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    El informativo semanal Proceso sintetiza y selecciona los principales hechos que semanalmente se producen en El Salvador. Asimismo, recoge aquellos hechos de carácter internacional que resultan más significativos para nuestra realidad. El objetivo de Proceso es describir las coyunturas del país y apuntar posibles direcciones para su interpretación.
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Año 22
número 954
junio 6, 2001
ISSN 0259-9864
 
 
 
 
 

ÍNDICE


Editorial:  El FMLN no encuentra su rumbo
Política:  ¿Qué está pasando en el FMLN?
Economía:  La autoevaluación económica de Flores
Comunicaciones:  La prensa, las encuestas y el presidente
Derechos Humanos:  Hay soldados buenos, pero… (II)
Documento:  Discurso del Presidente Francisco Flores (I)
 
 
 
 

EDITORIAL


EL FMLN NO ENCUENTRA SU RUMBO

     La semana pasada el gobierno de Francisco Flores estuvo en mira de la opinión pública. Las evaluaciones de su segundo año de mandato, las encuestas y los discursos ocuparon los espacios escritos, radiales y televisivos, relegando a segundo plano otros acontecimientos no menos importantes en la configuración de la dinámica socio-política del país. Uno de estos acontecimientos fue la elección, en el seno del FMLN, de una Comisión Nacional Transitoria que, por mandato del Consejo Nacional del partido, dirigirá sus destinos hasta diciembre de 2001.

     Lo primero que llama la atención sobre esa decisión, tomada a fines de mayo, fue lo que se filtró a la prensa: la inconformidad de los "renovadores", algunos de cuyos líderes dijeron sentirse marginados de la mencionada Comisión. Más allá de lo revelado por la prensa, todo parece indicar que el malestar de los renovadores es sólo una de las aristas —la más superficial— de la crisis que se viene gestando al interior del partido de izquierda y que podría traducirse en una ruptura más en sus filas.  Como siempre, el elemento desencadenante de esa posible ruptura serían las disputas por la conducción del partido; de nueva cuenta, Facundo Guardado y los suyos —candidatos a salir irremediablemente del FMLN— estarían cuestionando la autoridad de Schafik Handal y Salvador Sánchez  Cerén, quienes con habilidad lograron hacerse de las riendas efemelenistas y no quieren dejarlas por nada del mundo.

     La presumible desmembración del FMLN obliga a una serie de reflexiones acerca del aporte del partido de izquierda al proceso de democratización de El Salvador, así como sobre el futuro que le aguarda, de continuar atrapado en las disputas internas.

     Sobre lo primero, es claro que la incorporación del FMLN al sistema político vino a dar un nuevo aire al ejercicio político en el país. Una nueva opción electoral apareció en el horizonte de muchos salvadoreños, hastiados de los partidos tradicionales. En el periodo inmediato que siguió a la firma de los Acuerdos de Paz, el FMLN se perfiló, para un buen porcentaje de salvadoreños, como una alternativa viable para renovar el quehacer político. Ni siquiera la primera ruptura en sus filas —la que se tradujo en la salida de Joaquín Villalobos y los suyos—  mermó significativamente las expectativas positivas que despertaba el partido de izquierda en un amplio sector del electorado. Eso fue al principio, cuando todavía pesaba la novedad de un movimiento armado que se convertía en un partido político legal. Con el paso del tiempo, lo que fue el FMLN en su época de movimiento armado pesa menos en el imaginario colectivo.

    Lenta, pero inexorablemente, este partido ha ido desfalleciendo como una opción viable para la renovación de la política criolla. Decisiones desatinadas, pugnas de poder, formación de camarillas, ausencia de un perfil ideológico claro, renuencia a la renovación interna, persistencia de liderazgos tradicionales.... Todos estos factores, acumulados uno tras otro luego de la incorporación del partido de izquierda a la vida política legal, lo han conducido a una situación difícil, en la cual aspirar a mantenerse como la segunda fuerza política del país sería una ganancia. Quizás muchos efemelenistas se nieguen a aceptarlo, pero es bastante claro que como va el FMLN no sólo se aleja cada vez más de la posibilidad de ganar las siguientes elecciones presidenciales, sino que se encamina a retroceder en los logros electorales obtenidos en los ámbitos municipal y legislativo.

     Así las cosas, el FMLN tiene un grave problema entre manos, para cuya solución tendrá que diseñar una fórmula de renovación política que, por un lado, le permita contar con los líderes adecuados para conducir esa renovación; y que, por otro, le lleve a discutir de una buena vez el tema de su identidad como partido de izquierda que acepta —explícita o implícitamente— las reglas de la economía de mercado y las exigencias de la democracia política. De no avanzar con paso firme en esta discusión, el FMLN está condenado a seguir los pasos de los partidos tradicionales, es decir, el camino de la irrelevancia para el cambio político en El Salvador.

    A muchos líderes efemelenistas les ha bastado con ser segundos; para ellos, eso ha sido un triunfo. Obviamente, desde el punto de vista de la competencia partidaria, aunque ser segundos sea importante, lo es más ocupar el primer lugar. En esta lógica, lo razonable era esperar que el FMLN trabajara por llegar a ser primero en el plano político. Pues bien, pareciera que sus líderes están empeñados no en continuar siendo los segundos —lo cual, en principio, no estaría mal—, sino en retroceder hacia puestos inferiores en las preferencias de la población. ¿Miopía política? ¿Incapacidad para insertarse electoralmente en el mercado político? ¿Pervivencia de esquemas ideológicos obsoletos? Quién sabe cuál sea la razón (o razones) que está llevando al FMLN a dar persistentemente pasos hacia atrás. Lo que sí es cierto es que, de seguir tal cual, su deterioro electoral seguirá profundizándose sin que se pueda prever en qué punto se detendrá.

    La contrapartida del deterioro del FMLN es, por un lado, al aumento de las posibilidades electorales del partido ARENA; y, por el otro, el aumento de la población abstencionista. En otras palabras, al no configurarse una alternativa política viable que permita el relevo de ARENA del ejecutivo, este partido tiene la gran oportunidad de continuar al frente del gobierno por la mera inercia de la dinámica política. De ser este el escenario que se va configurando desde ya, en vistas a las próximas elecciones presidenciales, ARENA podría continuar con el control del Ejecutivo no porque sea un mejor partido o porque goce del respaldo de la mayoría de la población, sino porque no aparecería en el horizonte una opción que en verdad sea tal. Dicho de otro modo, el fracaso del FMLN es ganancia para ARENA que, a no dudarlo, intentará canalizar a su favor el vacío creado por la ausencia de alternativas políticas viables.

      ¿Y el abstencionismo? Seguramente, seguirá su marcha ascendente, lo cual en absoluto es desfavorable a ARENA que, con su voto duro, librará una batalla política más con la ventaja de no tener un oponente que realmente desafíe su poder.

        En fin, el FMLN, tras once años de haberse desarmado, no encuentra su rumbo como partido que debe asumir las reglas del mercado y la democracia. Entre tanto, ARENA, pese a su desgaste y a sus fracasos en la conducción del país, está viendo perfilarse una nueva oportunidad de renovar su mandato gubernamental.
 

G
POLÍTICA

¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN EL FMLN?

[Extracto]
 

    Afirmar que los partidos políticos son instrumentos electorales decisivos para alcanzar el poder estatal, es una perogrullada que no entraña mayor novedad en el debate político. Esto ha sido así desde que, a finales del siglo XIX, en el continente europeo, aparecieron los primeros partidos políticos. Concebidos, al principio, como organizaciones sectoriales para la defensa de los intereses de grupos determinados de la sociedad, pronto esta estructura evolucionó en partidos nacionales que reivindican el poder estatal como espacio adecuado para la puesta en práctica de su visión de país. Así, por ejemplo, en Europa los diferentes partidos de los trabajadores desempeñaron un papel fundamental en la transformación de los comienzos del capitalismo embrutecedor.

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ECONOMÍA

LA AUTOEVALUACIÓN ECONÓMICA DE FLORES

[Extracto]
 

    Para evaluar el desempeño de un gobierno siempre es aconsejable examinar diferentes indicadores estadísticos. Esto es especialmente cierto al evaluar el desempeño de la gestión económica de una nación. En el caso de los dos primeros años del gobierno de Francisco Flores, su gestión debería evaluarse en función de los resultados obtenidos a finales del año 2000 —es decir, a año y medio de gestión—, pues el primer semestre de 2001 fue atípico a causa del brutal impacto de los terremotos.

     Por lo anterior, no deja de extrañar que en su discurso de evaluación del segundo año de gobierno, y en lo referente a la gestión económica, el presidente Flores haya omitido la referencia al desempeño de la economía durante su mandato. Sin exagerar, puede decirse que este discurso ha sentado precedente como uno de los más cuestionados porque evade la temática que debe abordar (la evaluación de impacto de las medidas tomadas durante los dos primeros años de gobierno) y aprovecha los desastres provocados por los terremotos de enero y febrero para ensalzar la imagen del gobierno y del Presidente.

G
COMUNICACIONES

LA PRENSA, LAS ENCUESTAS Y EL PRESIDENTE

    Los encargados de promover la imagen del presidente Francisco Flores deben estar celebrando los logros que alcanzaron al cumplirse dos años de su gestión. Las encuestas de opinión (de los dos grandes matutinos salvadoreños y de la UCA) colocan al mandatario en una posición ‘decente’, de aprobación, y superior a la que había alcanzado en lo que va de su período.

    Algunos atribuyen este logro al trabajo publicitario de Casa Presidencial. De otra manera, no se explica cómo la gente califica al presidente con un 6.1 y, por otro lado, se queja porque su situación económica ha empeorado en el último año y, además, no vislumbra un futuro esperanzador. En la publicidad que ayudó al Ejecutivo, la Secretaría de Comunicaciones no invirtió sólo fondos propios, sino que contó el apoyo incondicional de varios medios noticiosos. El hecho de que Flores haya ‘aprobado’ no se corresponde, sin embargo, con los datos de la realidad nacional (aunque el mismo presidente diga que, en política, más del 50 por ciento es mayoría).

    Esa falta de correspondencia entre los datos y la realidad es la misma que afecta a cualquier sondeo de opinión. Ya decían los griegos de la antigüedad que la doxa (opinión), por ser un conocimiento inseguro, propenso al error y fundamentado en puras apariencias, era lo opuesto de la episteme (conocimiento cierto). Los periodistas salvadoreños parecen no estar enterados de este detalle. Esto les impidió enriquecer sus informaciones sobre el desempeño del presidente.

     La cobertura de la prensa escrita sobre la administración Flores consistió, casi exclusivamente, en la publicación de los discursos oficiales y de los resultados de las encuestas de Unimer en La Prensa Gráfica y la de Gallup en El Diario de Hoy. Además, ambos matutinos tuvieron entrevistas exclusivas con Flores.  De esta cobertura, esta vez desaparecieron las protestas en las calles: la marcha del 1 de junio no ocurrió, si se alude a aquella famosa frase de que “lo que no sale en los medios no existe”. Algunos periodistas aseguran que había reporteros y fotoperiodistas de los dos matutinos en la protesta de ese  día. Queda la duda de cuál fue su objetivo de simplemente observarla, sin publicar nada. ¿Habrían publicado algo de haber habido algún desorden, una pinta, un teléfono quemado? Queda la duda.

    Ninguno de los periódicos se preocupó por comprobar cuáles de las promesas originales del discurso presidencial estaban en marcha o ya cumplidas. Nadie hizo la comparación. Por ejemplo, la impresión de los encuestados es que la PNC ha atenuado la incidencia delincuencial en el país. Para contrastar lo que reflejaron los sondeos, habría sido interesante buscar las estadísticas de hechos criminales en los últimos años y ver si en realidad su número había disminuido o si sólo era una percepción de la gente. Esto habría evidenciado, a la vez, qué tanta realidad había en la opinión optimista  de los salvadoreños sobre el desempeño del director de la PNC, Mauricio Sandoval, cuya imagen ha sido publicitada en los noticieros de televisión quizá más que la del propio presidente.

    También sería un buen ejercicio periodístico llevar un registro de las capturas de bandas de criminales que con tanto ahínco publicita la PNC y, a la vez, rastrear cuántos de esos capturados son en realidad encontrados culpables. Esta comparación daría elementos a los periodistas para evaluar el desempeño de la PNC (y de otras instituciones estatales). De esta manera, la prensa trascendería el simple dato de una encuesta que dice que la imagen de la PNC ha mejorado respecto a otros años. El director de la policía también debe estar satisfecho con la labor publicitaria de su institución (él mismo es un experto en la técnica de vender imágenes y ha dirigido por mucho tiempo un negocio publicitario en el país). La policía está apareciendo tantas veces a diario en los informativos salvadoreños que cualquiera pensaría que todos los criminales ya están tras las rejas.

    Toda esta publicidad pudo haber influenciado, de algún modo, las recientes consultas a la población. Algunos estudios teóricos señalan que las encuestas más que ofrecernos una imagen fiel y realista de la opinión pública, pueden acercarnos a su conocimiento, pero sólo indirectamente (y siempre que cumplan ciertos requisitos). Según este análisis, cualquiera que consulte un sondeo de opinión debería saber ‘algo’ de cómo se llevó a cabo (la selección de la muestra, la tasa de respuesta y la terminología y el orden de las preguntas, entre otros aspectos). Un periodista debe conocer estos detalles.

    Al igual que en las etapas preelectorales, a la mitad del año, se ponen de moda en el país lo que los estadounidenses han llamado the horse race. En este proceso, “los medios de comunicación y los analistas dedican más tiempo a analizar las variaciones más insignificantes de los sondeos de opinión que no a analizar las propuestas de los candidatos”, en el caso de las elecciones, dicen los especialistas. Sin embargo, “centrar el debate electoral en la sondeomanía es reducir la política a una estadística y los ciudadanos, a unos números”, ha opinado el investigador español Gabriel Colomé.

    Además de las encuestas, los dos matutinos elaboraron otro tipo de historias. En primer lugar, La Prensa Gráfica, en su semanario Enfoques del 27 de mayo, intentó evaluar la gestión del presidente Flores a partir de un sencillo cuestionario enviado a los miembros de su gabinete. Los periodistas que analizaron las respuestas de los funcionarios detectaron similitudes en los textos, que superaban los límites de la casualidad. Tras la sospecha de un posible engaño,  encontraron una carta enviada por el secretario de Comunicaciones, Carlos Rosales, con “recomendaciones... para responder al cuestionario circulado por La Prensa Gráfica”.

    Fue una idea original de Enfoques consultar a los ministros sobre su desempeño y seguramente, de no haber recibido las sugerencias del secretario presidencial, sus respuestas habrían sido diplomáticas y muy optimistas (nadie habla de su propia casa aunque se esté derrumbando). No hubieran causado ningún revuelo. Un poco de espontaneidad, menos mentiras y menos ambigüedades habrían generado también menos escándalo. El error de Rosales permitió a Enfoques probar la capacidad de manipulación de los funcionarios públicos y desencadenó un debate sobre la falta de transparencia en la esfera gubernamental. La autoevaluación en sí misma como método para calificar la gestión presidencial no ofrecía gran potencial hasta que Rosales convirtió a la mayoría de ministros en una especie de marionetas.

    En El Diario de Hoy, la modalidad de cobertura, además de incluir el resultado de la encuesta Gallup, comprendió una serie de informes sobre el presidente Flores. En el primero, se hablaba del “empedernido optimismo” del mandatario y de cómo “su edificio aguantó la sacudida”, en alusión a la entereza personal que supuso afrontar los terremotos de principio de año. Luego se publicó una nota en la que se elogiaba la posición que había alcanzado el presidente en la comunidad internacional, tras el debate suyo con su colega cubano Fidel Castro en la última Cumbre Iberoamericana celebrada en Panamá.

    El periodista que escribió esta nota destaca en muchas ocasiones cómo la imagen de Flores es mejor valorada hoy más que nunca en el exterior. Se afirma que el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Colin Powell, y la consejera de Seguridad Nacional, Condolezza Rice, le dieron una calificación buena en su último viaje a Washington, en marzo. Todas estas afirmaciones, sin embargo, no están respaldadas por ninguna cita textual de esos funcionarios. El periodista no parece haberlos entrevistado en ningún momento para preguntarles qué pensaban de Flores. Un principio fundamental en el periodismo informativo establece que cada frase debe ser atribuida a una fuente específica (bien parafraseando o mediante una cita directa); cierto tipo de valoraciones e interpretaciones del periodista no cuentan en las páginas informativas y deben dejarse para las páginas de opinión.

     Otro informe de El Diario de Hoy, en el que se nota un mayor esfuerzo por respaldar la información, dibujó un panorama general de la medida económica más importante impuesta por la administración Flores: la Ley de Integración Monetaria o dolarización. Otros dos informes de este periódico resumían la relevancia que habían tenido en los dos años de este gobierno la emergencia sísmica de enero y febrero pasados, y los tropiezos que había tenido el Ejecutivo para concretar la ‘construcción’ de los “puentes” que hace un año ofreció a sus adversarios políticos.

     En todos estos informes, los periodistas de El Diario de Hoy utilizaron una prosa digna de reconocimiento. También hicieron un trabajo de explicación y contextualización admirable en cada aspecto de la administración Flores que abordaron, con excepción de quien habló sobre su imagen internacional.

     En general, se advirtió en El Diario de Hoy y en La Prensa Gráfica cierto ánimo por dejar bien parada la imagen del presidente Flores. Los editoriales de El Diario de Hoy no pudieron ser más reveladores. “Su presencia (la de Flores) contribuyó mucho a calmar los ánimos (luego de los terremotos), al mismo tiempo que puso en pie el aparato para dar asistencia inmediata a los damnificados y exponer el caso ante la comunidad internacional”. Más adelante agrega que “gracias a la inteligencia y simpatía del presidente, las gestiones efectuadas ante la comunidad internacional, especialmente los países europeos, han fructificado en proyectos” (4 de junio). El Diario de Hoy no desaprovechó su oportunidad para enviar un mensaje a los sectores de ARENA con los cuales no concuerda: “Es de esperar que el presidente Flores se eleve por encima de las disputas y maniobras de las argollas de poder dentro de su partido, y se dedique en lo posible a reactivar la economía”.

     Ni la consulta de los ministros que intentó concretar La Prensa Gráfica ni los especiales diseñados por El Diario de Hoy reflejaron el sentir de las voces alternativas, los analistas y las estadísticas que brindaran a los lectores datos más concretos sobre la situación del país, después de dos años del actual gobierno. Quizá tampoco haya información fidedigna al respecto, pues ninguna institución se dedica a hacer diagnósticos de población en el país y al gobierno no se ha interesado por registrarlos. Por ejemplo, no hay cifras confiables del desempleo local. El desinterés del gobierno por presentar estadísticas serias de la situación microeconómica nacional podría ser otro buen tema de investigación periodística.

     La sensación general de satisfacción que generó la prensa en este segundo aniversario presidencial también contradice la misma tensión que caracteriza las relaciones de Flores con los periodistas. En un artículo reciente, el editor de Vértice critica “los silencios” del mandatario en distintas situaciones y la “empecinada labor de bloqueo” de Casa Presidencial.
 
Colaboración de Xiomara Peraza, Departamento de Letras y Comunicaciones de la UCA

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DERECHOS HUMANOS

HAY SOLDADOS BUENOS, PERO… (II)

    En el marco de esa lucha contra la delincuencia, que es la actual “cruzada” gubernamental mediante la cual se intenta conquistar la simpatía del pueblo, dentro del IDHUCA hemos conocido diversas denuncias relativas a procedimientos anacrónicos que hasta hace poco se planteaban como ya superados. Es cierto que, a la fecha, no aparecen involucrados elementos de la Fuerza Armada como responsables de tales vejámenes; sin embargo, esto último no constituye impedimento alguno para lanzar nuestro llamado de atención por, al menos, dos razones.

    La primera tiene que ver con un caso reciente, que ha producido una indignación bastante generalizada y evidente entre la gente. La segunda está relacionada tanto con el proyecto económico y político que en la actualidad se impulsa en el país, como con sus consecuencias previsibles en el largo, mediando y hasta en el corto plazo.

    Sobre lo primero, hace unos días se conoció que un cadete de tercer año de la Escuela de Aviación, identificado como Erick Mauricio Peña Carmona de 19 años, falleció la noche del jueves 31 de mayo. Todo indica que el responsable fue otro estudiante de un nivel superior al de la víctima, identificado como Carlos Mauricio Melara de 23 años, quien junto a César Humberto Dorat Álvarez de 20 años se encuentra guardando prisión. La causa de la muerte fue un edema y hemorragia pulmonar causados por una golpiza supuestamente propinada por Melara, mientras Dorat vigilaba para que no fueran  sorprendidos. La Fiscalía General de la República ha acusado a estos dos individuos por homicidio agravado.

    La hora en que ocurrió el hecho varía en los tres rotativos que le dieron cobertura a la noticia. Uno de los periódicos señala que el oficial a cargo se retiró durante cinco minutos, los que fueron “aprovechados” por los acusados para dirigirse al aula de Erick. Cuando llegaron ordenaron a 10 cadetes de menor grado, entre los que se encontraba la víctima, que se pusieran firmes y en posición de “trípode”. Un oficial de la Fuerza Aérea manifestó que dicha posición —con las piernas abiertas, las manos en el cuello y la cabeza inclinada bien abajo hacia delante— es prohibida dentro de la institución. Después, comenzaron a hostigarlos.

    Melara se dirigió hacia Peña Carmona y fue en ese momento que la víctima le dijo que no le gustaba el trato que les daban. Enseguida, Melara lo golpeó y, cuando se aburrió de ello, retrocedió unos pasos para propinarle un puntapié en la boca del estómago. Tras este golpe, Peña Carmona cayó al suelo mientras Melara se burlaba de él y le decía que no fingiera. Mientras eso ocurría, el resto de los compañeros de Erick no intervinieron. Cuando llegó el oficial encargado, quien no aparece identificado por ningún rotativo, encontró al cadete Peña en el suelo. Sus compañeros lo auxiliaron y llevaron a la enfermería, pero debido a que convulsionaba fue trasladado en helicóptero hacia el Hospital Militar, lugar donde murió minutos después.

    Un amigo de la víctima manifestó que Peña se arrepentía de estar en la Escuela de Aviación, debido a los maltratos que recibía de los cadetes de cuarto año, a quienes calificaba como “bélicos”. Los familiares de la víctima se quejaron de la tardanza para informarles del hecho.

    La muerte del cadete generó preocupación entre los diputados, quienes se reservan el derecho de llamar al Ministro de Defensa Nacional para que les brinde explicaciones sobre el caso. El parlamentario y coronel retirado Antonio Almendariz, del Partido de Conciliación Nacional (PCN), se inclinó por pedir dichas aclaraciones. Su colega Rafael Benavides, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) dijo que el caso se debatirá en la Comisión de Defensa, de la Asamblea Legislativa, el lunes 11 de junio. Y Guillermo Gallegos del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), demandó una exhaustiva investigación del caso para luego tomar medidas al respecto.

    El inspector general de la Fuerza Armada, general Miguel Castillo González anunció la creación de una comisión dentro de la institución para evaluar los procesos disciplinarios, los cuales fueron reformados tras el fin de la guerra. El jefe de la Fuerza Aérea Salvadoreña (FAS), coronel Milton Andrade, lamentó la muerte del cadete; también afirmó que es la primera muerte en 17 años que tiene de existir la Escuela de Aviación y que se hacen esfuerzos por terminar con los excesos de autoridad en los centros de estudios militares. El teniente Rigoberto Alas dijo que los expedientes de los acusados están limpios y que sólo se reportan faltas menores, como no portar los zapatos lustrados.

    Cabe señalar que sí existen antecedentes recientes de violencia al interior de los recintos militar, aunque tales hechos no han ocurrido en la Escuela de Aviación. Hace tres años y medio, otro abuso de este tipo provocó quemaduras en el rostro de 66 cadetes quienes —en una denuncia interpuesta en la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos— dijeron que se les obligó a amarrarse entre sí las botas; luego un oficial los sentó y les roció gases tóxicos, manteniéndolos en ese estado por 30 minutos a pesar de las quejas por el dolor. Posteriormente, les ordenó lavarse la cara en un río.

    Tanto la muerte del cadete Peña como el otro hecho relatado en estas líneas han trascendido hasta la opinión pública, rompiendo esa especie de conspiración para ocultar en el silencio y dejar en la impunidad semejantes barbaridades. Es cierto que la doctrina vigente de la milicia salvadoreña considera que la seguridad es un concepto más amplio que el de la defensa nacional, pues —como dice el texto— aquélla se encuentra fundada “en el irrestricto respeto a los derechos individuales y sociales de la persona”.  Sin embargo, ante lo ocurrido recientemente, no deja de rondar entre la gente una pregunta: ¿cuántos casos más, de similar o menor envergadura, habrán ocurrido sin que se conozcan públicamente?

    Esa interrogante es válida pues, con toda lógica, no se debe descartar el impacto negativo al interior de los cuarteles cuando se brinda protección institucional a los autores de graves violaciones a los derechos humanos, llámense crímenes de lesa humanidad o de guerra, como ha ocurrido en el “caso jesuitas”. Ciertamente, el Alto Mando actual no se ha pronunciado en público para apoyar a los miembros de la “Tandona” en dicho caso y eso es digno de reconocerse.

    Esperamos que esa actitud sea el resultado de una fuerte convicción democrática y de un compromiso con el funcionamiento de otras instituciones; esperamos, por el contrario, que tal posición no sea resultado de la actuación de un Fiscal General de la República que ha hecho hasta lo imposible y lo ilegal para facilitarle las cosas a la “Tandona”, evitándole —de esa cuestionable forma— a la conducción militar actual el tener que dar declaraciones oficiales al respecto. A ese censurable comportamiento del titular de la Fiscalía nos referimos cuando hablamos de una “protección institucional”.

    A final de cuentas, el mensaje del “caso jesuitas” —junto con otros hechos ocurridos tras el fin de la guerra que aún no se aclaran, como las muertes de Katya Miranda y Ramón Mauricio García Prieto, donde se advierte una impunidad tejida con hilo verde olivo— no ayuda en nada a una verdadera y profunda transformación de la Fuerza Armada, pese a los avances ya mencionados. ¿Por qué? Porque en la práctica sigue manteniendo como “intocable” lo que, a estas alturas, debería “tocarse” con la vara de la justicia. No extraña, entonces, que un par de estudiantes de aviación aparezcan involucrados en semejantes atrocidades y que otros nueve no hagan nada para impedirlas; no extraña, pues vivimos en un país donde la “obediencia debida” —superada en otras partes— sigue siendo una máxima que posibilita premiar a los culpables y victimizar aún más a sus víctimas de actos ilegales cometidos por militares, dentro y fuera de la Fuerza Armada.

    Mientras en Argentina se captura al general Martín Balza —ex ministro de Defensa durante la administración de Carlos Saúl Menen— por delitos cometidos en el ejercicio del cargo, acá en nuestro país andan sueltos aunque no tranquilos quienes ordenaron matar a seis jesuitas y sus dos colaboradoras. También andan así quienes decidieron matar a centenares de niñas y niños en El Mozote y El Sumpul. Y el general Balza reconoció la responsabilidad de los militares argentinos en la llamada “guerra sucia”, por las graves violaciones a los derechos humanos que cometieron, y le pidió perdón a la sociedad por ello.

    Dicho lo anterior, debemos recordar que antes lanzamos un llamado de atención por otra razón: las consecuencias del proyecto económico y político  impuesto en el país. Y para ello, basta recordar que hace poco se realizó la mesa redonda denominada “Democracia y nueva agenda latinoamericana”, en ocasión de celebrarse del 25 aniversario del periódico español “EL PAÍS”. En dicho evento, el mexicano Carlos Fuentes afirmó lo siguiente: “Si las instituciones democráticas no producen resultados sociales para estrechar el abismo entre ricos y pobres, más temprano que tarde podemos tener el retorno a nuestra más vieja tradición: el autoritarismo”. De igual forma, Fuentes sentenció: “El futuro ya no es lo que era antes. El pasado está vivo, a veces como advertencia dolorosa y a veces como promesa”.

    Los datos que ofreció el laureado novelista mexicano en el evento, no se alejan de la realidad salvadoreña. En América Latina, casi 100 millones de personas —el 50% de toda la gente que habita la región— recibe 50 dólares como ingreso mensual; también sostuvo que 94 millones sólo cuentan con un dólar diario para ¿vivir?. Irónicamente, con lo que cuesta un avión caza se podrían adquirir 80 millones de libros y el costo de un tanque equivale a 7 millones de vacunas. Citando a Federico Mayor Zaragoza, ex director de la UNESCO, Fuentes señaló que si se rebajara el 1% de los gastos militares en el mundo, todas sus niñas y niños podrían asistir a la escuela.

    ¿El Salvador es la excepción en ese panorama? Quien se atreva a sostener que sí, de seguro anda muy mal de la cabeza. El proyecto económico y político que se está consolidando en El Salvador es excluyente por naturaleza; por ella está generando mayores niveles de miseria entre los sectores que ya eran pobres y pauperizando a eso que llamaban “clase media”. Dicho proyecto cuenta —entre los  elementos básicos para imponerse— con el control autoritario de la población, en el marco de una “democracia” de fachada. Si no lo creemos, volvamos la mirada hacia la región andina del continente y fijémonos en la experiencia peruana. Y si el descontento y la protesta social lo llega a exigir en nuestro país, ¿quién asegura que no se intentará echar mano de la institución castrense para reprimir al pueblo?. Por ahora, basta con la fuerza policial; pero más adelante, quién sabe.

    Queremos finalizar estas reflexiones haciendo referencia a la labor de auxilio a la gente, como por ejemplo en el caso de los terremotos. Es importante que los recursos con los que cuenta la institución, que son muchos y buenos, estén a disposición de una población como la nuestra: en su mayoría, muy vulnerable por sus condiciones económicas y sociales. Ahora hicieron y nos alegra. Sin embargo, no se deben exagerar las cosas. Es su deber y lo tienen que cumplir. Si se dimensiona más de la cuenta el papel de la milicia y se presenta como la única salvaguarda ante cualquier calamidad, la tentación de que sea ésta la que saque al país del caos en que se sume cada vez más —por la clara incapacidad de su liderazgo político y económico— también irá en aumento. Y eso es muy peligroso.

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DOCUMENTO
Presentamos a continuación el Discurso pronunciado por el Presidente Francisco Flores ante la Asamblea Legislativa, el 2 de junio de 2001, con motivo de su segundo año de gobierno.

DISCURSO DEL PRESIDENTE FRANCISCO FLORES (I)
 

SEÑORAS DIPUTADAS Y SEÑORES DIPUTADOS:

    El final de cada año de gestión gubernamental trae consigo la obligación de rendir cuentas a la Nación a través de sus representantes, democráticamente electos. Y es en cumplimiento de ese deber que esta mañana comparezco ante ustedes para hacer un balance general de nuestro segundo año de gobierno.

    Este año, el país fue sacudido por dos terremotos en un lapso de treinta días, constituyéndose en la peor catástrofe natural de nuestra historia. Como gobierno, enfrentamos esta crisis de la siguiente manera:

    Nuestra más urgente prioridad fue salvar vidas y atender a los heridos. Procedimos a rescatar a los soterrados que todavía estaban con vida y construimos puentes aéreos para sacar a las comunidades que habían quedado atrapadas por los derrumbes.

    Concentramos a la población afectada en 73 albergues y 164 refugios, ubicados en toda la zona montañosa central de nuestro país. En ciclos de 72 horas abastecimos estos refugios con hasta mil toneladas de alimentos.

    Iniciamos las obras de mitigación de riesgos en los primeros días después del primer terremoto, y así aminoramos los riesgos en la carretera a Los Corros, la Colina, la Carretera Panamericana a la altura de La Leona, y el canal de rebalse del río Jiboa.

    Los riesgos no han desaparecido y continuamos nuestra vigilancia permanente de los mismos.
El reto más grande que teníamos por delante era proveerle techo a 200 mil familias que habían perdido sus casas. Aprovechando la necesidad de remover escombros, contratamos a las mismas familias afectadas para que hicieran las tareas de limpiar sus lotes. Entregamos 179 mil 500 paquetes de herramientas para iniciar la reconstrucción de 160 municipios.

    Con esto logramos limpiar los lotes, trasladarle recursos a las familias afectadas e iniciar el proyecto de vivienda. Desarrollamos dos líneas de producción. La primera consistía en construir una casa modelo en cada municipio y trasladarle a la alcaldía materiales de construcción. Esta línea la desarrolló el FISDL, y construimos, a través de ella, 160 mil viviendas.

    La segunda consistía en desarrollar nuevos asentamientos y complementar a aquellos cantones y caseríos que, estando demasiado lejos de los casos municipales, necesitaban  de atención especial. Esta línea de producción la desarrolló la Fuerza Armada y consistió en construir casas temporales y armarlas en el sitio. Con la Fuerza Armada levantamos 75 mil viviendas temporales.

    Logramos canalizar la solidaridad de los salvadoreños y de la comunidad internacional. Así, en este momento, se están construyendo alrededor de 20 mil viviendas temporales por individuos, empresas, la cooperación internacional e incluso la población reclusa.

    Este esfuerzo no tiene precedentes en la vida nacional. La capacidad histórica del país de construir vivienda mínima es de 20 mil unidades al año. Hoy, en escasos 110 días, le hemos dado techo a más de 225 mil familias. Es decir, un cuarto de la población.

    Nos encontramos involucrados en dos esfuerzos: el primero es identificar terrenos y construir asentamientos para aquellas familias que se encuentran en zonas de riesgo. El segundo es minimizar los riesgos que representa el invierno ante la vulnerabilidad del país. Por este riesgo nos mantendremos en estado de alerta mientras dure la época lluviosa.

    Para enfrentar estos riesgos, hemos organizado un plan invernal con los siguientes elementos: el desarrollo de un sistema de alerta temprana, la organización del sistema de albergues, la organización de la población, la vigilancia continua de los fenómenos de riesgo y el ensayo y capacitación permanente del personal para enfrentar la emergencia cuando se presente. Este plan está siendo ejecutado por la Fuerza Armada.

    Una de nuestras más grandes preocupaciones en este período, ha sido el efecto de los terremotos en la salud de los salvadoreños. Sabíamos que, como resultado de la crisis, la diseminación de enfermedades infecciosas por el deterioro de la infraestructura de salud, las condiciones de vida en los albergues y la destrucción de la red de distribución de agua, podían convertirse en epidemias de gran magnitud.

    Nuestro enfoque preventivo en materia de salud se refleja en la disminución de casos de enfermedades infecto-contagiosas, como el cólera, la hepatitis y el dengue hemorrágico. A pesar de los terremotos, el número de casos es más bajo este año comparado al que tuvimos, en estas fechas, el año pasado.

    No obstante el daño sufrido por la infraestructura de salud, que alcanzó una cuarta parte de los establecimientos, los servicios de atención no experimentaron reducción. Por el contrario, 7.9 millones de atenciones médicas fueron dadas a la población, es decir, 316 mil atenciones más que en el período anterior.

    Repararemos toda la red de establecimientos de salud dañados por los sismos, y construiremos 7 centros de atención de emergencia en zonas estratégicas y de alto riesgo.

    Hemos organizado 28 redes que complementan el sistema de salud pública a través de la participación ciudadana. La capacidad de organización y respuesta de estas redes fue puesta a prueba durante los pasados terremotos, y su desempeño fue el esperado.

    Después de una crisis como la que hemos tenido que enfrentar, la estabilidad psicológica de las personas es garantía  de la recuperación integral del país. Por ello, a través de la Secretaría Nacional de la Familia, hemos hecho un énfasis especial en la salud mental, conformando el primer ente rector que, a nivel regional, define prioridades y objetivos en este tema.

    Para la familia salvadoreña, sin embargo, la verdadera rehabilitación del país estriba en la posibilidad de tener un empleo permanente. Su primera garantía es que nuestra moneda guarda su valor. Catástrofes como la que tuvimos generan siempre procesos de devaluación. La Ley de Integración Monetaria ha garantizado que no se devalúe nuestra moneda y que podamos hoy enfrentar la reconstrucción con las tasas de interés más bajas de Centroamérica.

    La dinamización de nuestra economía está sustentada en varios factores importantes. El TPS (Estatus de Protección Temporal) beneficia directamente a nuestros compatriotas en los Estados Unidos. Al inicio pensamos que 150 mil salvadoreños podían obtener su permiso de trabajo. A la fecha, hay ya 165 mil compatriotas que han completado sus solicitudes y creemos que hasta 250 mil van a recibir este beneficio. Debido a esto, nuestra proyección de remesas familiares para este año pasará de 1,750 millones de dólares a 1,900 millones de dólares.

    Durante mi visita a Washington para conseguir recursos para la reconstrucción, las autoridades norteamericanas mostraban su preocupación y me preguntaban como íbamos a salir adelante con una catástrofe tan grande. Yo nunca he tenido dudas con respecto a cual es el verdadero capital con que cuenta nuestro país.

    Y por eso le pido a Abigail, Juan, Rosibel, Hugo, Sandra, Cinia, José, Salvador y Reina, que se pongan de pie. Ellos llegaron a Estados Unidos con muchos riesgos, a enfrentar enormes dificultades. Hoy, estos líderes de las comunidades de salvadoreños residentes en los Estados Unidos, no son únicamente símbolos de éxito personal, sino también símbolos de la solidaridad con que los salvadoreños se han volcado a ayudar a sus compatriotas. Y quiero que, con este aplauso, reciban el reconocimiento y el cariño de su país.

    El segundo factor dinamizador de la economía es la inversión pública. Tradicionalmente hemos invertido 350 millones de dólares en inversión directa. Este año duplicaremos esa cifra para invertir más de 700 millones de dólares. Dado que estas inversiones se concentrarán en grandes y pequeñas obras de infraestructura, la generación de empleo será muy significativa.

    La Iniciativa de la Cuenca del Caribe nos ha permitido generar 40 mil nuevos empleos: 20 mil directos y 20 mil indirectos. De 6 zonas francas subutilizadas, hemos pasado a la utilización de todo el techo industrial que existe en el país y a la construcción de 5 nuevas zonas francas. Para el próximo año esperamos 40 mil nuevos empleos adicionales por el desarrollo industrial.

    Los tratados de libre comercio son ya fuentes de crecimiento y nuevos empleos. Las exportaciones a México han crecido en un 70% y esperamos que en tres años estemos exportando 100 millones de dólares a ese país, creando 15 mil nuevos empleos.

    El Tratado de Libre Comercio con la República Dominicana representa una oportunidad similar, por cuanto este país tiene una  economía más concentrada en los servicios y demanda mucho producto industrial. Su economía tiene dimensiones mayores a la guatemalteca, a la que nosotros exportamos 300 millones de dólares. Por consiguiente, creemos que podremos exportar 100 millones de dólares a la República Dominicana y generar 15 mil nuevos empleos.

    A Panamá, que es nuestro sexto socio comercial, podemos llegar a exportarle 70 millones de dólares y generar 6 mil nuevos empleos. El comportamiento de nuestras exportaciones a Chile nos indica que pasaremos de 6 a 20 millones de dólares de exportación y así generar 4 mil nuevos empleos.

    Canadá ha aceptado negociar un Tratado de Libre Comercio con nosotros. Nuestra meta es firmarlo a finales de este año. Con este acuerdo, podremos exportar hasta 100 millones de dólares y crear 15 mil empleos permanentes. Los tratados de libre comercio generarán, en los próximos tres años, más de 75 mil nuevos empleos.

    La noticia más importante en materia económica que ha recibido El Salvador es que Estados Unidos, por primera vez, ha expresado su intención de firmar un Tratado de Libre Comercio. El aumento sustancial de nuestra relación comercial con el mercado más grande del mundo, dinamizaría nuestra producción a niveles que ahora apenas podemos dimensionar. Esto cambiaría la realidad económica del país.

    La industria de la construcción experimenta en este momento un repunte. Estimulado por las bajas tasas de interés para proyectos de vivienda, y por la natural demanda de reconstrucción, el dinamismo de este sector, entre otros, nos permitirá alcanzar la meta de crecimiento y generación de empleo que teníamos antes de los terremotos.

    El rescate del parque cafetero es fundamental por tres razones: siendo nuestro último bosque, nos garantiza la calidad del aire y nuestras fuentes de agua. Los terremotos impactaron principalmente la cadena montañosa, y sumado esto a la crisis de precios, el abandono de las fincas de café es un riesgo nacional.

    Para enfrentar esto, hemos desarrollado un proyecto que reestructura la totalidad de la deuda del café. Traslada todos los créditos a 20 años plazo, reduce la tasa de interés del 15 al 7% y le otorga al caficultor, en estas mismas condiciones, 20 dólares adicionales por quintal para trabajar las fincas este año. Adicionalmente, hemos puesto a disposición de los caficultores una línea de crédito para repoblar sus fincas, reparar sus calles, reconstruir las cañerías de agua y reparar  sus construcciones, a una tasa de interés del 9% y a 15 años de plazo.

    Si bien sabemos que nada puede compensar la crisis de precios, con este proyecto nos aseguramos que las fincas de café no se abandonen y que conservemos la masa vegetal mas importante que tiene el país.

    Para apoyar a los campesinos en sus labores de siembra, hemos otorgado crédito oportuno a 20 mil 600 familias. Hemos distribuido paquetes agrícolas en las zonas más afectadas, consistentes en abono y semilla certificada. Con esto hemos beneficiado a 50 mil familias de pequeños agricultores.
Hemos abierto 14 centros de agronegocios, por medio de los cuales los agricultores se conectan con el mercado agrícola, incrementando sus precios de venta y adquiriendo sus insumos a mejor precio.

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