Número 116.
Editorial:
La racionalidad egoísta: condena
a la vida
El Salvador, como la mayoría de los países latinoamericanos,
ha experimentado una serie de transformaciones
estructurales, sobre todo a partir de finales de
los años ochenta. Transformaciones que han sucedido
en un lapso de tiempo relativamente corto, sobre todo
si se toma en cuenta su magnitud. Estos cambios, en
términos económicos, han estado signados por los
postulados de una economía centrada en el mercado,
lo cual ha derivado en una sociedad en la que prevalece
un pensamiento que entiende a la persona como
consumidora; con una lógica de actuación egoísta
por encima de la concepción que entiende al ser
humano como ciudadano, como sujeto de derechos
y deberes.
De esta manera, todo ámbito, no sólo el estrictamente
económico, sino también el socioeconómicoambiental,
se ha visto permeado por la creencia de
que a través del mercado se logran los mejores resultados
posibles; esta creencia, casi ciega, se mantiene
a pesar de los resultados poco alentadores para la
gran mayoría de personas, a quienes se mantienen
Editorial