Instituto de Derechos Humanos de la UCA

Reconocimiento póstumo al Padre Ignacio Ellacuría, S.J.

12/12/2020

El 10 de Diciembre, conmemorando el 72 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Procuraduría para la Defensa de los DDHH organizó un acto de reconocimiento a grupos y personas que a lo largo del año 2020 había colaborado en actividades de educación, promoción y defensa de los DDHH. Además se dio un reconocimiento póstumo a personas a personas que dieron su vida en el trabajo y la lucha por los DDHH, entre ellos el P. Ellacuría. Recogieron la distinción el Vicerrector de Proyección Social, Omar Serrano, y el director del Idhuca, José María Tojeira. A éste último le solicitaron dijera las palabras de cierre del evento, que publicamos a continuación: / Foto: Religión Digital

 

Desde hace siglos la humanidad ha puesto sus esperanzas de cambio social en el poder. Se ha intentado siempre controlar las fuentes de poder tanto para conservar los propios privilegios como para llevar a cabo los cambios socioeconómicos que en cada época de la historia se han considerado necesarios. Sin embargo, la declaración universal de los DDHH señala una nueva dimensión en las esperanzas de cambio social. Los cambios no son plenamente eficaces si solo se pretenden realizar de arriba hacia abajo, desde el control del poder hacia el beneficio de los sin poder. El poder tiende a corromper, decía ya Aristóteles en su escrito sobre la Política hace ya unos 2300 años, y eso hace fracasar las decisiones autoritarias. Porque el poder autoritario y la corrupción separan a quienes mandan de quienes sufren cualquier tipo de marginación u opresión. La Declaración Universal de los Derechos Humanos, con todos los instrumentos derivados de ella, señala otro camino, intuido en muchas ocasiones por la filosofía y la religión: Solamente el respeto a la igual dignidad humana es camino verdadero de cambio y puede evitar tanto el abuso de poder como el olvido de los pobres.

En este contexto quiero felicitar a la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos por el acto que hoy celebramos. Recordar y premiar en este 72 aniversario de la Declaración a quienes trabajaron incansablemente en la defensa de la dignidad humana y sus consecuentes derechos, es la mejor manera de celebrar este triunfo del espíritu humano que es el reconocimiento definitivo de que la humanidad es una, incluso en medio de su amplia diversidad, y de que toda persona tiene la misma dignidad. Hoy distingue la Procuraduría a quienes trabajaron cercanos y solidarios con quienes carecían de voz. Incluso algunos de ellos unieron sus vidas e incluso su muerte a quienes fueron despojados de su dignidad y de su vida en franca violación al máximo de los derechos humanos: el derecho a la vida.

En El Salvador, como en otros muchos países, necesitamos una revolución de los valores. El culto al dinero, a la mercancía efímera, al poder y a la hipócrita moralidad notoria, nos ha mantenido en una pobre situación en el terreno de los DDHH. Aunque nuestra Constitución asegura que todas las personas son iguales ante la ley, sabemos que esa afirmación está continuamente desautorizada por nuestra realidad y por los hechos, incluso de las instituciones del Estado. La tendencia a dividir nuestra sociedad en superiores e inferiores, poniendo el dinero, los cargos políticos o sociales, el conocimiento, las armas y el sexo, como factores de superioridad, daña la igual dignidad del ser humano e incide directa y negativamente en la violación de múltiples derechos. En ocasiones hemos puesto demasiadas esperanzas en los cambios hechos desde arriba sin preocuparnos por desarrollar la fuerza de la conciencia que siempre nace desde abajo. Pero no habrá cambio social si no logramos simultáneamente un cambio cultural que haga real el respeto a la igual dignidad humana en todos los campos de la convivencia ciudadana. Y los Derechos Humanos, como una moralidad auténtica, universal y externa al poder, son el mejor instrumento para avanzar en El Salvador en la necesaria revolución de los valores.

La Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos ha tenido un papel histórico preponderante en la creación de conciencia de la igual dignidad de la persona humana y en la defensa de sus derechos. Ha tenido sus altos y bajos, pero nadie puede negar una incidencia positiva en esta revolución de los valores. En este año complejo y difícil para todos, y en los días más duros de la pandemia, permaneció activa, sirviendo a los más golpeados por la situación y enfrentándose a cualquier forma de autoritarismo que negara libertades y derechos. En este 72 aniversario de la Declaración Universal de los DDHH, y con este acto, la Procuraduría se une a la larga lucha en favor de la dignidad humana a través de las personas a las que todos juntos estamos honrando en esta mañana. Sólo queda dar las gracias, señor Procurador, amigos de la Procuraduría, amigos en la lucha en favor de los injustamente excluidos de sus derechos, y animarnos mutuamente en esta tarea de construir entre todos la igual dignidad humana en El Salvador. Muchas gracias.