PROCESO — INFORMATIVO SEMANAL EL SALVADOR, C.A.

Centro de Información, Documentación y Apoyo a la Investigación (CIDAI)
E-mail: cidai@cidai.uca.edu.sv

Universidad Centroamericana (UCA)
Apdo. Postal 01-168 Boulevard Los Próceres
San Salvador, El Salvador, Centro América
Tel: +(503) 210-6600 ext. 407
Fax: +(503) 210-6655
 

    El informativo semanal Proceso sintetiza y selecciona los principales hechos que semanalmente se producen en El Salvador. Asimismo, recoge aquellos hechos de carácter internacional que resultan más significativos para nuestra realidad. El objetivo de Proceso es describir las coyunturas del país y apuntar posibles direcciones para su interpretación.

    Su producción y publicación está a cargo del Centro de Información, Documentación y Apoyo a la Investigación (CIDAI) de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” de El Salvador. Por favor, asegúrese de mencionar Proceso al utilizar porciones de esta publicación en sus trabajos.

     Los interesados en suscribirse a este boletín pueden dirigirse a la Oficina de Distribución de Publicaciones de la UCA. Cualquier donativo será muy bien recibido por el CIDAI. Esta publicación se puede consultar parcialmente en la página electrónica de la UCA: http://www.uca.edu.sv

 Suscripción


Año 24
número 1101
Junio 9, 2004
ISSN 0259-9864
 
 
 
 

ÍNDICE



Editorial: Los mitos de Flores y Saca

Política: ¿Un gobierno por caer bien?

Economía: El desafío de Saca: desarrollo humano sostenible de El Salvador vs. recursos escasos

Regional: La muerte de Reagan

Derechos Humanos: Muerto el rey, ¿viva el Rey? (II)

 
 
Editorial


Los mitos de Flores y Saca

 

El 1º de junio recién pasado, Francisco Flores dejó la Presidencia de la República, después de cinco años de gestión gubernamental. El mismo día, asumió el mando del Ejecutivo el presidente electo, Elías Antonio Saca. En el marco de la sucesión presidencial, las grandes empresas mediáticas dedicaron sendos esfuerzos y espacios para crear en la opinión pública una imagen de ambos políticos que poco o nada tiene que ver con la realidad. Se ha asistido a la creación de una mitología política en torno a Flores y a Saca, en la cual ellos, además de protagonistas, han sido sus gestores directos.


El primer eje de esa creación mitológica los vincula a los dos: entre Flores y Saca no hay ruptura, sino continuidad. Ambos son parte de un gran proyecto de modernización política y reforma económica iniciado con Alfredo Cristiani. En este sentido, Saca tendría como misión culminar la obra de sus predecesores, principalmente del más inmediato, esto es, de Francisco Flores. Aceptado el mito de la continuidad, nada de lo que haga el nuevo presidente podrá ser visto como una corrección —en materia de política económica y social o de las relaciones del Ejecutivo con los otros dos Órganos del Estado— de los errores cometidos por el presidente Flores. Obviamente, a quien más conviene el mito de la continuidad es a este último; es tanta su egolatría y son tantos sus desvelos por sentirse prócer que nada le dolería más que se hiciera público que Saca está insatisfecho con el legado que su gobierno le ha dejado. Hasta ahora, Saca se ha prestado al juego de Flores y sus aliados en los grandes medios. Quizás lo está haciendo para evitar fracturas partidarias innecesarias, quizás porque tan sólo está esperando que Flores le deje el camino despejado para hacer lo suyo o quizás porque, en definitiva, el mito de la continuidad es más que un mito inventado por los medios y efectivamente el de Saca será un gobierno semejante al de Flores.


El segundo eje de creación mitológica tiene que ver con el ejercicio presidencial Flores. A juzgar por lo que dice Flores de sí mismo —y por lo que han dicho hasta la saciedad los grandes medios durante la última semana—, su gestión gubernamental ha sido perfecta, sin errores ni fallas de ninguna naturaleza. Ciertamente, un balance crítico deja un saldo más negativo que positivo en la gestión de Flores, pero ni él ni los grandes medios están para esas bagatelas en estos momentos de euforia y triunfalismo. Que el modo como enfrentó los terremotos de 2001 fue un desastre; que fue un presidente autoritario; que su política social no tuvo ni pies ni cabeza; que hizo poco para lograr una mínima articulación del aparato económico; que el sector financiero encontró en su gobierno un nicho para sentirse protegido… Todo esto cuenta poco si se lo compara con las casas de lámina construidas para las víctimas de los terremotos o con las carreteras construidas o asfaltadas con el FOVIAL. Ha estado tan obsesionado Flores por convencer a la opinión pública de que su gestión fue perfecta que hasta el último día de su gobierno usó cuanto recurso mediático estuvo a su alcance para informar (y vanagloriarse) de sus obras.


El tercer eje de creación mitológica se centra en Elías Antonio Saca. Se han dicho muchas cosas positivas de él desde que fue lanzado como candidato presidencial por ARENA. Sin embargo, en la última semana la imagen que se ha dibujado de Saca es la un superhombre: incansable para el trabajo, honesto, responsable, valiente, inteligente… Sus valedores no han escatimado elogios para el nuevo presidente, del cual se da por asegurada, de antemano, una gestión exitosa. Entre los muchos elogios que se han hecho de Saca hay uno de claro signo mítico. Es el que dice que él nació para ser presidente de El Salvador. En esta lectura, Saca estaría cumpliendo con su destino: gobernar a los salvadoreños. Y con el destino no se juega; es inexorable e ineludible. Sólo los grandes hombres realizan su destino. Elías Antonio Saca es un gran hombre; merece, por tanto, la confianza plena de todos los ciudadanos.


Las tres creaciones mitológicas apuntadas tienen una clara intención manipuladora de la conciencia colectiva de los salvadoreños. Las tres son peligrosas, porque impiden posicionarse críticamente ante la realidad política, social y económica del país. Lo mejor que puede hacer el gobierno de Elías Antonio Saca es tomar distancia del gobierno de Flores y hacer saber a los ciudadanos cuáles son los puntos de discontinuidad, para que éstos puedan valorar qué es lo nuevo que ofrece la nueva administración gubernamental. A lo mejor al ego de Flores le conviene el mito de la continuidad, pero al conjunto de la sociedad ese mito le impedirá hacerse cargo del alcance real de los cambios prometidos por el nuevo gobierno.


En la misma línea, el mito de un Flores perfecto no contribuye en lo absoluto a la necesaria rendición de cuentas de un gobierno que cuenta en su haber con indudables desaciertos en la conducción económica, política y social. Los grandes medios de comunicación, al prestarse a la creación de ese mito, no están contribuyendo en lo absoluto a la discusión realista y ponderada del desempeño del tercer gobierno de ARENA. De nuevo, quizás a Flores, con sus aires de grandeza, le convenga el mito de su perfección, pero el país no gana nada con ello. La finalización de un mandato gubernamental debería convertirse en una oportunidad para examinar y poner en balanza sus fracasos y sus éxitos, sin ataduras ni compromisos con quienes dejan el poder. Los grandes medios, una vez más, han demostrado su sumisión al poder, su servilismo y su falta de profesionalidad.


Si el mito de un Flores perfecto es nefasto, también lo es el de un Saca superhombre. A Flores le ha gustado que se construya ese mito; al parecer, Saca también es propenso a sucumbir a la misma tentación. Los grandes medios ya están haciendo lo suyo para hacer del nuevo presidente un mito viviente. Si se presta a ese juego mediático, terminará, como Flores, alejándose de la realidad nacional y de los problemas que la misma plantea.

G

 

Política


¿Un gobierno por caer bien?

 

 Desde el primer día en que anunció sus intenciones de llegar a la presidencia del país, Elías Antonio Saca tuvo una sola preocupación: caerle bien a la gente. Se puede convenir, sin grandes discusiones, que es una estrategia válida para un candidato a quien nadie esperaba en la contienda electoral. Además, lo menos que puede hacer un aspirante a una función de elección popular es caerle simpático a sus votantes. En este tema, Saca ganó por partida doble. No sólo obtuvo los resultados que todos saben a estas alturas, sino que la mayoría de los salvadoreños aún se declaran admiradores de su carisma.

G

 

Economía


El desafío de Saca: desarrollo humano sostenible de El Salvador vs. recursos escasos

 

A estas alturas de junio 2004, todavía se encuentra en la mesa de debate la futura aprobación del Presupuesto General de la Nación y el panorama de la economía salvadoreña, según las últimas estadísticas trimestrales del BCR, mantiene el tono lúgubre de bajo crecimiento económico y estancamiento del PIB per cápita. Un bajo crecimiento económico impone una restricción presupuestaria al fomento del desarrollo humano sostenible y denota una debilidad estructural para poder suplir las crecientes necesidades de las y los salvadoreños en lo económico y en lo social. En este sentido, se impone como principal preocupación, el desafío del gobierno de Saca en encarar la responsabilidad de resucitar la locomotora económica del país y traducir ese despertar económico en mejoras integrales en aspectos sociales, como el acceso universal a la salud, la educación, a una vivienda digna, al agua potable, a un medio ambiente sano y sostenible, empleos dignos, etc.

G

 

Regional


La muerte de Reagan

 

El fin de semana pasada murió el ex presidente estadounidense Ronald Reagan, a la edad de 93 años. El otrora mandatario norteamericano sobrellevó los últimos años de su vida padeciendo el mal de Alzheimer. Por orden del presidente George W. Bush, las banderas ondean a media asta y el día de sus funerales será declarado asueto nacional.

G

 

Derechos Humanos


Muerto el rey, ¿viva el Rey? (II)

 

 No pudo comenzar de otra manera su mandato Elías Antonio Saca, como quinto presidente de la “democracia salvadoreña”: distanciándose de las políticas hasta entonces impuestas por su ahora ya antecesor, Francisco Flores. Por eso quiso que el acto de transmisión del mando presidencial fuera inigualable. Tan es así, que hasta hubo intentos para que se realizara en una de las instalaciones deportivas más grandes del país. Pero no pudo ser. En todo caso, su “fiesta” fue la que contó con el mayor despliegue de seguridad con más de cinco mil efectivos de la Policía Nacional Civil y de la Fuerza Armada de El Salvador; la que tuvo el mayor número de invitados oficiales extranjeros, aunque entre éstos sólo acudiesen a la cita los presidentes de Colombia y Chile, junto a la actual mandataria de Finlandia y cinco de Centroamérica; en la que se entregaron productos típicos de la más alta calidad a la concurrencia; y en la que no se reparó en gastos. En fin, un “real” acto de transmisión del mando presidencial.


Quiso “Tony” –como ha pedido que le sigan llamando, no obstante ser ya Presidente de la República– que su discurso oficial de toma de posesión también fuese un acto de “concordia”, pero no desaprovechó para atacar a los “malos” de la oposición –los ausentes en la gala– y piropear a los “buenos”. Esa disertación es el punto de partida de cualquier gestión gubernamental; a través de ella, así como del nombramiento de funcionarios, se comienzan a vislumbrar las líneas generales de acción de un nuevo gobierno.


Así, se descubren ideas centrales en el discurso que indican la manera en que el actual Presidente administrará la herencia de Flores, al menos mientras dicho legado se convierte en patrimonio propio de la nueva administración. Por eso, fue evidente la referencia histórica a los sucesivos gobiernos “areneros” de Alfredo Cristiani, Armando Calderón Sol y el mismo Flores; ésta puede interpretarse como un llamado a la tranquilidad entre los sectores poderosos, para que sepan que en este quinquenio continuará con el mismo esquema económico de sus antecesores: el que –entre otros perjuicios– ha dejado sin empleo a miles de trabajadores públicos, el que ha permitido una explotación desmesurada de las trabajadoras en las maquilas, el que ha intensificado el ecocidio en el país y el que expulsa de éste a tantas y tantos compatriotas.


Lo anterior se refuerza si consideramos que, en sus palabras inaugurales, le apostó a los Tratados de Libre Comercio como el principal medio para salir de la crisis. En ningún momento aludió a alguna posible revisión del modelo económico, caracterizado por ser excluyente y generador de más pobreza. Pese a ello, el mandatario prometió crear una red de bienestar social y dedicar esfuerzos para el desarrollo humano. Esto último no parece tan confiable, sobre todo porque el mismo Saca ha tomado como sus referentes a tres ex presidentes que incumplieron sus promesas en el ámbito económico y social. Cristiani ofreció trabajar para los “más pobres de los pobres”; Calderón aseveró que en su gobierno, el que nacía pobre no estaría condenado a morir pobre; Flores ofreció que al final de su mandato iba a “ver a los ojos a un niño pobre” que conoció antes de tomar posesión, para decirle que le había cumplido.


Todas estas frases ahora suenan huecas e indignan. Sin embargo, creemos que es válido otorgarle el beneficio de la duda al nuevo Presidente; pero éste deberá hacer muchas más cosas audaces y adoptar medidas diferentes a las de sus predecesores, para pensar que –en la realidad y no en el discurso– sus ofrecimientos puedan llegar a concretarse.


También llama la atención la elogiosa dedicatoria de Saca a los militares. Con ello queda claro, tal como también lo ha dicho pública y expresamente, que tolerará la participación salvadoreña en la ocupación de Iraq así como la impunidad de la que gozan asesinos pertenecientes a dicha institución, algunos en situación de “retiro”. Eso nos hace dudar que en su gobierno se puedan revisar las políticas estatales en estos ámbitos. Además, todavía queda por verse la postura que adoptará el Ejecutivo frente a los casos salvadoreños que se tramitan en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, así como su posición ante los tratados internacionales de protección de derechos humanos y de derecho humanitario que están pendientes de ratificación por parte de El Salvador. Vamos a ver también qué dice y hace acerca del Estatuto de Roma, la Corte Penal Internacional y el convenio bilateral de impunidad firmado entre los Estados Unidos de América y El Salvador.


Con relación a la gobernabilidad, Saca parece desmarcarse de Flores. A juzgar por su discurso y sus primeras actuaciones públicas, aparece como un Presidente dispuesto a dialogar con los diversos sectores nacionales. A partir del primero de junio, destaca su reunión con representantes de todos los partidos políticos de oposición. El objetivo primordial: llegar a un entendimiento para desatascar el debate del Presupuesto de la Nación, bloqueado durante más de cinco meses por las discrepancias entre el Ejecutivo y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). El mensaje lanzado como parte de una de sus primeras acciones de gobierno, fue claro: apertura, entendimiento y concertación. Frente a la caprichosa terquedad, el orgullo y los desplantes autoritarios de su antecesor inmediato, Saca se planta como alguien dispuesto a hablar; en principio, le ha dicho no al diálogo de sordos entre el bando presidencialista y el opositor.


Este es uno de los puntos que con más claridad se visualizan, al menos en los inicios, de la política del nuevo mandatario. Lo cierto es que Saca no sólo necesitaba entrar con buen pie a la Casa Presidencial; también debía buscar –con especial interés– romper con la imagen política del anterior gobierno, hundido por las decisiones y las formas de Flores. De ahí que requiera ofrecer una apariencia radicalmente opuesta a la que durante el quinquenio anterior tuvimos que padecer. Las menciones expresas de los miembros del nuevo gabinete presidencial al respecto, no pueden ser más elocuentes. “Se tendrían que haber hecho varias cosas en el pasado para no haber llegado a lo que se ha llegado”, son palabras de la nueva Comisionada de Gobernabilidad, Gloria Salguero Gross, quien asumió ese cargo creado especialmente por el gobierno recién estrenado debido –en buena medida– al elevado nivel de polarización y enfrentamiento alcanzado durante la gestión del anterior.


Antonio Elías Saca no era un político de profesión, pero parece haber entendido que al inicio de su mandato necesita extender la mano a sus adversarios. Con ello, no sólo rompe con la imagen del último gobierno “arenero” sino que neutraliza el discurso bélico y confrontativo de la oposición “efemelenista”. Además, debe existir una buena dosis de conveniencia al tener que lidiar –al menos durante dos años– con una Asamblea Legislativa que no controla del todo su partido.


Otra de la medidas que más han llamado la atención, es la de “abrir las puertas” de Casa Presidencial. La semana pasada casi quinientas personas “invadieron” el, hasta entonces, inaccesible “palacio”. El protocolo se rompió y los “descamisados” se llevaron consigo la foto junto a “don Tony”. El objetivo de esto, según el nuevo Secretario de Comunicaciones de la Presidencia, es establecer un programa regular de visitas a “la Casona” para que –de manera organizada– pueda ingresar al recinto toda la gente que quiera conocerlo. Si creíamos que las influencias al más puro estilo “estadounidense” se iban a detener, nos equivocamos. En todo caso, se trata de un acto muy planificado que busca dotar a Saca de un aire de magnanimidad. Parece que está naciendo –o ya nació– un híbrido del “priísmo” mexicano y el populismo peronista, en versión salvadoreña.


Para finalizar, hay que mencionar su decisión de conversar con diversos sectores sobre la “Ley Antimaras”, componente importante de su anunciado Plan “Súper mano dura”. En un primer momento, sus representantes se sentaron con personeros del Órgano Judicial y el Ministerio Público. También ofreció incluir en la discusión a diversos organismos de la sociedad relacionados con la problemática. Esta apuesta y la aprobación del Presupuesto, son las pruebas de fuego iniciales para la “luna de miel concertadora” de Saca. Sobre lo anterior y más, hay que estar pendientes. Si de verdad cumple, para colaborar en bien del país; si no, para señalar lo que en la práctica sería “más de lo mismo” pero con un estilo menos desagradable.


San Salvador, 9 de Junio de 2004.


Señores Diputados
Honorable Asamblea Legislativa


José Mauricio García Prieto Hirlemann, mayor de edad, de este domicilio, portador de mi Documento Único de Identidad número cero un millón cuatrocientos veintiocho mil cuatrocientos veintiocho–cuatro; Gloria Giralt de García Prieto, mayor de edad, de este domicilio, portadora de mi Documento Único de Identidad número cero un millón cuatrocientos veintiocho mil ciento cuarenta y cinco–seis y José Benjamín Cuéllar Martínez, mayor de edad, de este domicilio portador de mi Documento Único de Identidad número cero cero novecientos ochenta y cuatro mil quinientos ochenta y dos–uno, actuando en mi calidad de Director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (IDHUCA), a ustedes respetuosamente exponemos:

I. Que los dos primeros somos padres de Ramón Mauricio García Prieto Giralt, asesinado el 10 de Junio de 1994 en circunstancias que ya hemos expuesto con anterioridad en la pieza de correspondencia del 12 de Mayo de 2004, presentada ante esa Honorable Asamblea Legislativa.

II. Que el día de mañana se cumple el décimo aniversario del terrible asesinato de Ramón Mauricio, fecha en la cual –por premeditada negligencia y mala intención– la Fiscalía General de la República permitió que la acción penal contra el tercer autor material y los autores intelectuales del crimen prescribiera, no obstante contar con valiosa información para profundizar en tales autorías.

III. Que es significativo reconocer que este asesinato se dio después del fin de la guerra, cuando se buscaba establecer las bases para la construcción de una nueva nación en paz, con democracia y justicia.

IV. Que a partir de esa época se han producido una cantidad de crímenes en los cuales muchas familias, con hambre y sed de justicia y verdad, no han encontrado una respuesta concreta por parte de las entidades estatales encargadas de realizar las investigaciones e impartir la justicia.

V. Que resulta oportuno que la Asamblea Legislativa, como máximo representante del pueblo del que formamos parte víctimas y familiares, considere esta fecha para solidarizarse con nuestro dolor y realice un reconocimiento, humilde y sencillo, en memoria de todas estas víctimas, de las cuales Ramón Mauricio es parte.

Por lo antes expuesto y considerando el sentimiento y la voluntad nacional que representan cada uno de los diputados, a ustedes con todo respeto solicitamos:

1. Se admita con dispensa de trámite la presente pieza de correspondencia.

2. Se realice en la sesión plenaria del jueves 10 de Junio de 2004, un minuto de silencio en la Sala de Sesiones de la Honorable Asamblea Legislativa en memoria de todas aquellas víctimas de la violencia (Katya Miranda, Erick Peña Carmona, Adriano Vilanova, Guillermo y Federico Carías, Alvaro Arias, Gerardo Guevara, Ernesto Ávila, las víctimas del metanol y tantas otras víctimas más), a las cuales –junto a nuestro Ramón Mauricio– se les ha negado la justicia como derecho fundamental. Esta solicitud es amparada por el clamor de tantas personas y familiares cuyos crímenes han sido perpetrados en circunstancias nunca esclarecidas, negando de esa manera el derecho a la justicia y a la verdad, tal como ha sucedido con la muerte de Ramón Mauricio García Prieto Giralt.

3. Se haga un llamado vehemente desde la Asamblea Legislativa a las instituciones vinculada con la impartición de justicia, para que se responda a las demandas de la sociedad salvadoreña en el combate a la impunidad.

José Mauricio García Prieto Hirlemann
Gloria Giralt de García Prieto
José Benjamín Cuellar Martínez


Carta a Ramón Mauricio García Prieto Giralt

Adorado hijo:

Este jueves 10 de junio del 2004 se cumplen diez años de tu cruel ejecución. Según las leyes de este país, transcurrido ese tiempo ya no se puede juzgar a tus asesinos. Eso dicen las leyes terrenales. Pero para Dios la prescripción no existe y para nosotros tampoco, porque el dolor no termina. El sufrimiento de nuestra familia es para siempre y la impunidad, que enajena la buena fe de la población, es continua.

Pero queremos decirte que nosotros, tus padres, nos sentimos muy orgullosos de haberte hecho justicia. A costa de tanto sufrimiento te logramos hacer justicia. Porque, ¿quién no sabe ahora que te mandaron a asesinar? ¿Quién no sabe sus nombres y los señala? ¿Quién, con objetividad, no los ubica como unos cobardes asesinos?

Día a día, a lo largo de esta dolorosa década, con nuestra permanente denuncia te hemos hecho justicia a ti. Pero también al pueblo salvadoreño que merece que ya no lo engañen, haciéndole creer que las cosas cambiaron cuando –en realidad– sigue estando sucio el cauce por donde corre el poder político.

¡Te hemos hecho justicia! La nuestra: la que tiene lágrimas, amenazas de todo tipo, destrucción de bienes, registros de nuestra casa, invasión a nuestra vida privada y mucho más. De esa justicia nos sentimos orgullosos porque, a pesar de todo, ¡no nos pudieron callar! La “justicia” del Estado salvadoreño, la que prescribe, esa no tiene importancia porque sencillamente no funciona.

Si hubieran capturado a los que ordenaron tu muerte y pagaron por ella, les habrían facilitado la fuga o a propósito los habrían sometido a un proceso viciado para dejarlos libres por esas fallas deliberadas. Y si acaso los hubieran condenado a prisión, se la habrían cambiado por un hospital o un recinto especial para estar detenidos sólo unos días y después sacarlos. Así funciona acá esa “justicia” y sinceramente es difícil que alguien crea en ella. Es tan ficticia como eso que venden como aguardiente, siendo veneno y habiendo producido ya tantas víctimas. Quizás la vida de esas personas estorba la macroecoonomía y por eso no se investiga su muerte.

Paradójicamente tu asesinato era necesario para la macropolítica estatal y tampoco se investigó. ¡Cómo se va a investigar el mismo gobierno! Situados en la época de tu asesinato –el de la desaparición de los antiguos cuerpos de seguridad y el surgimiento de la Policía Nacional Civil–, nos damos cuenta que el poder político necesitaba una ejecución de impacto para que la ciudadanía exigiera la permanencia de esas viejas estructuras. Para ello sirvió tu cuerpo acribillado por ese mismo poder, que utilizó un “escuadrón de la muerte” integrado por individuos vinculados Policía y a la Fuerza Armada de El Salvador.

Entonces, alguien te escogió como víctima por no estar acostumbrado a resolver civilizadamente sus problemas personales. Por eso, esta “paz” salvadoreña es tan violenta. No todos sus firmantes fueron sinceros y eso permitió que los poderes tradicionales siguieran con su costumbre de exterminar personas para “solucionar conflictos”. Por eso no es cierto que la mayor responsabilidad de los numerosos asesinatos de hoy, recaiga en las “maras”. Hay otras “maras” más poderosas y criminales que no son golpeadas por la discrecional “mano dura” estatal. Por el contrario, hasta las protege.

Inmediatamente después de tu asesinato comenzamos descubrir cómo se genera acá la impunidad, al ver tanta negligencia y vacíos en la investigación. Desde 1997, el Estado salvadoreño pidió que se cerrara el caso en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Más aún: el 6 de junio del 2003 le hicimos planteamientos puntuales a la Fiscalía General de la República (FGR) para el esclarecimiento de la autoría intelectual y no hizo nada.

Es indignante, hijo lindo, cómo el Estado salvadoreño –lejos de ayudarnos– se ha dedicado a denigrarnos en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La última muestra de eso: el documento que el Ministerio de Relaciones Exteriores le presentó en diciembre del 2003 constaba de treinta páginas, doce de las cuales estaban dedicadas a atacarnos con falsedades y ofensas. ¿Por qué, si lo único que pedimos es verdad y justicia? De manera que acá, a las víctimas se les victimiza aún más y quien dice la verdad es enemigo del gobierno.

Hijo del alma, en marzo de este año asistimos a la última audiencia en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y ahí nos encontramos con tres “diplomáticos” enviados por el gobierno salvadoreño. El de la FGR salió en defensa de Mauricio Ernesto Vargas, a quien nosotros no acusamos de ordenar tu ejecución pero de quien sí sospechamos que lo hizo. Así, en lugar de investigar nuestra demanda –como es debido– el Ministerio Público se dedicó a salvar de cualquier imputación al sospechoso, dentro y fuera del país. El de Cancillería expresó el temor gubernamental de que el caso pase a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Es lógico ese temor, al leer el virulento documento que Relaciones Exteriores envió a la Comisión en diciembre del 2003, maltratándonos por nuestro justo reclamo.

Hijo de nuestro corazón:

Estas y otras vivencias sólo nos alientan a seguir denunciando la impunidad en tu asesinato y toda la impunidad que asfixia a la sociedad salvadoreña Te podemos asegurar con la fe puesta en Dios, el verdadero Todopoderoso, que tu caso prescribirá para nosotros cuando –ante el Señor– tu rostro radiante se junte con los nuestros, felices de poder verte de nuevo a los ojos para decirte: ¡TE HEMOS CUMPLIDO!

Con todo nuestro amor,

Tu Papi, tu Mami.

San Salvador, El Salvador, jueves 10 de junio del 2002.

Gracias a todas las personas que nos leen, año con año, en esta dolorosa fecha. Gracias a ustedes que no tienen compromiso alguno que les impida aceptar la verdad de El Salvador; a quienes nos apoyan, nos ayudan, nos alientan y que tal vez, tristemente, se identifican con nosotros por su experiencia personal.

G

 


 


Envíenos sus comentarios y sugerencias
Mayor información:
Tel: +503-210-6600 ext. 407, Fax: +503-210-6655

 

Suscripción anual

Correo electónico  
El Salvador
    personal
    correo
Centro América y Panamá
Norte y Sur América
Europa
Otras regiones
$50.00  

¢75.00
 ¢120.00
$35.00
$60.00
$75.00
$80.00

Las suscripciones pueden hacerse en El Salvador, en la Oficina de Distribución de la UCA, o por correo. Los cheques deben emitirse a nombre de la Universidad Centroamericana y dirigirse al Centro de Distribución UCA. Apdo. Postal (01) 575, San Salvador, El Salvador, C.A.