PROCESO — INFORMATIVO SEMANAL EL SALVADOR, C.A.

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    El informativo semanal Proceso sintetiza y selecciona los principales hechos que semanalmente se producen en El Salvador. Asimismo, recoge aquellos hechos de carácter internacional que resultan más significativos para nuestra realidad. El objetivo de Proceso es describir las coyunturas del país y apuntar posibles direcciones para su interpretación.

    Su producción y publicación está a cargo del Centro de Información, Documentación y Apoyo a la Investigación (CIDAI) de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” de El Salvador. Por favor, asegúrese de mencionar Proceso al utilizar porciones de esta publicación en sus trabajos.

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Año 25
número 1115
Septiembre 29, 2004
ISSN 0259-9864
 
 
 
 

ÍNDICE



Editorial: ARENA en campaña

Política: Noticias de los otros partidos

Economía: El Salvador frente a la inversión extranjera directa

Economía: El plan social de Saca

Sociedad: Promesas sin fundamento

Regional: La visita de Saca a las Naciones Unidas

Derechos Humanos: Mano invisible de ARENA y el Ejecutivo

 
 
Editorial


ARENA en campaña

 

En marzo de este año se cerró un ciclo electoral en el país. Aparentemente, lo que se tendría —hasta las siguientes elecciones— iba a ser un clima de reducida politización, es decir, un ambiente en el cual los funcionarios electos en marzo —comenzando por el presidente de la República— dedicarían lo mejor de sus energías a resolver los principales problemas del país en los planos económico y social. Pero esto no es más que un sueño o buen propósito, porque en ARENA los procesos electorales nunca se cierran; al contrario, hay en ellos una continuidad permanente que obliga al partido a no bajar la guardia de una elección a otra, sin importar el lapso de tiempo que medie entre ambas.


Inmediatamente después de la elección presidencial de marzo, ARENA inició sus preparativos de campaña para las elecciones municipales y legislativas del 2006. Poco después, ese partido entró en campaña abierta. Los cien primeros días del presidente Elías Antonio Saca, con todo el respaldo mediático que los caracterizó, fueron una pieza más de la estrategia de campaña arenera. En días recientes, voceros del partido han proclamado a los cuatro vientos estar en campaña en vistas a las próximas elecciones.


Este estado de alerta permanente de ARENA en materia electoral es, en parte, lo que explica su éxito político. El partido de derecha ha aprendido que para ganar elecciones se requiere cuando menos de una movilización continua de las bases y de una presencia constante en el imaginario social. Lo primero supone que el contacto con las bases no se rompa y, para ello, esas bases deben ser convocadas, atendidas y motivadas. Esto no sería fácil si, después de una elección, la siguiente fuera vista como algo lejano, como algo que sucederá en el futuro.


En ARENA sucede justamente todo lo contrario: las elecciones que vienen después no son algo lejano, sino un desafío inmediato, al que debe responderse ahora mismo. Pero no basta sólo con el contacto con las bases. Un partido que quiera ganar elecciones en El Salvador debe mantener, como ya se señaló, una presencia permanente en el imaginario social. Aquí ARENA cuenta no sólo con unos ingentes recursos financieros para diseñar y costear su “proyección simbólica”, sino con el respaldo de los grandes medios de comunicación que no han escatimado esfuerzos para hacer que los salvadoreños sientan y vean la realidad como lo desean los jerarcas y estrategas del partido de derecha.


No cabe duda de que, desde los intereses de ARENA, estar en campaña permanente le es particularmente favorable. La pregunta que tiene que hacerse es qué tanto eso es favorable para El Salvador. Y, desde esta óptica, hay que decir que, lejos de ser conveniente, la campaña permanente de ARENA va en detrimento del país. Primero, por el lado de los recursos gastados: la campaña permanente de ARENA drena al Estado recursos importantes —todo lo invertido en publicidad política— que podrían ser utilizados en obras sociales impostergables. Segundo, por el lado de la responsabilidad de los funcionarios de alto rango y de rango medio: por estar en campaña no dedican el tiempo y las energías que deben a atender los problemas de la sociedad —que es la que les sostiene sus salarios, prestaciones y beneficios—. Tercero, por el lado de la legalidad: la campaña permanente violenta las normativas y los preceptos legales que regulan los calendarios electorales. Cuarto, por el lado de la competencia y la equidad política: los demás partidos, con menos recursos y menos capacidad movilizadora, quedan en total desventaja respecto de ARENA. Finalmente, por el lado de la polarización social: la movilización política permanente supone la demarcación también permanente de los grupos sociales, lo cual es preocupante en una sociedad fragmentada y violenta como la salvadoreña.


En definitiva, visto de los intereses sociales fundamentales de las mayorías —la integración social, la solidaridad grupal, la satisfacción de las necesidades sociales básicas, la viabilidad en el largo plazo de El Salvador—, la campaña permanente de ARENA no deja nada positivo. Visto desde los intereses del partido oficial, que busca mantener y/o aumentar su cuota de poder político, la campaña permanente se ha revelado como una de las claves para lograr esos objetivos. Con todo, es preocupante —más aún, grave— que los objetivos políticos de ARENA se logren a expensas de la sociedad salvadoreña. Es igualmente preocupante y grave que sea una parte significativa de esa sociedad la que permite que ARENA la gobierne, en contra de sus propios intereses y aspiraciones más vitales.


Revertir esa lógica —que subordina los intereses de la sociedad a los intereses de ARENA— es una tarea urgente. En parte, esta tarea supone la configuración de una opción política alternativa a ARENA. Hay quienes insisten en que esta opción es el FLMN. Sin embargo, el desempeño político del partido de izquierda no permite sostener con seriedad esta apuesta a su favor. Demasiado poco ha hecho el FMLN para constituirse en una opción viable y realista para conducir al país por unos derroteros distintos a los diseñados por la derecha. El otro camino que debe recorrerse es el de la irrupción ciudadana en la vida política, pero no en la línea de plegarse a un partido o seguir sus directrices, sino en la defensa de sus derechos y su dignidad.


La sociedad salvadoreña es la principal llamada a revertir esa lógica que subordina sus intereses y necesidades a los intereses y necesidades de ARENA. Sin duda, no se tratará de un proceso fácil ni inmediato, porque para ello se tendrán que poner en cuestión las redes imaginarias que ARENA, con ayuda de los grandes medios de comunicación, ha tejido para legitimar su dominación.

G

 

Política


Noticias de los otros partidos

 

Desde que se publicaron los resultados de las elecciones presidenciales recién pasadas, pocas noticias han generado los partidos que desaparecieron. Lo último que se sabe es que el incansable Rubén Zamora, fundador de las difuntas organizaciones Convergencia Democrática (CD) y Centro Democrático Unido (CDU), se apresta a montar otro partido político. De la situación del Partido Conciliación Nacional (PCN) en realidad se sabe poco. Este partido, también supuestamente desaparecido a raíz de sus pobres resultados electorales, parece esperar un milagro político que lo salve del veredicto de los electores. Mientras tanto, cada día se acrecienta el desprestigio de estas organizaciones en la opinión pública nacional.

G

 

Economía


El Salvador frente a la inversión extranjera directa

 

Debido a la gran afluencia de capitales que se produjo en los primeros años de la década del noventa, América Latina enfrentó a partir del año 1995 diferentes ciclos de inestabilidad económica que engendraban problemas estructurales. En esta línea, se cuestiona el papel que ha jugado la liberalización comercial en la propagación de las crisis y de los impactos externos, ya que muchos países de la región han pagado un alto costo de inserción en el mercado internacional.

G

 

El plan social de Saca

 

Durante su discurso en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Elías Antonio Saca expresó su deseo de implementar una política social enfocada a aliviar la pobreza. El gobernante dijo que su gobierno estaba preparando un plan de ayuda para beneficiar a 220 mil familias salvadoreñas que se encuentran en situación de extrema pobreza. Este anuncio se daba al mismo tiempo que diferentes analistas de la situación nacional discutían sobre las reformas fiscales que el gobierno deberá llevar a cabo si quiere realizar una mejor política social, ya que fue una de las promesas de campaña del partido oficial.

G

 

Sociedad


Promesas sin fundamento

 


Ya es de mayor aceptación la tesis de que sin una reforma fiscal el anunciado plan social del gobierno salvadoreño difícilmente llegará a concretizarse. Es cuestión de simple lógica que muchos sectores no querían reconocer. Pasada la evaluación de los primeros cien días de gestión presidencial, hoy con mayor presencia pública, se ve a los funcionarios más cercanos del presidente Antonio Saca gestionando ante sectores nacionales claves el apoyo político y económico para sortear el primer obstáculo en la encrucijada: la reforma fiscal. Por lo menos el secretario técnico de la presidencia, Eduardo Zablah, ha aceptado esa primera dificultad: «será difícil el acuerdo fiscal», dijo a dos periodistas de La Prensa Gráfica que lo entrevistaron a principios de septiembre. Sobre lo segundo, el plan social, hay que insistir en que las promesas rebasan con creces a lo que se ha hecho hasta el momento. Pero ello no ha detenido el desmedido optimismo gubernamental.

G

 

Regional


La visita de Saca a las Naciones Unidas

 

Los temas discutidos en la última sesión general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) son de un dramatismo escalofriante. La magnitud real del hambre y la miseria en el mundo, así como el cinismo de los apologistas de la guerra en Irak marcaron la tónica de la reunión internacional. Una intervención de distinto tenor fue la del presidente salvadoreño Elías Antonio Saca, quien aprovechó su presencia en la ONU para exaltar las supuestas bondades de su política social y policial. Es decir, utilizó el foro mundial como altavoz para la misma propaganda que difunde mañana, tarde y noche a través de los medios de comunicación salvadoreños.

G

 

Derechos Humanos


Mano invisible de ARENA y el Ejecutivo

 

Hace unos días fuimos testigos de la situación aflictiva que se vivió en los centros penitenciarios de Chalatenango y Cojutepeque, cuando de manera simultánea unos reos y sus familiares protestaron contra lo que calificaron “traslados discriminatorios y arbitrarios”. Desde las tres de la tarde, ambos reclusorios —que albergan a unos novecientos dieciséis miembros de la “Mara 18”— cerraron sus puertas con todo y visitantes adentro; los responsables de estos actos justificaron su realización, manifestando que tenían información confidencial sobre posibles traslados de miembros de dicha pandilla hacia la cárcel de máxima seguridad ubicada en Zacatecoluca, departamento de La Paz, y conocida popularmente como “Zacatrás”.


La situación generada tuvo un desenlace pacífico. ¡Qué bueno! Pero mientras duró fue bastante tensa y peligrosa, sobre todo por que estuvieron presentes más de cien familiares de los reclusos, entre mujeres y niños; esto la convirtió en un verdadero drama. Pero además puso en evidencia que la supuesta “mano amiga” ofrecida por el gobierno de Elías Antonio Saca es, hasta el momento, una invisible. ¿Por qué? Pues porque aún no logra concretarse en acciones que aseguren la prevención y la rehabilitación de los pandilleros, ni en las calles ni en las cárceles.


La medida tomada por el Director de Centros Penales y Readaptación, Rodolfo Garay Pineda, relativa al cambio de reclusorio de los pandilleros seguramente obedece a su desesperación por normalizar a cualquier costo la actual crisis penitenciaria. A la fecha, han sido trasladados cincuenta reos de este tipo; sin embargo, este funcionario quizás no imaginó que su decisión agravaría más la situación. La reacción de Garay Pineda ante las protestas comentadas, fue señalar que las mismas no tenía nada que ver con las condiciones penitenciarias; para él, como siempre, se trata de “acciones políticas” y eso constituye —también como siempre— un disparate mayor.


En efecto, la carencia de fundamento en la apreciación de este funcionario quedó desmentida por la misma Procuradora para la Defensa de los Derechos Humanos, Beatrice de Carrillo; ésta declaró, además, que los pandilleros rechazan la persecución policial mediante el “plan súper mano dura” y demandan el cumplimiento de la parte relativa a la llamada “mano amiga”. Con esta posición, los miembros de “maras” pretenden el cumplimiento real de las ofertas de Saca; asimismo, buscan que se aplique como es debido la legislación penitenciaria y se respeten los derechos humanos de toda la reclusos.


Las protestas, por suerte, no pasaron a más en cuanto a costos humanos; sin embargo, debe ponerse mayor atención a la situación global pues la misma constituye una crisis de carácter permanente y es una “bomba de tiempo”. En ese marco, en lo que va del año se han registrado cuatro amotinamientos con el lamentable saldo de más de una treintena de muertos. En la medida que se siguen produciendo, estos motines adquieren formas nuevas y curiosas en lo relativo a su realización. Es el caso de las protestas mencionadas que, como ya se dijo, incluyeron familiares de los reclusos con un grave riesgo para su integridad física.


¿Qué hace el gobierno en medio de este escenario tan complejo? ¿Actuar con inteligencia, imaginación y creatividad? Al parecer, no. ¿Cuándo llegarán las medidas ofrecidas y cuándo se verán sus resultados en la práctica? Por el momento, lo único que parece estar bien claro es la construcción o el alquiler de “nuevas prisiones”.


Entretanto, el Ministro de Gobernación, René Figueroa, fracasó en un primer intento de integrar una mesa para analizar el tema penitenciario con la participación de sectores y actores relacionados con el sistema. Esto último debido a la poca visión concertadora para iniciar en serio la discusión y debido a que, talvez, no quieren arriesgarse a que les ocurra lo mismo que con las mesas convocadas para tratar el tema de las pandillas: que diversas expresiones sociales vinculadas con el tema desde sus distintas especificidades, pongan el dedo en la llaga y evidencien la falta de contundencia y sinceridad de la aparente apertura oficial y sus publicitados planes. Así las cosas, Gobernación convocó a una mesa sin todos los comensales que debían estar en la misma.


Ante ese intento fallido —hay quienes lo califican de fracaso— el gobierno se vio presionado y tuvo que presentar, por fin, el programa bautizado como “mano amiga”; se pretende que éste sea asumido como un proyecto novedoso dentro del cual se resumen y asumen las recomendaciones producidas por una de las mesas en el pasado foro sobre pandillas. En su formulación y presentación, este programa incorpora medidas distintas a las que hasta ahora se han impulsado antes; entre las que se mencionan, se encuentran las siguientes: internados voluntarios, externados, oferta de trabajo en obras de construcción y limpieza en la ciudad, y eliminación de tatuajes. Sin embargo, el anuncio hecho con el acostumbrado “bombo y platillo” iba acompañado de otros dos ingredientes: que no existen recursos para ponerlo en marcha y que, además, ésta es sólo una parte de un plan más amplio.


¿Qué se puede hacer, entonces, si no se cuenta con los fondos necesarios para garantizar la realización de la “mano amiga” y los resultados positivos de la misma? Si se considera lo que el Ministro de Hacienda hizo público al presentar el proyecto del Presupuesto General de la Nación para el próximo año, el incremento propuesto para el ramo de Gobernación no alcanza para llevar a cabo tan importantes medidas.


La cantidad asignada a esta cartera estatal en el 2004 fue de 183 millones 42,910 dólares; en el 2005 se proyecta que llegue a un total de 196 millones 184 mil. De ahí que surja la interrogante: ¿Qué impacto real tendrán entonces los poco más de trece millones incrementados en la construcción de cárceles o el arrendamiento de infraestructura para convertirla en penales, en el impulso de programas de prevención, en materia de rehabilitación, y en la construcción y el equipamiento de talleres, entre otras medidas anunciadas? Además, este Ministerio es una de las dependencias más grandes del Órgano Ejecutivo y del Estado. Eso significa que el aumento presupuestario propuesto para el mismo, no es exclusivo de la Dirección de Centros Penales y Readaptación o para el impulso de la “mano amiga”.


Sólo estos hechos bastan para hacerse una idea de lo que ocurre y seguirá ocurriendo. A menos que la realidad futura demuestre lo contrario, quién sabe cómo, lo que aparece en el horizonte es una muestra de la poca importancia que el gobierno le da a este componente para encarar el fenómeno de las “maras”. Eso, sin mencionar que la “mano amiga” no dice nada sobre la rehabilitación de las personas que ya están en la cárcel; tal parece que este segmento de la población no será considerado en el “gesto de amistad”.


De seguir así las cosas, la tal “mano amiga” del presidente Saca terminará siendo otro anuncio hueco más de esos a los que nos quiso acostumbrar Francisco Flores: pura publicidad sin que se afronte la dura realidad de los problemas. Si ese es el rumbo por el cual se continuará transitando, en el caso de las pandillas la principal opción del Órgano Ejecutivo no cambiará: proseguirá siendo la represión.


El trabajo realizado durante semanas por diversos sectores del país en las mesas de prevención, rehabilitación y reinserción con entusiasmo y buena fe está lejos de ser una realidad para sus destinatarios. Hasta ahora, las propuestas surgidas de esas discusiones no se han asumido como política de Estado. Y mientras esos importantes componentes sociales no sean considerados en serio ni se adopten las medidas para su concreción, cualquier programa oficial estará condenado al fracaso. Eso no nos alegra; por el contrario, nos preocupa pero también indigna porque se está jugando con la seguridad y la tranquilidad del pueblo. Mientras tanto, sólo resta reiterar que la publicitada “mano amiga” del Partido ARENA y el Órgano Ejecutivo —que son lo mismo, pues Saca preside ambos— permanecerá invisible, imperceptible para los supuestos “beneficiarios” que continuarán siendo impactados por la ahora “súper mano dura”

G

 


 


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