¿Hacia un humanismo trans-antropocéntrico?

Peter Singer y los "derechos" de los animales

(Fragmento)

 


Carlos Beorlegui

 

 

El avance progresivo de los diferentes saberes, tanto científicos como filosóficos, acerca del ser humano y del universo, nos está llevando a replantear, a ampliar y a completar muchos aspectos del mundo de la ética y de sus fundamentos. Hasta hace no mucho tiempo, se pensaba que la ética abarcaba el ámbito de lo puramente humano, tanto en su dimensión individual como social. Pero, en la actualidad, esos avances científicos están obligando al ser humano a tener en cuenta dentro de sus obligaciones éticas otros muchos aspectos que hasta este momento no los había tenido en cuenta, entre ellos, todo el entorno de la biosfera.

Son tres las principales áreas que parecen exigir de la reflexión ética una especial atención:

  1. En el ámbito social, el fenómeno de la globalización o de la mundialización (con todas las ambigüedades y pluralidad de lecturas que merece) nos está obligando cada vez más a entendernos los seres humanos como una macrosociedad —que supera las simples relaciones nacionales y plurinacionales—, para vernos como una única sociedad interrelacionada, en la que todos somos ya casi directamente responsables de todos. Se impone, por tanto, proyectar una nueva ética mundial que regule esta realidad y que establezca un diálogo entre culturas y entre religiones.
  2. En el ámbito de la biología y de la genética, los avances en el desciframiento del genoma humano y el alcance de las posibilidades de la fecundación asistida, así como de la ingeniería genética, nos han hecho vislumbrar todo el inmenso campo de la biotecnología, que, por sus importantísimas consecuencias para el futuro de nuestra especie, están dando lugar a nuevos afrontamientos éticos de estos problemas también nuevos (bioética), campo lleno de enormes dificultades y peligrosas consecuencias, así como de espléndidas realizaciones y promesas.
  3. Y en el ámbito ecológico, fenómenos como la superpoblación, los avances de la tecno-industria y el progresivo deterioro del medio ambiente, nos han ido descubriendo la posibilidad de que el fuerte y progresivo impacto de nuestra especie sobre el planeta en que vivimos, puedan llevar aparejadas tan fatales consecuencias que pueda incluso suponer la desaparición de nuestra especie, y hasta de todo el planeta. Esto supone un nuevo ámbito de responsabilidad de la que hasta hace no muchas décadas no se era consciente, responsabilidad que no sólo se extiende a la generación humana contemporánea, sino, sobre todo, a las generaciones futuras. De ahí que nos hallemos en plena eclosión de éticas ecológicas, con ámbitos éticos complementarios, como el ecofeminismo, la ecoteología, etc..

Aunque estos tres ámbitos están íntimamente correlacionados, y no pueden tratarse de forma totalmente aislada, cada uno de ellos genera su propia problemática y exige soluciones específicas. No es mi interés tratar y reflexionar aquí sobre todos ellos; me interesa ahora solamente el tercero, aunque a lo largo de las reflexiones tendremos que hacer referencia a algunos aspectos de los otros dos ámbitos.

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Notas