ECA, enero-febrero, 1997, nº 579-580

 

Los salvadoreños evalúan la situación del país a finales de 1996

Encuesta de opinión pública

Instituto Universitario de Opinión Pública

 

Resumen

Entre el 23 de noviembre y el 1 de diciembre de 1996, el IUDOP realizó un sondeo de opinión pública con una muestra de 1,235 adultos de todo el país, con un margen de error del más o menos 4 por ciento. La encuesta, diseñada para recoger la opinión de los salvadoreños sobre la situación política del país a finales del año, reveló que la mayor parte de los ciudadanos piensa que los problemas de delincuencia y economía empeoraron en 1996, cuestión de la cual responsabilizan al gobierno. El sondeo reveló también que la mayor parte de los salvadoreños no confían en ciertas instituciones políticas como la Asamblea Legislativa y los partidos.

 

 

1. Introducción

Las valoraciones que se han hecho sobre el rumbo de El Salvador durante 1996 parecen coincidir en su mayoría con la idea de que el país no está en muy buenas condiciones. Estas afirmaciones se fundamentan al echar un vistazo a la vida social cotidiana: desorden urbano, delincuencia, pobreza, corrupción, etc. Como es costumbre, el IUDOP realizó un sondeo a finales del año pasado para consultar a los ciudadanos, entre otras cosas, lo que piensan sobre el estado del país. Los resultados pueden parecer un poco repetitivos para aquéllos que siguen el curso de las evaluaciones anuales de la población, pero ante todo muestran un estado de opinión marcado por el desencanto y la ausencia de esperanzas, y reiteran las preocupaciones nacionales por el rumbo del país. Esta forma de ver la situación puede tener impacto no sólo en términos de pensamiento social, sino también en términos de los comportamientos sociales que se puedan dar en 1997 -año electoral. En las siguientes páginas, el lector encontrará que las preocupaciones y las desilusiones de los ciudadanos salvadoreños están afectando la confianza de los mismos en las instituciones políticas y en sus representantes y, en ese sentido, pueden tener un efecto sobre el resultado del proceso electoral que se avecina.

 

Vale la pena anotar que los resultados que se exponen acá no constituyen la totalidad de tópicos abordados por el sondeo del IUDOP. En esta ocasión se exponen sólo los datos referentes a la opinión de los salvadoreños sobre la situación del país dejando para un trabajo próximo el tratamiento del resto de los resultados (ver IUDOP, 1997). El guión del presente artículo es sencillo. Se inicia presentando los detalles metodológicos de la encuesta. En segundo lugar, se muestran las opiniones de los salvadoreños sobre la situación general del país, esencialmente marcada por la concepción de los problemas principales; luego se hace un recorrido sobre la evaluación que hacen los ciudadanos acerca de la gestión gubernamental en 1996; enseguida se exponen las tendencias partidistas de finales de 1996 con vista a las próximas elecciones para diputados y concejos municipales. Finalmente se cierra con un resumen conclusivo sobre los resultados principales.

 

2. Encuesta y población encuestada

Entre los días 23 de noviembre y 1 de diciembre de 1996, el Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP) de la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" (UCA), dentro de su serie de consultas periódicas nacionales realizó una encuesta con el objeto de conocer cómo evalúan los salvadoreños la situación política, la situación económica del país y la gestión gubernamental durante 1996; así como también con el fin de indagar las opiniones de la población sobre los sucesos políticos, sobre todo de cara a las elecciones municipales y legislativas que tomarán lugar en marzo de 1997.

 

Para ello se hizo uso de un cuestionario compuesto básicamente de cinco apartados temáticos. Aparte de recoger los consabidos datos demográficos, cuyas preguntas estaban concentradas en la primera parte, el instrumento abría con una sección que exploraba los valores o actitudes que poseen los salvadoreños relacionados con su comportamiento político: autoritarismo, tolerancia y conformismo. El apartado número tres del cuestionario contenía preguntas referentes a la participación política de los ciudadanos: partido de preferencia, confianza e interés en los procesos y campañas electorales, conocimiento sobre alcaldes y diputados, interés en la política y nivel de participación en las próximas elecciones. El cuarto segmento constaba de algunos ítems a recoger opiniones sobre el sistema político salvadoreño y la situación del país: evaluación del desempeño del gobierno, evaluación de la situación de los derechos humanos, la delincuencia y la situación política y económica, confianza en los partidos políticos, la Asamblea Legislativa, la alcaldía y el Tribunal Supremo Electoral y lo que debe hacer el parlamento que asuma el próximo período. La quinta parte contenía una serie de reactivos que recogían el conocimiento y la evaluación de los entrevistados sobre los partidos políticos. Por un lado, se pedía a los ciudadanos que identificaran el partido político más capaz de cumplir ciertas metas como: luchar contra la corrupción, crear fuentes de trabajo, detener el alza de los precios y luchar contra la delincuencia. En esta parte también se recopilaba información sobre las intenciones de voto de los ciudadanos para las elecciones de alcalde y diputado. Para establecer la calidad de la información brindada por el encuestado el cuestionario incluyó al final tres preguntas que debían ser respondidas por el encuestador sobre la forma en que contestó el entrevistado.

 

La muestra nacional se diseñó de tal manera que reflejase lo más fielmente posible la totalidad de la población salvadoreña; esto según los datos del Censo Nacional de Población de 1992 y del último informe de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples de la Dirección de Información, ahora instancia del Ministerio de Relaciones Exteriores. La cuota muestral incluyó 38 municipios de los catorce departamentos de la república. En cada departamento, la muestra se dividió en dos grandes sectores: urbano y rural. El primero fue dividido en cinco estratos: alto, medio-alto, medio-bajo, obrero y marginal; la cuota rural se dejó como una categoría independiente por las dificultades de encontrar criterios de tipificación en el campo. En el muestreo se consideraron también cuotas para los rangos de edad y para el género de los encuestados. La aplicación del cuestionario se hizo por aproximación no sistemática a los hogares ubicados en los municipios y en las zonas definidas aleatoriamente. Los entrevistados explicaban a las personas abordadas los objetivos y el tema de la encuesta. En cada caso se entrevistó únicamente a personas que quisieran contestar (una persona por hogar) y que cumplieran con los requerimientos descritos en la boleta para completar la cuota muestral.

 

La muestra final obtenida fue de 1,235 encuestas válidas, con un margen de error muestral estimado de +/- 0.04 (cuatro por ciento). El 48.1 por ciento de los encuestados pertenece al sexo masculino y el 51.9 por ciento corresponde al sexo femenino. La edad promedio es de 37.1 años con una desviación típica de 14.7 años. Los encuestados tienen un promedio general de 7.9 años de estudio y el 56.6 por ciento de ellos se encuentra empleado formalmente en la actualidad o posee un trabajo propio. El 18.9 por ciento de los consultados dijo no tener confesión religiosa alguna, mientras que otro porcentaje parecido, el 18.5 por ciento afirmó ser "evangélico"; el 60.7 por ciento se declaró católico y una proporción mínima, el 1.9 por ciento, mencionó otras religiones. El Cuadro 1 muestra la distribución de la población encuestada por departamento y sector social.

 

 

Cuadro 1

Distribución de la población encuestada

según departamento y sector social

(En porcentajes)

Sector social

Todos

Departamento

Alto

Medio-alto

Medio-bajo

Obrero

Marginal

Rural

N

%

Ahuachapán

3

4

4

7

4

40

62

5.0

Santa Ana

7

13

13

20

12

42

107

8.7

Sonsonate

4

3

21

16

15

30

89

7.2

La Libertad

7

17

14

24

15

49

126

10.2

Chalatenango

4

4

4

6

4

24

46

3.7

San Salvador

32

60

73

94

61

44

364

29.5

Cabañas

2

4

3

6

3

16

34

2.8

Cuscatlán

2

6

8

8

6

19

49

4.0

San Vicente

2

2

6

6

4

12

32

2.6

La Paz

4

7

9

12

8

20

60

4.9

Usulután

4

4

12

12

8

36

76

6.2

San Miguel

6

14

13

20

14

23

90

7.3

Morazán

1

4

4

6

4

21

40

3.2

La Unión

4

6

6

10

6

28

60

4.9

N

82

148

190

247

164

404

1235

---

%

 

6

12.0

15.4

20.0

13.3

32.7

--

100.0

 

3. Los resultados de la consulta

Ciertamente, como puede verse en los párrafos anteriores, el sondeo en cuestión abordó una gran diversidad de temas, todos tenían que ver directa o indirectamente con la situación política de la sociedad salvadoreña a finales de 1996, de ahí el título de la encuesta: Evaluación política de 1996. Sin embargo, por razones de espacio no es posible presentar y comentar todos los resultados generados por la investigación; más bien, en este artículo se expondrán los datos más relevantes de la encuesta que pueden contribuir a trazar una descripción de la forma en que los salvadoreños están concibiendo y actuando respecto al sistema y la situación general del país a finales de 1996. Para ello, se revelan a continuación los resultados relacionados con la situación del país, la evaluación del trabajo del gobierno y las preferencias partidarias.

 

3.1. La situación del país

La encuesta del IUDOP exploró diversos aspectos relacionados con la percepción y las actitudes de la gente respecto a la situación general del país. Esta exploración esencialmente se desarrolló sobre dos ejes. Por un lado, las opiniones que los salvadoreños tienen sobre algunos aspectos de la vida nacional durante el año que recién finaliza; por otro lado, las valoraciones acerca del desempeño del gobierno y la confianza en las instituciones que forman parte de las instancias encargadas de conducir al país en términos políticos.

 

Para entender la manera en que los salvadoreños ven a su sociedad, es necesario remitirse a su concepción sobre el principal problema del país, en otras palabras: ¿cuál es el principal problema nacional para los ciudadanos? Esto es algo que puede resultar repetitivo ahora, después de revisar la serie de encuestas efectuadas por el IUDOP a lo largo de sus más de diez años de trabajo, y sobre todo, después de ver que los resultados sobre este tópico no han variado sustancialmente. Sin embargo y por lo mismo, el dato merece una atención particular, ya que sugiere que los salvadoreños continúan percibiendo los mismos problemas nacionales a pesar de los cambios políticos que ha registrado el país desde la guerra y con la asistencia de elecciones y acuerdos de paz.

 

 

FIGURA 1.

 

 

Efectivamente, los salvadoreños siguen identificando a la delincuencia y a la economía en general, como los dos grandes problemas nacionales a finales de 1996. El dilema de la criminalidad, citado por el 41.2 por ciento de los consultados, asociado al problema de la "violencia", mencionado así, de manera genérica, alcanza casi la mitad de las respuestas a la pregunta sobre la principal dificultad nacional. Sin embargo, esto no significa que el resto de problemas sean de menor peso para la población. Examinando la Figura 1, se puede ver que la mayor parte del resto de cuestiones mencionadas como problema por los encuestados se refiere a la situación económica: economía, desempleo, pobreza e inflación tienen que ver con un gran tópico de índole económico, lo cual reúne a otro 41.2 por ciento de los consultados. Esto significa que, hablando de problemas nacionales, los salvadoreños básicamente están preocupados por dos temas, crimen y economía. El resto: corrupción, servicios públicos, medio ambiente, transporte, deben ceder ante aquéllos, los cuales son valorados como más urgentes. Y es que tales problemas, la delincuencia y la condición económica, pese a ser citados como dilemas nacionales, son percibidos con capacidad de afectar el entorno vital de los ciudadanos; de tal manera, muchos salvadoreños opinan que no sólo deben preocuparse por encontrar trabajo o porque les alcance el dinero para sostener a su familia, sino también deben preocuparse porque no les roben lo poco que tienen. Ello hace también que, pese a su persistencia en la opinión pública, sean tan actuales y urgentes de resolver como hace diez años.

 

Y es que para finales de 1996, la encuesta del IUDOP no sólo registra el mantenimiento de la opinión pública sobre los problemas principales, sino que consultados directa e individualmente sobre cada uno de los problemas, los ciudadanos piensan que los mismos han empeorado.

 

La mayoría de los salvadoreños (84.9 por ciento), piensa que la criminalidad aumentó en el transcurso del año que recién termina, el resto divide sus opiniones en considerar que el crimen se mantuvo igual (9.3 por ciento) o que, por el contrario, disminuyó (4.5 por ciento). Un análisis por sectores sociales reveló que tal percepción es casi igual para todos los estratos socioeconómicos y para todos las personas con diferentes niveles de formación educativa. En materia de delincuencia parece que todos los ciudadanos comparten la misma calificación.

 

En cambio, donde aparece una divergencia notable es en el tema de la economía. Aunque más de las dos terceras partes de la población sostiene que la economía nacional empeoró durante 1996, es posible encontrar cierto grado de disentimiento entre distintos grupos sociales. Por ejemplo, en la medida en que los consultados poseen mayor educación, en esa medida aumenta la opinión de que la economía del país mejoró; aunque no llega a revertir la tendencia general, sí es notable la diferencia entre el 3.5 por ciento sostenido por los analfabetas y el 12.1 por ciento afirmado por los universitarios (ver el Cuadro 2). Sin embargo, la variable que parece incidir más en la opinión de las personas es la preferencia partidista. Aunque casi la mitad de los areneros piensa que la economía pública empeoró durante 1996, existe un significativo porcentaje de los mismos, el más alto de todos los partidarios, que no comparte esa opinión; es más, el 16.3 por ciento de los simpatizantes del partido ARENA afirmaron que la situación económica del país mejoró durante el año que recién finaliza.

 

La opinión negativa sobre la economía no sólo se limita a lo nacional, tiene que ver también con lo individual y familiar. El IUDOP preguntó a los salvadoreños sobre su situación económica familiar, y las opiniones fueron también pesimistas, aunque no tanto en comparación con el nivel nacional. El 55.5 por ciento de los consultados, más de la mitad, piensa que sus finanzas familiares empeoraron en 1996; el 35.5 por ciento, la tercera parte, opina que se han mantenido igual y sólo un 8.5 por ciento siente que su economía familiar ha mejorado. De nuevo, el cruce de los datos mostró que las personas de mayor instrucción académica y los seguidores del partido en el gobierno son los que tienen la visión menos negativa sobre su economía particular.

Cuadro 2

Opinión sobre la situación económica del país durante el presente año según variables

(En porcentajes)

Opinión

No sabe

Variables

Empeoró

Siguió igual

Mejoró

Estudios

Ninguno

71.3

21.6

3.5

3.5

Primaria

68.1

22.9

6.8

2.3

Plan básico

69.4

23.7

6.9

0.0

Bachillerato

70.0

20.5

7.7

1.8

Superior

64.4

23.5

12.1

0.0

Preferencia política

Ninguno

70.2

21.6

6.5

1.7

ARENA

47.4

35.2

16.3

1.0

FMLN

81.6

12.8

5.0

0.7

PDC

70.8

18.8

8.3

2.1

PCN

88.2

11.8

0.0

0.0

CD

85.7

14.3

0.0

0.0

Otros partidos

78.6

10.7

10.7

0.0

No sabe/no responde

67.9

25.0

3.6

3.6

TODOS

68.3

22.4

7.7

1.5

 

En su opinión, durante el presente año ¿la situación económica del país mejoró, empeoró o siguió igual?

 

Todos estos datos sobre las opiniones de los salvadoreños acerca de la economía son interesantes, no sólo porque muestran un elevado nivel de acuerdo por parte de la población sobre la situación económica, sino porque muestran una notable discrepancia de las opiniones de los funcionarios del gobierno, quienes se refieren a los cifras macroeconómicas para hablar de un situación positiva del país. En otras palabras, a finales de 1996, la mayoría de los salvadoreños no estaría compartiendo las opiniones de su gobierno y, por el contrario, como se verá adelante, lo señalan como el responsable de la situación económica nacional, lo cual a su vez explicaría ciertas tendencias en las preferencias político-partidistas de los salvadoreños al cierre del ciclo anual.

 

En estas circunstancias, no es extraño que los salvadoreños no perciban que el país va por el camino adecuado. Según los resultados de la pesquisa, la mayoría de los salvadoreños piensa que El Salvador necesita un cambio y sólo un pequeño porcentaje cree que el país va por un buen camino (ver la Figura 2). Aquellos que sostienen que el país está bien encaminado representan sólo el 11.3 por ciento de la población adulta total nacional; pero entre los sectores obreros del país, las mujeres, los de mayor edad y los analfabetas, el porcentaje no llega ni al 10 por ciento. La pequeña proporción de ciudadanos que mantiene un pensamiento optimista respecto del país se concentra en los sectores más acomodados económicamente y de mayor educación. Ello podría estar indicando que en la aprehensión que se tiene del país intervienen significativamente las propias condiciones de vida, en las cuales pesa mucho el peligro de la delincuencia y la incapacidad económica de la propia bolsa.

 

 

FIGURA 2.

 

 

 

Dentro la misma línea, a los salvadoreños se les preguntó también sobre los acuerdos de paz de la siguiente forma: Evaluando la situación del país en la actualidad, ¿cree Ud. que los acuerdos de paz han tenido más logros o más fracasos? El 40.2 por ciento de los consultados piensa que los acuerdos han tenido más logros que fracasos; pero el 34.6. por ciento, la tercera parte de la población, sostiene que han tenido más fracasos y un 19.5 por ciento considera que han tenido tantos logros como fracasos. A pesar de que la mayor proporción tiene una visión positiva del proceso, los que tienen la visión contraria constituye un porcentaje nada despreciable. Esto significa que después de cinco años de la firma de Chapultepec, existen sectores del país que no están satisfechos con lo logrado hasta el momento. Viendo los resultados de la pesquisa, esto es especialmente cierto en el caso de las personas que viven en los departamentos más orientales del país, los sectores pobres urbanos, las mujeres y las personas cuyas edades oscilan entre 41 y 55 años de edad.

 

Todas las encuestas anuales del IUDOP consultan a los ciudadanos también sobre la situación de los derechos humanos en El Salvador en el año que finaliza. El sondeo de este ciclo reveló que la población se divide casi en partes iguales cuando se trata de opinar sobre el problema de los derechos humanos. El 35.1 por ciento declaró que el respeto de los derechos humanos ha empeorado en 1996; mientras que el 32.5 por ciento manifestó que la situación de respeto a los derechos fundamentales se mantuvo igual; el 27 por ciento sostuvo que los derechos humanos han mejorado en el año que termina. Si se comparan estos datos con los correspondientes al año 1995 (ver el Cuadro 3), se puede ver que la percepción sobre la situación de derechos humanos se ha tornado más pesimista. En otras palabras, en 1996 los salvadoreños percibieron un deterioro en la situación de los derechos humanos con relación al año anterior.

 

Cuadro 3

Opinión sobre la situación de respeto de los derechos humanos durante 1995 y 1996

(En porcentajes)

Opinión

No sabe

Variables

Empeoró

Siguió igual

Mejoró

1995*

23.4

41.6

29.2

5.7

1996

35.1

32.5

27.0

5.3

 

En su opinión, ¿el respeto a los derechos humanos en el país durante el presente año mejoró, siguió igual o empeoró?

*Fuente: IUDOP, serie de informes 52.

 

 

¿Cómo se explica esa percepción sobre el desmejoramiento en derechos humanos? La explicación que sugieren los datos mismos de la encuesta tiene que ver con las opiniones sobre el aumento de la delincuencia. Muchos salvadoreños, sobre todo aquellos que pertenecen a los grupos menos instruidos, asocian el problema de la violencia delincuencial que vive el país con la falta de respeto a los derechos humanos, y en tal sentido intepretan negativamente la situación de respeto a las garantías ciudadanas.

 

En síntesis, la mayoría de resultados en torno a la situación del país en 1996 no parece mostrar unas condiciones muy optimistas por parte de la opinión pública salvadoreña. El prevalecimiento de los principales problemas en la mente de los ciudadanos y la ausencia de cambios positivos perceptibles marca las opiniones sobre el estado de la nación y provoca que muchos salvadoreños estén pidiendo un cambio ahora más que nunca.

 

3.2. La evaluación de la gestión del gobierno en 1996

Como es costumbre en las encuestas del IUDOP, se pidió a los salvadoreños que evaluaran el trabajo gubernamental, esencialmente a través de tres grandes interrogantes: una sobre los logros del gobierno, otra sobre los fracasos y una última pidiendo una calificación general expresada en puntajes de 0 a 10 sobre dicha labor.

 

Casi la mitad de los consultados (el 45.5 por ciento) no encontró logro alguno en el gobierno de Calderón en 1996, según la Figura 3, y un poco más del 15 por ciento no supo responder a la pregunta. Esto deja a menos del 40 por ciento de los consultados identificando logros concretos. Dentro de éstos se mencionan la infraestructura, la educación, los acuerdos de paz, la ayuda a la población y el combate del crimen. Con infraestructura, muchos salvadoreños se refieren a la construcción y reparación de carreteras, mientras que otros se refieren al ornato y al mantenimiento de parques y plazas públicas. El caso de la educación como logro es interesante, a pesar de ser un porcentaje no muy alto. La mayoría de los encuestados se referían al esfuerzo de la reforma educativa que está llevando a cabo el ministerio del ramo. Lo interesante es que a mediados del año (y mucho menos en la evaluación de 1995) no aparecía aún como logro. Esto significaría que los salvadoreños están comenzando a valorar los frutos de los cambios en el sector de educación. En el caso de los acuerdos de paz, los consultados estarían valorando el trabajo del gobierno en cumplir y dar por cerrado ese capítulo. Los datos de la encuesta del IUDOP revelaron que las personas que ocupan los estratos más aventajados de la escala socioeconómica son los que identifican con más facilidad los logros del gobierno, dando un lugar privilegiado al tema de la educación.

 

 

FIGURA 3.

 

 

En el otro lado de la moneda, los salvadoreños consultados identificaron una gran diversidad de aspectos como fracasos del gobierno en 1996 (ver el Cuadro 4). En este caso, sólo el 6.2 por ciento de los encuestados afirmó ningún fracaso y el 25.4 por ciento no supo identificar alguno. Un vistazo al Cuadro 4 revela que los fallos atribuidos al gobierno esencialmente están relacionados con los problemas del país, señalados por los mismos ciudadanos. En tal sentido, la inflación, la delincuencia, el problema de la economía y del desempleo estarían siendo atribuidas a la gestión del gobierno. A diferencia de los logros, los salvadoreños se dividen mucho más al señalar los fracasos del gobierno. Ciertamente, entre los primeros cuatro fracasos se concentra casi el 40 por ciento de la población, pero esta no se quedan ahí: los consultados mencionaron también la falta de ayuda a los pobres, el no cumplimiento de promesas, la pobreza, la corrupción, la privatización, la presidencia misma, etc. Y es que además, hay que hacer notar no sólo que los fallos achacados al gobierno durante 1996 se refieren a los problemas nacionales, sino que también la mayoría de esos aspectos son de carácter económico. El 40.8 por ciento de las respuestas tienen que ver con la economía del país. Ello explica que el gobierno sea especialmente cuestionado y vulnerable en la discusión de las políticas económicas que ha implementado.

 

Ahora bien, en términos de sectores sociales, los estratos altos acusan más la delincuencia como fracaso del gobierno que cualquier otro grupo social; mientras que las personas de clase medio-alta mencionan más la economía; el resto de estratos -medio-bajo, obrero y marginal- culpan con más vehemencia al segundo gobierno de ARENA por el aumento de los precios. Es interesante ver, por otro lado, cómo la corrupción, en tanto que fracaso del gobierno mencionado por los ciudadanos, es más visible en la medida en que las personas pertenecen a los sectores sociales más acomodados. Ello sugiere que el problema de la corrupción es más preocupante entre ese tipo de gente que entre los más pobres.

 

 

Cuadro 4

Opinión sobre el principal fracaso del actual gobierno según estrato

socioeconómico del encuestado

(En porcentajes)

Fracasos

Alto

Medio-alto

Medio-bajo

Obrero

Marginal

Rural

Todos

Inflación

15.9

9.5

15.3

17.0

23.8

23.0

18.6

Delincuencia

17.1

6.8

11.6

13.4

11.6

10.4

11.3

Economía

14.6

23.6

12.1

11.3

9.1

5.4

10.9

Desempleo

3.7

2.0

6.8

4.5

6.7

5.9

5.3

Ningún fracaso

4.9

6.1

3.7

4.5

1.8

6.2

4.8

No cumplir promesas

3.7

3.4

4.2

1.2

1.2

4.5

3.2

No ayudar a pobres

2.4

2.0

1.6

3.6

4.3

3.5

3.1

Pobreza

3.7

3.4

4.7

3.2

3.7

1.5

3.0

Corrupción

7.3

4.7

4.2

2.8

0.6

2.0

3.0

Privatización

1.2

5.4

2.1

3.6

4.3

2.0

3.0

El presidente

6.1

4.7

2.6

4.5

1.2

1.5

2.9

Injusticia

0.0

1.4

3.7

1.6

0.6

1.0

1.5

Otros fracasos

12.2

16.9

12.1

6.1

9.8

5.2

8.9

No sabe/no responde

7.3

10.1

15.3

22.7

21.3

28.0

20.6

 

Y ahora, en su opinión, ¿cuál ha sido el principal fracaso del actual gobierno?

 

Finalmente, a los salvadoreños se les pidió que calificaran el desempeño del gobierno sobre una escala de 0 a 10 -tal y como se hace en el sistema escolar. Es decir, los encuestados debían poner una nota que, a su criterio, reflejase el trabajo del gobierno. Las notas puestas por los encuestados fueron muy variadas y cubrieron todas las posibilidades. Sin embargo, la nota más común para calificar el trabajo del gobierno durante 1996 fue 5, seguida de 0 y 8. Al sacar el promedio de las notas recibidas, el gobierno de Calderón obtiene una calificación de 4.83; muy cerca de la mitad de la escala, pero por debajo del punto medio. En otras palabras y atendiendo a los valores de las calificaciones, la población estaría reprobando la gestión gubernamental en 1996.

 

Pero como ya se ha visto en los casos anteriores, no todas las personas y grupos sociales comparten las opiniones de igual manera. En ocasiones, las diferencias son ilustrativas de las distintas visiones sobre un mismo hecho que pueden tener los ciudadanos de un país. Examinando el Cuadro 5, puede verse que el gobierno obtiene una mejor calificación promedio por su trabajo en la zona paracentral del país, entre las personas de los sectores más aventajados socialmente, entre los jóvenes y, obviamente, entre los simpatizantes del partido ARENA. En el otro lado de la moneda, quienes peor califican el trabajo del gobierno son los habitantes del área metropolitana de San Salvador, los campesinos, las mujeres, las personas de mayor edad, los analfabetas, los que no tienen religión y, curiosamente, los seguidores del Partido de Conciliación Nacional.

 

 

Cuadro 5

Calificación del gobierno según variables

Variables

N

Promedio

Zona del país

Occidental

245

4.86

Central

210

4.41

Metropolitana

307

4.86

Paracentral

159

5.11

Oriental

251

4.92

Estrato

Alto

81

5.66

Medio- alto

147

4.96

Medio-bajo

186

4.73

Obrero

232

4.96

Marginal

155

4.94

Rural

371

4.51

Sexo

Masculino

574

4.73

Femenino

598

4.92

Edad

18 a 25 años

309

5.41

26 a 40 años

495

4.64

41 a 55 años

206

4.61

56 años y más

162

4.55

Estudios

Ninguno

150

4.54

Primaria

323

4.58

Plan básico

168

4.86

Bachillerato

269

5.06

Superior

262

5.04

Situación laboral

Desempleado(a)

506

4.83

empleado(a)

666

4.83

Religión

Ninguna

222

4.36

Católica

712

4.97

Evangélica

211

4.75

Otra

22

5.40

Preferencia política

Ninguno

671

4.67

ARENA

188

6.65

FMLN

140

3.73

PDC

48

4.37

PCN

16

3.68

CD

14

2.35

Otros

28

4.14

No sabe/no responde

67

5.00

Todos

1172

4.83

 

En una escala de 0 a 10, ¿cómo evaluaría Ud. el desempeño del gobierno en el presente año?

 

En síntesis, el gobierno salvadoreño obtiene una evaluación baja por su trabajo en 1996. La falta de solución a los principales problemas del país, especialmente el económico, ha impactado en el concepto que los ciudadanos se han formado de su gobierno en el año que recién finaliza. Las repercusiones de esta valoración no sólo tienen que ver con un estado de opinión esencialmente desencantado con sus autoridades, sino que, además, se extienden sobre buena parte del marco institucional del país. Muchos salvadoreños no sólo se sienten defraudados de su gobierno, sino también de la capacidad del sistema en su conjunto para modificar su condiciones de vida. En ello incluyen a todas las instituciones políticas que, de alguna manera, estarían vinculadas con la dirección del país.

 

3.3. La confianza en ciertas instituciones

En el marco de la evaluación anual, el IUDOP indagó también sobre los niveles de confianza que tiene la población sobre algunas instituciones del país, especialmente aquéllas que de alguna manera se encuentran involucradas con el proceso electoral que tomará lugar en el primer trimestre de 1997.

 

 

Cuadro 6

Confianza en algunas instituciones del país

(En porcentajes)

 

ConfianzaNo responde

 

InstitucionesNadaPocaAlgoMucha

 

 

Partidos políticos39.936.716.13.63.7

Asamblea Legislativa38.736.315.34.05.7

Alcaldía local32.833.019.611.72.9

Tribunal Electoral31.731.720.69.66.3

 

Ahora le voy a pedir que me diga cuánta confianza tiene Ud. en las instituciones que le voy a mencionar.

 

 

Como puede verse en el Cuadro 6, en general, todas las instituciones por las que se preguntó enfrentan bajos niveles de confianza, de manera especial los partidos políticos. Estos no reciban más del 5 por ciento de confianza total por parte de los salvadoreños, mientras que casi el 70 por ciento expresó poca o ninguna confianza en ellos. Sin una diferencia muy grande, la Asamblea Legislativa recibe un poco menos de desconfianza por parte de los ciudadanos. Esto es preocupante en virtud del papel de la asamblea como Organo del Estado. Como se dijo anteriormente, estos datos sugieren que no sólo el gobierno ha perdido credibilidad frente a los ojos de la población, sino también aquéllas instituciones relacionadas con él. Los partidos políticos y la asamblea constituyen esas instituciones en las cuales buena parte de la población habría perdido confianza, y esto, al parecer, estaría relacionado por la incapacidad percibida por los salvadoreños para modificar sus condiciones de existencia.

En cambio, instituciones como las alcaldías locales y el Tribunal Supremo Electoral, aunque con bajos niveles de confianza, se sitúan en mejor posición que las instituciones anteriores. Es difícil adelantar las razones de estas diferencias, de hecho, los resultados de la encuesta no ofrecen más elementos de juicio para establecerlas; sin embargo, lo que parece claro es que la población está menos decepcionada con el trabajo de estas instancias más alejadas del ejercicio de poder político nacional.

 

Por otro lado el análisis de los resultados reveló que en la desconfianza hacia los partidos políticos no se diferencia la población, es decir, casi todos los grupos sociales desconfían en la misma magnitud de los partidos. En cambio, cuando se trata de la Asamblea Legislativa, los datos sugieren que la desconfianza mayor se da entre los estratos medios urbanos de la ciudadanía, mientras que "mucha confianza" sólo se encuentra un poco más entre los sectores altos. En otras palabras, la clase media es la que más desconfía del cuerpo legislativo. En el caso de las alcaldías, llama la atención que éstas reciben sus niveles más altos de confianza en las zonas periféricas del país: en occidente y en oriente; probablemente, porque en estos municipios, alejados del centro donde se concentran las instancias gubernamentales, las alcaldías ejercen una importancia mayor en la vida comunitaria de los ciudadanos. Finalmente, el Tribunal Supremo Electoral recibe sus mayores puntajes de confianza entre los sectores más pobres del país: en las comunidades marginales del país y en las zonas rurales; probablemente, esto se debe al trabajo del Tribunal Supremo Electoral en los últimos meses del año por llegar precisamente a estos sectores, en su esfuerzo por empadronar a la población.

 

3.4. Las preferencias partidistas

La poca confianza de los salvadoreños hacia algunas instituciones, como se ha visto en el acápite anterior, puede ayudar a explicar los datos que tienen que ver con las preferencias partidistas a finales de 1996. La UCA a través del IUDOP, como es costumbre preguntó a los salvadoreños sobre sus simpatías políticas partidistas. Esto se hace usualmente al final del año, pero en esta ocasión revestía de una particularidad: la cercanía de las elecciones para diputados y alcaldes de 1997. La encuesta abordó el problema de las preferencias partidistas de los salvadoreños bajo varios rubros. En este apartado, se presentarán los resultados de las tres preguntas principales: partido de preferencia, intención de voto para diputados en marzo de 1997 e intención de voto para concejos municipales en la misma fecha.

 

Para finales de 1996, más de la mitad de los consultados (el 57.2 por ciento) no tenía un partido político de preferencia y además un 6.8 por ciento no reveló el suyo, eso deja sólo al 36 por ciento de los ciudadanos expresando un partido concreto. Dentro de éstos, ARENA recogió el mayor porcentaje de preferencias, seguido por el FMLN. Estos dos partidos recogen la mayor parte de las preferencias (más del 26 por ciento), de tal forma que el resto de partidos, entre ellos el Partido Demócrata Cristiano, el de Conciliación Nacional y la Convergencia Democrática, se encuentran con porcentajes bajos a una considerable distancia (ver el Cuadro 7). Observando las preferencias partidistas por sectores sociales se puede apreciar que Alianza Republicana Nacionalista mantiene buena parte de sus preferencias en el oriente del país, entre las clases más acomodadas de la población, entre los jóvenes y entre los católicos. En cambio, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional se destaca en las zonas centrales del país, entre los obreros, las personas de sexo masculino, los adultos medios y los de mayores niveles educativos. En el caso del Partido Demócrata Cristiano es más difícil establecer las diferencias significativas, pero el Cuadro 7 revela que este partido retiene buena parte de sus preferencias en la zona oriental del país. Con el resto de partidos, los porcentajes son tan bajos que no es posible atribuir ningún cambio a una condición social.

 

 

Cuadro 7

Partido político de preferencia según variables

(En porcentajes)

Partido de preferencia

No

Otros

responde

Variables

Ninguno

ARENA

FMLN

PDC

PCN

CD

partidos

Zona del país

Occidental

60.5

17.8

7.8

2.7

2.7

0.0

1.9

6.6

Central

57.9

9.7

18.1

3.2

1.9

0.9

2.8

5.6

Metropolitana

59.1

13.4

13.8

2.5

0.0

2.5

2.8

5.9

Paracentral

61.1

16.0

9.1

2.3

0.6

0.6

2.3

8.0

Oriental

48.9

21.8

8.3

8.3

1.9

1.1

1.5

8.3

Estrato

Alto

51.2

30.5

8.5

2.4

0.0

2.4

1.2

3.7

Medio- alto

58.8

18.2

13.5

1.4

1.4

0.0

2.7

4.1

Medio-bajo

64.7

12.1

11.1

2.1

1.1

1.6

2.1

5.3

Obrero

53.4

16.2

15.8

3.6

1.2

1.2

3.2

5.3

Marginal

53.0

15.9

11.6

5.5

1.8

0.6

2.4

9.1

Rural

58.4

13.6

8.7

5.4

1.7

1.2

1.7

9.2

Sexo

Masculino

53.5

14.8

15.7

3.4

1.9

1.5

2.9

6.4

Femenino

60.7

16.8

7.5

4.4

0.9

0.8

1.7

7.2

Edad

18 a 25 años

53.1

23.6

11.9

3.5

0.6

0.3

1.2

5.7

26 a 40 años

59.1

13.2

14.3

4.0

1.5

0.6

1.2

6.1

41 a 55 años

56.0

14.7

8.3

4.1

0.9

2.8

4.6

8.7

56 años y más

60.8

11.4

5.7

4.0

2.8

2.3

4.5

8.5

Estudios

Ninguno

55.6

14.0

6.4

4.7

3.5

2.3

1.8

11.7

Primaria

57.3

14.1

7.9

5.6

1.1

1.4

2.3

10.2

Plan básico

51.4

20.8

13.9

4.0

2.9

1.2

2.3

3.5

Bachillerato

60.4

17.6

12.1

1.5

0.4

0.0

2.5

5.5

Superior

58.7

14.4

17.0

3.4

0.4

1.1

2.3

2.7

Situación laboral

Desempleado(a)

59.9

16.8

9.3

4.1

1.1

1.3

1.5

6.0

Empleado(a)

55.2

15.2

13.0

3.7

1.6

1.0

2.8

7.4

Religión

Ninguna

65.5

12.1

10.8

3.0

1.3

1.3

1.3

4.7

Católica

53.0

17.9

12.3

4.0

1.6

1.3

2.1

7.6

Evangélica

60.5

14.5

9.6

4.4

0.9

0.4

3.5

6.1

Otra

73.9

4.3

8.7

0.0

0.0

0.0

4.3

8.7

Todos

57.2

15.9

11.4

3.9

1.4

1.1

2.3

6.8

Ahora dígame, por favor, ¿cuál es el partido político de su preferencia?

 

 

Un fenómeno que están mostrando estos resultados es el acercamiento entre los dos partidos grandes: ARENA y el FMLN. Esto es importante, si se toma en cuenta que las mediciones anteriores han mostrado a estos partidos como los más fuertes, pero a ARENA con una notable ventaja sobre el FMLN. En este caso, los datos sugieren que el partido del gobierno se ha acercado al FMLN por una pérdida significativa de simpatías. Ello sería coherente con los datos mostrados arriba, que indican cierto desencanto de la población por la actuación de las autoridades gubernamentales; en tal sentido, ARENA estaría enfrentando un sensible desgaste en su imagen como partido, producto de su gestión gubernamental.

 

Ahora bien, las preferencias partidistas no siempre corresponden a la intención de voto de cara a un evento electoral. En el comportamiento de los sufragios intervienen muchos factores, donde obviamente, la preferencia partidista juega un papel fundamental, pero no el único: una persona puede preferir a un partido, pero por circunstancias del contexto se decide al final a votar por otro. En vista de este fenómeno, el IUDOP preguntó por separado las intenciones de voto para diputados y alcaldes haciendo uso de la siguiente interrogante: Si las elecciones fueran el próximo domingo, ¿por qué partido votaría Ud. para diputados [alcaldes]?

 

 

Cuadro 8

Intenciones de voto para diputados y alcaldes a finales de 1996

(En porcentajes)

 

Intención de voto

Partido

Diputados

Alcaldes

Ninguno

10

9.6

ARENA

16.5

17.1

FMLN

13.2

12.9

PDC

4.6

4.6

PCN

1.8

2.3

CD

1.4

1.2

Otros

4.1

4

Secreto

22.8

22.2

No sabe

25.7

26.2

 

Si las elecciones fueran el próximo domingo, ¿por qué partido votaría Ud. para diputados [alcaldes]?

 

El Cuadro 8 muestra que, en general, las intenciones de voto mantienen cierta similitud con las preferencias de partido, aunque es posible percibir ciertas variaciones. En el único punto donde se diferencian estos resultados con los de simpatía partidista es en el rubro de los que no mencionan un partido concreto. Aparentemente, sólo el 10 por ciento de los que no tienen partido de preferencia se queda mostrando su rechazo a elegir, el resto se divide entre los que aceptan que tienen intención de voto pero no la revelan (voto secreto) y aquellos que están pensando por quién votarían, pero que no lo han decidido aún. Cuando se trata de los partidos, las diferencias son mucho más sutiles: por ejemplo, el FMLN se acerca más a ARENA en el caso de la intención de voto por diputados; mientras que ésta recupera su ventaja cuando se trata del voto para concejos municipales. Ello sugiere que hay una pequeña proporción de personas que están ponderando su forma de votar; al hacerlo, favorecen al FMLN en el caso de los diputados.

 

4. A manera de conclusión.

Los resultados mostrados en este pequeño trabajo del sondeo de evaluación política de 1996 señalan un elevado nivel de coherencia en las opiniones de la población sobre el estado del país. En primer lugar, los salvadoreños siguen insistiendo en sus problemas más básicos, delincuencia y economía. Para la mayoría de los ciudadanos, estos problemas no sólo se han mantenido durante el año que recién termina, sino que además piensan que han empeorado. En tal sentido, la opinión que prevalece hacia finales del año es que el país, definitivamente, no va por un buen camino y que, por el contrario, necesita cambios. Ese estado de opinión tiene un efecto especialmente fuerte sobre la valoración del gobierno, al cual se le achaca buena parte de responsabilidad por las condiciones de violencia, pero especialmente por la situación económica del país. Muchos ciudadanos evaluaron negativamente al gobierno en 1996 y sobre todo lo hicieron aquellas personas que viven en las circunstancias socioeconómicas más difíciles. Estos mismos son los que parecen haber perdido ya mucha de la confianza en las instituciones políticas y por eso se muestran menos dispuestos a congeniar con los partidos políticos del espectro nacional. Lo que suceda en 1997, tanto en las elecciones como en muchos ámbitos de la vida nacional, está condicionado por esta visión del público salvadoreño.

 

Referencias bibliográficas

Instituto Universitario de Opinión Pública (1997). Encuesta de la evaluación política de 1996. Serie de informes 60. San Salvador: IUDOP-UCA.

 

Instituto Universitario de Opinión Pública (1996). Encuesta de la evaluación de 1995. Serie de informes 52. San Salvador: IUDOP-UCA.