back1.jpg (27223 bytes)  

          En El Salvador, la tenencia y permisividad en el uso de la armas de fuego se constituye en uno de los factores más determinantes de los altos niveles de violencia que enfrenta este país centroamericano, según revelan los resultados de un estudio sobre la violencia criminal llevado a cabo por la Universidad Centroamericana de El Salvador y coordinado por el Banco Mundial. El estudio en cuestión revela que un poco más del 43 por ciento de las armas utilizadas por los ahora convictos del sistema penitenciario salvadoreño estaban registradas legalmente; este porcentaje supera al 50 por ciento entre quienes están recluidos por causa de los secuestros. Una de las conclusiones del estudio señala que "la circulación poco controlada de armas legales y la existencia de importantes mercados negros como herencia del conflicto bélico han permitido que el crimen totalice la vida social salvadoreña".

          El estudio titulado "El crimen violento en El Salvador. Factores sociales y económicos asociados", fue realizado por un equipo multidisciplinario del Instituto Universitario de Opinión Pública de la UCA bajo la coordinación y el financimiento del Banco Mundial, como parte de un amplio proyecto regional impulsado por la Oficina del Economista Jefe para Latinoamérica para identificar los factores sociales y económicos que están detrás del problema de la violencia criminal en América Latina. Estudios de la misma índole se han llevado a cabo simultáneamente en Mexico, Colombia, Perú, y Brasil.

Gráfica N° 1

 

          América Latina y el Caribe es la región más violenta del mundo con una tasa de homicidio de 30 muertes porcada 100,000 habitantes, y dentro de ella, El Salvador posee una de las tasas más altas de violencia criminal. De acuerdo a los datos recabados por el mismo estudio, El Salvador ha experimentado una disminución paulatina en sus tasas de homicidio en el período de 1994 a 1999, pero aún conserva una de las tasas más elevadas, con alrededor de 100 muertes por asesinato por cada 100,000 habitantes.

          El estudio indica que a pesar de su reducida extensión territorial, no todo el país enfrenta los mismos niveles de violencia. La región del occidente (departamentos de Santa Ana, Sonsonate y Ahuachapán) es la que reporta una tasa mayor de homicidios por encima incluso que la capital San Salvador. Sin embargo, es en las ciudades grandes y en las que existe mucho movimiento económico, especialmente en el Área Metropolitana de San Salvador en donde se concentra más el crimen en contra del patrimonio, esto es el robo y el asalto a mano armada. Un salvadoreño tiene más probabilidades de ser asaltada con fines económicos en la capital, pero tiene más probabilidades de sufrir de agresiones en contra de la integridad física en el interior del país, especialmente en la zona occidental.

          El estudio mostró además que los factores que aumentan la probabilidad de ser víctima de un hecho criminal son los siguientes:

  • El sexo. Los hombres tienen más probabilidades de sufrir por la violencia criminal que las mujeres.

  • La edad. A menor edad aumentan las probabilidades de sufrir por la violencia criminal

  • Empleo. Las personas con empleo tienen más probabilidades de sufrir por la violencia criminal.

  • Vivir en una comunidad con alto desempleo. Las personas que viven en comunidades con mucho desempleo tienen menos probabilidades de sufrir por la violencia criminal de cualquier tipo.

  • Vivir en una comunidad con presencia policial. En la medida en que hay más presencia policial en una comunidad, en esa medida sus miembros tienen menos probabilidades de sufrir por la violencia criminal.

  • Vivir en una comunidad con poca desigualdad económica. Esta condición disminuye la probabilidad de ser víctima de un delito con motivaciones económicas, pero aumenta la probabilidad de sufrir un hecho de violencia de cualquier tipo.

Gráfica N° 2

 

¿Quiénes tienen mayor probabilidad de ser víctimas de un hecho delincuencial?

Los victimarios.

          La investigación llevada a cabo por la UCA hizo uso de una amplia consulta en los centros penitenciarios del país para identificar los factores asociados a la violencia criminal de parte de aquellas personas que están convictas por algún hecho de delincuencia.

          Algunos de los resultados muestran que las personas que participaron en la guerra como combatientes de cualquiera de los bandos suelen estar presas en los centros penitenciarios por haber cometido los delitos de carácter más violento: homicidios, violaciones y agresiones en contra de otros.

          Entre otras cosas está investigación también reveló que la mayor parte de los ahora reclusos obtuvieron sus armas, y las municiones para cometer el crimen, por medio del mercado negro y de las tiendas legales de venta de armas.

Los Hombres.
Los más jóvenes.
Los que viven en comunidades con poco desempleo.
Los que viven en comunidades con poca presencia policial.
Vivir en un hogar con pocos integrantes.
Los que tienen armas.

Gráfica N° 3

Gráfica N° 4

 

          En términos generales, los resultados muestran que los siguientes factores explican la probabilidad de que una persona tenga un historial de reincidencia delincuencial:

  • Nivel educativo. Los reclusos con poca escolaridad tienen más probabilidad de ser reincidentes criminales.

  • Desempleo. Las personas que no tienen empleo tienen más probabilidades de ser reincidentes criminales.

  • Pandillero. La pertenencia a las pandillas es un factor que aumenta la probabilidad de vivir en el circuito del crimen.

  • Vivir en una comunidad con alto desempleo. Las personas que viven en comunidades con mucho desempleo tienen menos probabilidades de sufrir por la violencia criminal de cualquier tipo.

  • Vivir en una comunidad con presencia policial. En la medida en que hay más presencia policial en una comunidad, en esa medida sus miembros tienen menos probabilidades de sufrir por la violencia criminal.

  • Vivir en una comunidad con poca desigualdad económica. Esta condición disminuye la probabilidad de ser víctima de un delito con motivaciones económicas, pero aumenta la probabilidad de sufrir un hecho de violencia de cualquier tipo.

Gráfica N° 5

¿Quienes tienen mayor probabilidad de ser reclusos responsables de homicidio y reincidentes?

 

          Por otro lado, las personas del sexo masculino, con historia de pertenencia a las pandillas juveniles, con acceso a armas, con historia de participación como combatiente en la guerra civil y que vive en hogares con mucho hacinamiento son las más propensas a tener un historial de homicidio.

          El estudio propone una serie de recomendaciones para hacer frente a los datos revelados. Por ejemplo, sugiere que un esfuerzo fundamental debe ser hecho para diseñar un sistema nacional de registros y estadísticas sobre violencia, combinado con un sistema de clasificación de las lesiones incorporado en el sistema nacional de salud. Esto ayudará a desarrollar estrategias para combatir el crimen y la violencia, según las realidades de las diferentes regiones, ciudades y comunidades.

          La investigación señala además la necesidad de fortalecer los programas sociales en el país, ampliando el acceso a la educación en todos sus niveles, pero especialmente entre los sectores más deprimidos económicamente; creando programas que generen fuentes de trabajo dignas y competitivas; aumentando la inversión en el desarrollo local y fortaleciendo los espacios de participación sociopolítica y de autogestión comunitaria.

          De forma más concreta, el estudio recomienda hacer un esfuerzo en el control de la circulación legal e ilegal de armas a nivel nacional. Además señala la importacia de atender al gran sector de excombatientes de la guerra, redefiniendo los programas de reinserción para hacerlos más efectivos en la integración productiva de los antiguos combatientes.

          El estudio sugiere también prestar una atención integral al problema de las pandillas juveniles, creando programas de formación y de empleo alternativos y competitivos para los jóvenes que viven en comunidades con problemas de marginación, al tiempo que se recomienda una discusión seria sobre la prolongación de las penas para aquellos con un historial comprobado de criminalidad.

 

San Salvador, 14 de marzo de 2000.

© 2000 IUDOP UCA.

Obtener el documento completo

Regresar a boletines en línea