para las empresas farmacéuticas, incluyen la malaria, tuberculosis, dengue y lepra. Se reconoce que cada año 17 millones de personas, de las cuales el 90 por ciento vive en países en desarrollo, mueren a consecuencia de ese tipo de infecciones.

    Esto resalta, una vez más, la necesidad de que nuestros países enfrenten sus problemas a partir de una visión propia, donde la responsabilidad de la salud y la mejora en la calidad de vida sea asumida por todos los actores de la sociedad, tanto públicos como privados. La escasez de recursos obliga a unificar esfuerzos y a fortalecer la institucionalidad del desarrollo, a aumentar la eficacia de nuestros logros y a ampliar la cooperación sur-sur.

II. Posibles repercusiones y resultados

    La situación actual se caracteriza por reconocer que en el caso de enfermedades tales como el ántrax, las mismas han sido ya extensamente controladas en los países desarrollados, en particular en Estados Unidos, Canadá, Europa Occidental, y Japón. Sin embargo, en los países menos desarrollados, incluyendo América Latina, esas afecciones persisten en hatos ganaderos y algunas pueden ser transmitidas a seres humanos. Casos ilustrativos son el ántrax porcino y enfermedades del ganado vacuno.

Son cuatro las áreas económicas principales en las cuales los efectos de una guerra bacteriológica puede tener repercusiones y resultados importantes:

1. Las exportaciones de la región

    Directamente están afectadas las líneas de producción y mercadeo de carne, pero indirectamente también se afectan otros productos agrícolas que pueden ser portadores y transmisores de los patógenos. En el caso del ántrax o carbunco, es provocado por bacterias del género bacilus (Bacilus anthracis). Las esporas que permiten la reproducción pueden estar latentes y sobrevivir durante muchos años.

    Los países más afectados en las exportaciones podrían ser Uruguay y Argentina. De conformidad con una primera determinación de tendencias, las pérdidas en comercio exterior de carnes podrían llegar a 5.300 millones de dólares durante los siguientes 6 meses, en el caso de que la contingencia obligue a incrementar controles, restricciones e, incluso, posibles cuarentenas, por parte de los países consumidores.

2.    El comercio interno de los países

    Todos los países latinoamericanos en mayor o menor grado producen cantidades de carne para consumo interno. El aparecimiento de un brote, o bien el temor de contagio, harían restringir el consumo.

    Es importante señalar aquí que un ataque importante con armas biológicas requiere preparación y equipos técnicos sofisticados. Sin embargo, el objetivo de los ataques realizados hasta ahora, aparentemente buscan más crear el temor generalizado y condiciones de paranoia colectiva, que efectos destructivos directos, los que tampoco pueden descartarse.

    En cuanto al comercio interno de carnes en los mercados domésticos y a nivel subregional, la tendencia indica que los países más afectados serían: México, Nicaragua, Costa Rica, Argentina, Uruguay, Ecuador y Colombia. Con base a una primera evaluación, en los dos meses finales de este año y si la situación no agravara, las pérdidas por consumo interno y de mercados subregionales podrían ser del orden de 3.400 millones de dólares.

3.    Turismo

    Los daños al turismo ya se han hecho evidentes. Esto afecta particularmente a las naciones con economías más pequeñas y donde el turismo constituye un sector con importantes efectos multiplicadores en la economía doméstica. Además del temor a utilizar transporte aéreo, que se ha concretado en pérdidas por más de 70,000 puestos de trabajo, se evitaría viajar por miedo a contagio con enfermedades cuya presencia persiste en países de menor desarrollo.

    Las naciones centroamericanas y del Caribe han sufrido ya estos efectos en la industria hotelera y de transporte. De conformidad con una primera evaluación de tendencias, el descenso del turismo podría llegar hasta un 42 por ciento en los casos de Bahamas, Barbados, República Dominicana, Centroamérica y las Antillas Menores. Conviene tener presente que por motivos estructurales, estas economías presentan mayor vulnerabilidad de las condiciones económicas externas y con ello mayor volatilidad en el comportamiento de las principales variables macroeconómicas.

4.    Uso de barreras no arancelarias en los principales mercados

    En muchas ocasiones, los países más desarrollados han utilizado barreras arancelarias y no arancelarias, como mecanismos restrictivos al comercio internacional. El sector agrícola ha sido particularmente afectado. Esta situación ha persistido, en el caso de varios países latinoamericanos y caribeños, aún con el establecimiento de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe, un programa que promovió el desarrollo de exportaciones no tradicionales en la región.

    En las condiciones actuales, las barreras no arancelarias de Estados Unidos afectan a un 75 por ciento de los productos agropecuarios de la región; en Canadá se afecta a un 54 por ciento de estos productos. Se calcula que cerca de un 17 por ciento de todas las importaciones de Estados Unidos y un 10 por ciento de las importaciones de Canadá están afectadas por barreras no arancelarias.

    Al enfrentar los riesgos de un posible contagio, mediante la introducción de productos agropecuarios que puedan estar infectados, podría producirse un aumento de las barreras no arancelarias. Esto afectaría negativamente el crecimiento económico de la región, la que, a raíz de la aplicación de planes de ajuste económico, hizo del fomento exportador un pilar importante del aumento de producción y de su desarrollo.

    Las barreras no arancelarias son difíciles de negociar, dado que responden a intereses generalizados o de coyuntura, tienen carácter discrecional y su tratamiento está basado en legislaciones internas de los países. Los efectos de procesos de ataque, contraataque y represalias biológicas o químicas pueden afectar la agenda de la próxima ronda de negociaciones comerciales internacionales auspiciada por la Organización Mundial de Comercio (OMC). Estas mismas condiciones podrían influir también en el contenido de las discusiones respecto al establecimiento del Área de Libre Comercio de las Américas-ALCA.

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