Problemas de salud y patrones

de comportamiento

José Luis Henríquez

 

  1. Introducción

Existe un tipo de problemas de salud en los que lo psicológico constituye el primer eslabón interno en su determinación. A tales problemas se les ha aplicado, tradicionalmente, el término de enfermedades psicosomáticas.

Los trastornos psicosomáticos o psicofisiológicos son enfermedades físicas que incluyen varios grupos de condiciones marcadas por el daño real del tejido orgánico o su deterioro, a las que se les atribuye un origen o un componente predominantemente psicológico (Nathan, P. E. y Harris, S.L. Psicopatología y Sociedad. 2ª. Edición. Editorial Trillas, México 1989.), ya que los síntomas corporales se relacionan íntimamente con ciertos factores de la personalidad y el entorno y/o con los sucesos que tienen una importancia psicológica. (Sarason, I.G. y Sarason, B.R. Psicología Anormal: El problema de la conducta inadaptada. 7ª Edición. Editorial Prentice-Hall, México, 1996.)

Es oportuno mencionar que a estos problemas de salud se les denomina oficialmente como "factores psicológicos y del comportamiento asociados con trastornos o enfermedades clasificadas en otra parte"; la Clasificación Internacional de Enfermedades (Organización Mundial de la Salud (OMS). CIE 10 / Trastornos mentales y del comportamiento: Descripciones Clínicas y Pautas para el Diagnóstico. Editorial Meditor, Madrid, 1992.), designa con esta expresión a la categoría (F54) que registra la presencia de factores psicológicos o conductuales, que se considera han desempeñado un papel principal en la etiología de trastornos físicos que pueden clasificarse en sus correspondientes apartados.

La característica de este grupo de trastornos es que los síntomas físicos corresponden a un solo sistema orgánico, generalmente bajo la influencia del sistema nervioso autónomo (Nathan, P.E. y Harris, S. L. Op. cit.); entre los que se comprenden los sistemas cardiovascular, respiratorio, gastrointestinal, musculoesquelético, genitourinario, así como la piel (Sarason, I.G. y Sarason, B.R. Op. cit.).

Se reconoce que la diferenciación entre los trastornos psicosomáticos y los trastornos orgánicos que son similares —hay que tener en cuenta que los primeros también pueden tener una etiología predominantemente física—, es usualmente difícil, pues no existen indicadores definidos que gocen de consenso para establecer tal distinción( Nathan, P.E. y Harris, S. L. Op. cit.).

Debe aceptarse también que la falta de acuerdo se extiende al ámbito de la explicación del mecanismo a través del cual el o los factores etiológicos dan origen al trastorno.

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