Los salvadoreños frente a las elecciones
legislativas y municipales de 2000


La mayor parte de los salvadoreños no está interesada en las elecciones.
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La mayoría de los salvadoreños piensa que la situación del país está empeorandor.
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ARENA y FMLN virtualmente empatados en la disputa por la Asamblea.
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Héctor Silva y la Coalición FMLN-USC a la cabeza de las preferencias por la alcaldía capitalina.
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Gráfica 1.

Interés en el proceso electoral 2000
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Gráfica 2.

Interés en asistir a votar
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Gráfica 3.

Opinión sobre la transparencia del proceso electoral
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Gráfica 4.

Opinión sobre la importancia de las elecciones
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Gráfica 5.

Opinión sobre la situación actual del país
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Gráfica 6.

Confianza en algunas instituciones del país
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Gráfica 7.

Preferencias partidarias
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Gráfica 8.

Intención de voto para diputados
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Gráfica 9.

Distribución del voto para diputados según voto en 1999
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Gráfica 10.

Mejor candidato a la alcaldía de San Salvador
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Gráfica 11.

Intención de voto para alcalde de San Salvador
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Gráfica 12.

Distribución del voto para alcalde de San Salvador según voto en 1999
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  El 57.2 por ciento de los salvadoreños tiene poco o ningún interés en las elecciones municipales y legislativas a celebrarse el próximo 12 de marzo, según revela el último estudio de opinión pública del Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP) de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) de El Salvador. El sondeo, realizado con el propósito de comprender cómo se sienten los salvadoreños de cara al proceso electoral de 2000, fue llevado a cabo entre el 12 y el 20 de febrero del año en curso, con dos muestras separadas: una muestra nacional de 1,233 entrevistas a adultos salvadoreños, que incluye los catorce departamentos del país y una muestra de 631 adultos que residen en el municipio de San Salvador. En total, para esta encuesta se entrevistaron a 1,864 personas. El estudio de opinión pública reveló que solamente el 22.6 por ciento de los salvadoreños se encuentra muy interesados en las elecciones y que el resto de personas llegan a sentir "algo" de interés por el proceso.

De hecho, la encuesta de la UCA encontró que el interés por las elecciones mostrada por las elites políticas y por los medios de información del país no es compartido por la mayor parte de la población salvadoreña, especialmente por aquella de menores recursos socioeconómicos. Ésto explica, en parte, el hecho de que sólo el 30.7 por ciento se ve muy motivado a votar el próximo 12 de marzo, frente a un 21.5 por ciento que se muestra "algo" motivado para votar y un 47.8 por ciento que se expresó poco o nada interesado en asistir a votar. Elecciones anteriores han demostrado que al final sólo asiste la gente que se muestra muy motivada para votar.

Además, los resultados muestran que sólo el 30 por ciento de los ciudadanos creen que las elecciones serán limpias. El resto de los salvadoreños piensan que habrá fraude (41.4 por ciento) o simplemente no saben si las elecciones serán transparentes (28.6 por ciento).

La encuesta de la UCA encontró nuevamente que a la base de estas actitudes hacia las elecciones se encuentran tres grandes grupos de opiniones sobre la política y el país que también están muy relacionadas entre sí.

En primer lugar, la mayor parte de los salvadoreños piensa que los partidos políticos no les benefician ni tampoco les representan adecuadamente. En concreto, el 63.6 por ciento estuvo en desacuerdo con la idea de que los partidos políticos benefician a la población; mientras que, por otro lado, el 59.2 por ciento considera que los partidos políticos no representan los intereses de los salvadoreños.

En segundo lugar, detrás del poco afecto de los salvadoreños por las elecciones existe la impresión de que las mismas no son útiles para cambiar y mejorar las cosas en el país. De hecho, el 54 por ciento de los consultados dijeron que las elecciones son una pérdida de tiempo pues las cosas nunca cambian en el país. Esta opinión es particularmente grave entre una ciudadanía en la que prevalece la percepcion (69.5 por ciento) de que la situación del país está empeorando.

Finalmente, el sondeo realizado por el IUDOP indica que buena parte de la apatía hacia las elecciones está profundamente vinculada a la desconfianza ciudadana en las instituciones políticas del país y en la gestión del gobierno central (lo cual también explica parte de las intenciones de voto). La mayor parte de las instituciones políticas del país, con excepción de las alcaldías, no reciben más allá del 15 por ciento de confianza absoluta por parte de los salvadoreños. Instituciones como el gobierno, la Asamblea y, sobre todo, los partidos políticos han recibido los menores índices de confianza ciudadanos.

Cuando se trata del desempeño, el gobierno de Francisco Flores fue calificado con una nota promedio de 4.84 (la más baja en todos los mandatos de ARENA), mientras que la Asamblea Legislativa recibió una nota media aún menor: 4.74. Sólo los gobiernos municipales, en su conjunto nacional, parecen recibir menos críticas de la población, 5.92, aunque el promedio sigue siendo bajo.

Estas evaluaciones sobre el desempeño de las instancias del gobierno no sólo afectan a los partidos directamente involucrados sino también a todo el sistema político electoral dado que, decepcionados de sus propios gobernantes, buena parte de los ciudadanos se retiran de la posibilidad de ejercer su voto.

Las preferencias partidarias
En este contexto de mucho desinterés y desconfianza ciudadana, el sondeo realizado por la UCA revela que más de la mitad de los salvadoreños no se sienten simpatizantes de ningún partido político en contienda y que la identificación partidaria por cada uno de los partidos no supera al 18 por ciento de toda la población adulta en edad de votar. Para febrero de 2000, el porcentaje de personas que se identifican con ARENA es del 17 por ciento; mientras que el FMLN reúne al 14.6 por ciento de todos los adultos del país; el PDC logra una ídentificación partidaria del 2.8 por ciento; en tanto que el PCN y el CDU logran el 2.2 y el 1.3 por ciento respectivamente. El resto de partidos juntos no logran más allá del 3 por ciento.

La intención de voto para diputados
La encuesta muestra que no siempre la gente parece estar dispuesta a votar en función de su simpatía partidaria. El estudio de opinión realizado por el IUDOP de la UCA revela un virtual empate en la intención de voto para diputados a nivel nacional.

Para mediados de febrero, el 21.8 por ciento de las personas que tienen carnet electoral dijo que votaría por ARENA, el 21.6 por ciento dijo que votaría por el FMLN, un 4.2 por ciento sostuvo que votaría por el PCN, un 3 por ciento afirmó que votaría por el PDC y un 2.5 por ciento votaría por el CDU. Cerca de un 10 por ciento no votaría por partido alguno y un poco más del 35 por ciento no quiso expresar su intención de voto.

¿Cómo se explica este virtual empate entre ARENA y el FMLN? Las respuestas parecen estar fundamentalmente en la evaluación que los ciudadanos hacen sobre la gestión del gobierno de Flores y la cual parece estar debilitando a ARENA y contribuyendo indirectamente al FMLN y al PCN. Los resultados de la encuesta de la UCA indican que las únicas personas que aprueban la gestión presidencial --es decir, los que evalúan con promedio arriba de 6-- son los electores de ARENA, el resto de personas independientemente de su afiliación partidista, no aprueba la gestión ejecutiva.

De hecho, ARENA parece estar dependiendo más de su voto duro y de votantes nuevos jóvenes, que de antiguos correligionarios de otros partidos. Por su parte, el FMLN parece estar ganando un poco más de adeptos entre las personas que votaron para otros partidos en las elecciones de 1999, especialmente de ARENA. El desplazamiento desde ARENA no sólo se da hacia el FMLN sino también hacia el PCN y hacia un grupo importante de posibles abstencionistas electorales.

Por otro lado, la UCA preguntó a la población sobre cuál es el tipo de Asamblea que le conviene más al país. Alrededor del 40 por ciento de los salvadoreños cree que al país le conviene una Asamblea en la que no domine partido político alguno, es decir en la que haya equilibrio de todas las fuerzas; un 14.5 por ciento considera que la Asamblea debería ser dominada por ARENA; un 9.1 por ciento cree que debería ser dominada por el FMLN y un 11.4 por ciento otorga relevancia a los partidos pequeños. El resto de personas no supo responder a la pregunta.

La intención de voto para la alcaldía de San Salvador
Por la importancia que tiene el gobierno municipal de San Salvador, el IUDOP decidió realizar una muestra aparte de 631 entrevistas para el municipio de San Salvador con el objeto de explorar las actitudes de la población con respecto a las elecciones municipales.

En primer lugar, los residentes en el municipio de San Salvador muestran un nivel de interés relativamente mayor por las elecciones que en el resto del país. De acuerdo a los resultados, un 40.1 por ciento de los capitalinos estarían muy interesados en asistir a votar el próximo 12 de marzo.

En segundo lugar, las intenciones de voto para el municipio de San Salvador favorecen ampliamente a Héctor Silva y al FMLN. De acuerdo a los resultados, el 40.2 por ciento de los residentes del municipio de San Salvador votaría por la Coalición FMLN-USC, seguidos de un 23.1 por ciento que votaría por ARENA, un 2 por ciento que votaría por el PDC y un 1.8 por ciento que elegiría al resto de partidos. Sin embargo, un poco más del 25 por ciento no reveló su intención de voto y casi el 7 por ciento dijo que no votará por partido alguno.

En cuanto a la simpatía por el candidato, los resultados confían la ventaja del candidato de la Coalición FMLN-USC. Héctor Silva recibe el apoyo del 53.2 por ciento de los capitalinos, en tanto que Luis Cardenal recibe el apoyo del 23.1 por ciento. El resto de candidatos no recibe más del 4 por ciento de las simpatías capitalinas y un poco más del 20 por ciento restante no define su candidato de simpatía.

¿Cómo se explica esa considerable ventaja de Héctor Silva y la Coalición sobre ARENA? Hay muchas razones, pero la encuesta registra un significativo desplazamiento hacia la Coalición de personas que en las elecciones de 1999 votaron por ARENA y otros partidos. En este caso, ARENA depende mucho más de su voto leal que el FMLN, el cual está logrando sumar adeptos por efecto de la gestión capitalina.

En efecto, en este caso, las tendencias parecen estar asociadas con la valoración que hacen los capitalinos sobre el desempeño del gobierno municipal. Los votantes del bloque FMLN-USC acusan un elevado promedio de evaluación a la gestión del alcalde Silva, lo cual estaría teniendo más peso a la hora de decidir el voto que la propaganda del partido oficial.

En resumen, la última encuesta preclectoral del Instituto Universitario de Opinión Pública de la UCA revela que, al igual que los procesos electorales anteriores, la mayor parte de la gente no está interesada ni motivada por las elecciones legislativas y municipales de 2000. A la base de esta apatía parecen encontrarse varios factores. Por un lado, la ya inveterada percepción de que lo político no es de utilidad para mejorar las condiciones de vida de la mayoría de la población; por otro lado, la sensación popular de que el país está cada más emproblemado; y, en tercer lugar, la poca credibilidad que se han forjado la mayor parte de instituciones políticas del país y el desencanto provocado por el desempeño del gobierno y de la Asamblea Legislativa.

Lo más relevante de la encuesta de la UCA no está en la predicción de las intenciones de voto partidario, sino en el hecho de que muestra cómo el sistema político salvadoreño sigue siendo incapaz de conectar efectivamente con los anhelos y preocupaciones más importantes de los ciudadanos y cómo esto tiene un impacto negativo en la participación electoral.

En esta línea y sin negar la posible influencia propagandística, hay que caer en la cuenta de que el resultado de las elecciones parlamentarias depende también de lo que el gobierno central y las alcaldías hayan hecho o hayan dejado de hacer durante su gestión.

El caso de la municipalidad de San Salvador y de otras de cualquier signo político es un ejemplo de cómo una gestión valorada positivamente por la mayoría de los ciudadanos puede no sólo atraer más votos inusuales a un partido político sino que también puede beneficiar al sistema político porque fomenta el interés ciudadano por la participación y la competitividad electoral.

San Salvador, 24 de febrero de 2000.

© 2000 IUDOP UCA




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