La promesa de ser padre

 

INDICE

EL JUEGO DE IMÁGENES DE FLORES Y SACA

INDIGNADOS, ATÓNITOS, ESPERANZADOS

DOS ROSTROS DE MUERTE

LA EDUCACIÓN EN EL SALVADOR DESPUÉS DE 8 AÑOS DE REFORMA EDUCATIVA

RWANDA (II)

SER PADRE

UNA MUJER PROFUNDAMENTE EDUCADORA

CARTA AL MAESTRO/A 22 DE JUNIO DE 2004

LA BONDAD DE SER JOVEN

ESCUELA DE TEOLOGIA PASTORAL DE NAHUIZALCO

PAPA COBO: EL CARIÑOSO CONSEJERO DE NAHUIZALCO

 

EL JUEGO DE IMÁGENES DE FLORES Y SACA

La violencia de Estados Unidos en Iraq

Los mitos de Flores y Saca

 

                El 1 de junio recién pasado, Francisco Flores dejó la Presidencia de la República, después de cinco años de gestión gubernamental. El mismo día, asumió  el mando del Ejecutivo el presidente electo, Elías Antonio Saca. En el marco de la sucesión presidencial, las grandes empresas mediáticas dedicaron sendos esfuerzos y espacios para crear, en la opinión pública, una imagen de ambos políticos que poco o nada tiene que ver con la realidad. Se ha  asistido a la creación de una mitología política en torno a Flores y a Saca, en la cual ellos, además de protagonistas, han sido sus gestores directos. 

                El primer eje de esa creación mitológica es enlazarlos a los dos: entre Flores y Saca  no hay ruptura, sino continuidad. Ambos son eslabones de un gran proyecto de modernización política y reforma económica iniciado con Alfredo Cristiani. Así, Saca tendría como misión culminar la obra de sus predecesores, principalmente del más inmediato: Francisco Flores. Aceptado el mito de la continuidad, nada de lo que haga el nuevo presidente podrá ser visto o tachado como una corrección de los errores cometidos por el Presidente Flores sea en materia de política económica, política social o sea en las relaciones del Ejecutivo con los otros dos Órganos del Estado.

                El segundo eje de creación mitológica tiene que ver con el ejercicio presidencial de Flores. A juzgar por lo que dice Flores de sí mismo, haciéndole de comparsa los grandes medios durante las últimas semanas,  su gestión gubernamental ha sido perfecta, es decir, sin errores o fallas de ninguna naturaleza.  Por el contrario, un balance crítico deja un saldo más negativo que positivo en la gestión de Flores. Pero ni él ni los grandes medios están para esas bagatelas en estos momentos de euforia y triunfalismo.

                El tercer eje de creación mitológica se centra en el mismo Elías Antonio Saca. Se ha hecho un inventario de cosas positivas de él desde que fue lanzado como candidato presidencial por ARENA. Además, en la última semana la imagen que se ha dibujado de Saca es la de un superhombre: incansable para el trabajo, honesto, responsable, valiente, inteligente…

                Sus valedores no han escatimado elogios para el nuevo presidente, del que ya se da por asegurada, una gestión exitosa. Entre los muchos elogios que se han hecho de Saca hay uno de claro signo mítico. Es el que dice que él nació para ser presidente de El Salvador. En esta lectura, ahora Saca estaría dándole cumplimiento a su destino: gobernar a los salvadoreños. Este destino es inexorable e ineludible. Sólo los grandes hombres realizan esta clase de destino. Elías Antonio Saca es un hombre destinado a gobernar, por tanto, merece, la confianza plena de todos los ciudadanos y su apoyo incondicional.

                Las tres creaciones mitológicas apuntadas tienen una clara intención manipuladora de la conciencia colectiva de los salvadoreños. Las tres son peligrosas porque no dejan tener una posición sana de crítica ante la realidad política, social y económica del país.

 

¿La autoridad moral de Estados Unidos?

                Cada vez son más contundentes las evidencias de las vejaciones y torturas ejercidas por soldados estadounidenses a prisioneros de guerra iraquíes. Por más que funcionarios de alto rango del gobierno de Estados Unidos afirmen lo contrario, es claro que se trata de un ejercicio sistemático de violencia contra personas indefensas. Este modo de accionar es una grave violación a los derechos humanos de los iraquíes capturados y avasalla normas humanitarias de carácter internacional, cuyo garante último es la Organización de las Naciones Unidas (ONU).  Las discrepancias comienzan en la mirada sobre el origen de la violencia y el terror ejercidos por Estados Unidos en Iraq.  El conjunto de opiniones pueden agruparse en dos grandes apartados: en primer lugar, están los que ven, en lo sucedido a los prisioneros de guerra iraquíes, un mero accidente. Es decir, algo circunscrito a un grupo pequeño de militares estadounidenses, sobre cuyas espaldas recaería la responsabilidad exclusiva de lo sucedido. Esta es la tesis defendida en los círculos cercanos al gobierno norteamericano. Esta tesis ya ha sido esgrimida en el pasado en situaciones semejantes.

                Los abusos, el terror y la violencia ejercidos por militares estadounidenses en contra de otros pueblos y sociedades, cuando se han revelado, son fortuitos no sistemáticos y atribuidos a individuos particulares que han abusado y se han excedido en el cumplimiento de su deber. La reedición de esta vieja estratagema ha permitido a los gobernantes estadounidenses eludir sus responsabilidades ante la opinión pública y ante la comunidad internacional. Pues, siguen siendo garantes de la democracia y de los derechos humanos.

                En segundo lugar, se tiene un conjunto de opiniones, sin duda críticas, pero que no son lo suficientemente radicales. Estas opiniones no sólo señalan y condenan la violencia y el terror ejercidos por soldados estadounidenses en Iraq, sino que insisten en que no se trata de hechos aislados, sino de una práctica generalizada, avalada desde las altas esferas del poder militar de Estados Unidos.  Dos exponentes de esta postura son el periodista Jorge Ramos Avalos –conductor del Noticiero Univisión– y el escritor peruano Mario Vargas Llosa. El primero de ellos, en el artículo “La palabra ‘tortura’” (La Prensa Gráfica, domingo 6 de junio de 2004), arremete contra quienes –particularmente el Secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld– pretenden hacer creer que lo sucedido en Iraq fueron “abusos” o “excesos”. Para Avalos Ramos, los iraquíes capturados fueron sometidos a  torturas. Asimismo, este periodista se pregunta por quién autorizó esas torturas, su respuesta  cita un informe de la Cruz Roja en el que se denunció que las mismas eran sistemáticas, esto es, “que no respondían a caprichos individuales sino a una bien definida línea de autoridad”.

                Por su parte, Vargas Llosa, en su artículo “Abu Ghraib, Gaza” (El Diario de Hoy, domingo 6 de junio de 2004) hace una comparación crítica: De un lado, al terror ejercido por las fuerzas militares estadounidenses a los prisioneros de guerra iraquíes y de otro lado, al terror ejercido por las tropas de choque israelíes en contra de los refugiados palestinos de Rafah, en Gaza. Para el escritor peruano, “las fuerzas militares de Estados Unidos violan los derechos humanos y perpetran en las cárceles de la antigua satrapía torturas tan crueles y abyectas como las que practicaba la Mukhabarat o policía política del viejo régimen”.

                En la misma línea de Avalos Ramos, Mario Vargas Llosa hace ver que lo sucedido con los prisioneros de guerra iraquíes no constituye un hecho aislado y que, en ese sentido, los soldados y policías incriminados por las autoridades norteamericanas son unos “ridículos chivos expiatorios de lo que a todas luces eran unas prácticas generalizadas de extorsión  y ablandamiento de prisioneros para arrancarles información”. En lo que se refiere a la violencia contra los palestinos, Vargas Llosa no sólo la condena, sino que destaca la relación existente entre lo sucedido en el campo de refugiados de Gaza con lo sucedido en la cárcel iraquí.  “No sólo por razones éticas –escribe– hay coincidencia entre lo sucedido en Abu Ghraib y Gaza. La verdad es que la crisis de Iraq y el problema palestino-israelí están visceralmente entreverados. El apoyo acrítico y total que el presidente Bush ha dado al plan de Sharon, durante la última visita de este a Washington, no ha contribuido en nada a facilitar una solución negociada al problema neurálgico del Medio Oriente y sólo ha hecho más difícil y largo el fin de las hostilidades en Iraq… Eso ha convertido lo que parecía un paseo triunfal de las fuerzas de la coalición en Iraq en la trampa mortal de la que ahora no saben como librarse”.

                En realidad hay poco que añadir a la valoración crítica que hacen Avalos Ramos y Vargas Llosa del papel de Estados Unidos en Iraq, concretamente a la violencia y el terror ejercido por sus tropas contra los prisioneros de guerra en la cárcel de Abu Ghraib. Sin embargo, a la crítica de ambos le falta continuar avanzando para mostrar el tiempo de este proceso. Pues, a lo largo del siglo XX, Estados Unidos utilizó este tipo de violencia como parte de la guerra y el sometimiento. Si bien ambos autores no ocultan su preocupación por las repercusiones que se seguirán para Estados Unidos de las denuncias de los vejámenes cometidos por sus tropas en Iraq.  Para ambos, la principal repercusión consiste en que Estados Unidos ha perdido autoridad moral para condenar y perseguir a los violadores de los derechos humanos.

               Así a Jorge Ramos Avalos y a Mario Vargas Llosa se les olvida que como decíamos la violencia, la prepotencia y el terror no son ajenos al ejercicio de poder militar de Estados Unidos en su esfera de influencia. Lo sucedido en Iraq es un eslabón más en esta larga cadena a la que las autoridades estadounidenses están tan acostumbradas. Así, lo sucedido en Iraq no quita ninguna autoridad moral a Estados Unidos, porque esa autoridad, si alguna vez la tuvo, hace mucho tiempo atrás que la perdió.

 

 

CIDAI

 

 

Indignados, atónitos, esperanzados

“Es muy pobre la solidaridad entre los humanos. Cuando juzguen nuestro tiempo las generaciones futuras nos tacharán de bárbaros, inhumanos y despiadados por nuestra enorme insensibilidad frente a los padecimientos de nuestros propios hermanos y hermanas”.

            Son palabras de Leonardo Boff en su libro sobre La oración de San Francisco de 1999. Las escribe en el capítulo “Donde haya desesperación lleve yo la esperanza”. No cae, pues, en el masoquismo, pero no puede negar la realidad. Esta produce indignación, nos deja  atónitos, pero se mantiene la esperanza.

            La indignación. Lo ocurrido en las cárceles de Honduras y de Iraq causa una indignación, que no se aplaca por juzgar a unos cuantos subordinados del ejército estadounidense y británico, ni demoliendo la cárcel de Abu Ghraib, ni sacando de la prisión a un buen número de iraquíes.  Muestra algo sumamente grave. Lo dijo Irene Khan, Directora de Amnistía Internacional, en Londres el 26 de mayo. Después del 11 de septiembre, “los gobiernos están perdiendo su rumbo moral, sacrificando los valores mundiales de los derechos humanos en una búsqueda ciega de seguridad”. En referencia a Estados Unidos dijo que “carece de visión y de principios”.

            En Guatemala, un alto miembro de la FAO acaba de denunciar  “un pecado original, léase el desarrollo económico y social, deformado por siglos de dominio de las potencias coloniales, las mismas que con políticas proteccionistas distorsionan hoy el mercado mundial”. Los subsidios permiten a los agricultores de la Unión Europea y de Estados Unidos vender sus productos en los mercados mundiales a precios inferiores a su costo y dificultan la competencia de los bienes de los países pobres. Según Oxfam Internacional más del 80% de las exportaciones mundiales son producidas por solamente 10 naciones y seis de las 10 naciones más pobres del mundo están peor actualmente que hace 20 años. Ha dicho Kofi Annan: “La triste verdad es que el mundo es hoy un lugar mucho más desigual de lo que era hace 40 años”.

            Nos deja atónitos. “Perder el rumbo moral”, por lo que toca a los derechos humanos, “permanecer en el pecado original”, por lo que toca a no dar de comer a la humanidad, son palabras mayores. Nos indignan, pero además nos dejan atónitos, pues se dicen de un Occidente donde impera la pompa, el despilfarro y la hipocresía.

            Es normal que a un ex-presidente se le haga un funeral especial y se recuerde lo positivo de su gestión. Y es obligado respetar los sentimientos de sus familiares. Pero es inaudito que se alabe a Ronald Reagan como bienhechor de la humanidad. En Centroamérica recordamos bien la década de los ochenta. Su gobierno enviaba un millón de dólares al criminal ejército salvadoreño. Y lo que hizo contra los civiles en Nicaragua no tiene nombre: vender armas a Irán (declarado entonces como el mal en persona) para hacerlas llegar a la contra. Esto dijo Miguel D’Escoto el 11 de junio.

 

            Antes que nada déjenme decir que, por supuesto, Ronald Reagan está muerto ahora. Y por lo menos a mí me gustaría decir algo bueno de él. No soy insensible a los sentimientos de muchos estadounidenses que están de duelo por Reagan, pero al mismo tiempo ruego a Dios que en su infinita misericordia y bondad lo perdone por haber sido el carnicero de mi pueblo, por haber sido responsable de la muerte de 50 mil nicaragüenses. No podemos, no debemos olvidar jamás los crímenes que cometió en nombre de lo que falsamente llamó «la libertad y la democracia».

 

            No se ha visto que las democracias occidentales tuviesen estos días algún recuerdo para las víctimas de los países centroamericanos en aquella época. Tampoco ni ellas, ni mucho menos el actual, gobierno estadounidense, han hecho un gesto de pedir perdón, de alguna manera, por las aberraciones del pasado. Y también el Vaticano ha seguido la línea diplomática en una carta enviada a la esposa de Reagan. En ella se le transmite consuelo ante su tristeza, comprensiblemente,  pero parecer un poco exagerado hablar de solidaridad, justicia y paz como valores del presidente fallecido. Y además sorprende, pues pocos días antes, en vísperas de la visita de Bush, Juan Pablo II dijo lo siguiente, refiriéndose a Estados Unidos y a las democracias occidentales, en lenguaje sereno, pero firme y claro para quien quiera entender:

 

“Desde todos los continentes llegan continuamente informaciones inquietantes sobre la situación de los derechos humanos que manifiestan cómo personas -hombres, mujeres, niños- son torturadas y profundamente ofendidas en su dignidad... Toda la humanidad es herida y ofendida de esta manera. Porque todo hombre es hermano nuestro en la humanidad, no podemos callarnos ante tales vejaciones que son intolerables”.

 

            Volvamos a lo que deja atónitos: fastuosas celebraciones en funerales de estado, bodas reales, reuniones de los grandes, olimpíadas y antorchas que recorren el planeta, a veces celebraciones eclesiásticas, y todo ello en medio del sufrimiento del mundo.

La esperanza. No es fácil saber cómo se mantiene la esperanza en este mundo. Luis de Sebastián, renombrado economista, acaba de publicar un libro titulado “Razones para la esperanza en un futuro imperfecto”. Analiza cómo y hacia dónde va el mundo. Al final del libro explica por qué todavía nos queda la esperanza. Ve razones objetivas y materiales, y menciona los cambios que ya se vislumbran, en China y la India por ejemplo. Pero aduce la razón fundamental para la esperanza: en el mundo sigue habiendo bondad, amor en la vida diaria, sacrificio, trabajo, solidaridad, voluntariado, heroísmo...

            Esa bondad no es objeto de publicidad mediática, como lo es la fastuosidad. A Camilo Mejía, el nicaragüense que desertó en Iraq, no le van a hacer un homenaje fastuoso. Ahora guarda prisión. Ni a las religiosas carmelitas que se quedaron en un colegio cerca de Bagdad para proteger a niños y niñas, ni a los supervivientes de la masacre de La Quesera, que, 21 años después, enterraron con dignidad a sus muertos. Ni a Monseñor Romero le ha hecho un homenaje la Asamblea legislativa ni la congregación de los santos. Pero sigue habiendo bondad en este mundo.

          

Jon Sobrino

 

XXV Aniversario del P. Rafael Palacios

20 de junio 1979-2004

           El 20 de junio se cumple el XXV aniversario del asesinato-martirio del P. Rafael Palacios, uno de los 17 sacerdotes mártires en El Salvador. Fue asesinado en Santa Tecla y está enterrado en Suchitoto. Allí va a ir mucha gente el sábado 19, entre ellos los radiohablantes convocados por la YSUCA. Pequeñas grandes cosas. La bondad de un mártir y la bondad de unas gentes que van a recordarlo.

 

 

 

 

El desafío al cristianismo (IV)

Lo que queda es el camino del Evangelio

            ¿Por qué los cristianos van a buscar en otras religiones? En Brasil ya hay medio millón de  budistas brasileños convertidos.  En San Pablo fui a un templo budista y vi a unas 150 personas, recogidas en la meditación, profesores de universidad, médicos, abogados, estudiantes. Han aprendido un método de sabiduría que nunca habían aprendido en la Iglesia cristiana. En las parroquias no han aprendido cómo integrar el camino del evangelio en su vida real, familiar, profesional. Eso no se les enseñó. ¡Yeso es lo que buscan! Se le puede llamar espiritualidad y no importa el nombre, pero lo que buscan es la manera personal de ser cristiano. ¿Qué decir ante todo esto?

           Yo diría, en primer lugar, que la disposición cristiana fundamental es la esperanza. Lo que Jesús vino a decir es que el reino de Dios está llegando, ¡aquí!, entre nosotros. Hay que reconocerlo, descubrirlo y saber cómo caminar, pero está aquí. No es algo definitivamente constituido. Es algo que se busca siempre, está al final de la vida. El cristianismo no se agota en “fórmulas”, en conceptos. La esperanza, a pesar de todas las señales contrarias, la desesperación, las desilusiones, ése es el camino de Jesús. Y esperar, a pesar del martirio, a pesar de la muerte. ¡Cuántas personas hemos visto que hace 30 años se habían comprometido con las revoluciones, con la causa del pueblo, y hoy día son los que están más integrados están dentro del sistema! Cuando han visto que no venía el triunfo, vieron la victoria... pero en los neoliberales.

            En Brasil es algo tremendo. Hemos tenido al presidente Fernando Henrique Cardoso, que fue el gran intelectual de la izquierda, animador de los movimientos intelectuales de los sectores izquierdistas en los años 60. Y después se hizo el defensor del sistema neoliberal más completo, porque se dio cuenta de que por el camino de la izquierda no llegaba la victoria. No voy hacer comentarios sobre el presidente actual porque todavía es pronto, pero hay muchas señales. El primer año siguió exactamente el mismo camino. Y en el gobierno hay gente que ha sido guerrillera y ahora son los grandes defensores del sistema neoliberal. O sea, no han mantenido “la esperanza”.  Mantener la esperanza a pesar de las desilusiones, y seguir trabajando a pesar de todo. Eso es la esperanza de Jesucristo.

            En segundo lugar la fe. Pero,¿qué es la fe? No es aceptar todo el catecismo, eso no cambia nada de la vida. Es creer que yo tengo el Espíritu Santo, que yo tengo la fuerza de Dios y que puedo hacer cosas que parecen imposibles. Puedo servir. Puedo dedicarme a los otros. Puedo sacrificarme más allá de lo que uno puede imaginar, porque tengo el Espíritu. El centro, el núcleo central de la fe, es eso. Quiere decir que ha llegado a nosotros  el reino de Dios. Ese es el evangelio. Eso es tener fe. Hay mucha gente que acepta dogmas, todo, sin discutir, pero no tiene fe, porque no cree de lo que es capaz de hacer, no se siente con fuerza. Y cree que observando, más o menos los mandamientos, se soluciona el problema.  ¡Eso no es ser cristiano! Cualquier pagano lo hace. Creer que la fuerza de Dios está en mí, eso es lo nuevo, y eso es el estímulo para la acción.

            Y después viene la caridad o el amor.  Amar. Todo el mundo ama como decía San Agustín, hasta los ladrones y los bandidos aman a sus colegas. Por eso la cuestión es ¿amar a quién?  Amar a los amigos, eso todo el mundo lo hace. Pero amar como el samaritano, eso ya es otra cosa. O sea, amar a la persona que no me dará nada, gratuitamente, eso es otra cosa.  Y después hacer del amor el principio global de toda la vida. Amar a un pequeño sector, la familia, a  unas tres o cuatro personas, eso todo el mundo lo hace. Pero hacer del amor el principio que orienta toda la vida, eso es distinto.

            Estas tres cosas que he menciondo son los dogmas fundamentales del cristianismo, y a partir de ellos se construye el camino del evangelio. Y se empieza a evangelizar. ¿Evangelizar qué es? ¿No es anunciar el evangelio? Sí. Pero no es hacer propaganda al sistema eclesiástico. Aquí está el cambio.

            Y cambia también la noción de lo sagrado y del culto. La distinción entre sagrado y profano fue de todas las culturas antiguas  tradicionales y está en el Antiguo Testamento. ¿Y qué es lo que Jesús vino a decir? Que no hay ninguna realidad sagrada. ¿El templo? No habrá más templo, porque va a ser destruido y no se va a reconstruir. El templo es cada uno de los creyentes. ¿El sacerdocio? ¿Quiénes son los sacerdotes? Todos los discípulos que ofrecen a Dios su vida.  Dios no quiere corderos. Dios quiere su vida real, su vida profesional, su vida de familia, su vida vivida humanamente. ¿Y los sacrificios? Sacrificios de bueyes. No valen nada. Todo eso a Dios le repugna.

            Lo que busca es mucho más, lo que busca son las obras, los actos y la vida de amor. Eso es lo que quiere. Y no se puede reemplazar eso dando cosas, o dando algunas monedas  para no tener que ofrecer  justamente la  vida.

 

            Lo que queda es el camino del evangelio.  Eso es difícil. Hay muchos que siguen ese camino y que no están en la Iglesia. O sea, el cristianismo vivido puede encontrarse fácilmente fuera. Decía Gandhi que los únicos que no han entendido el evangelio son los cristianos. El, a partir de su cultura india, lo había comprendido.

            Creo que evangelizar realmente sólo se puede hacer a partir de grupos pequeños. O sea, que tratan de ser islas en el modo de vivir en la sociedad actual, ser una contestación al modo de vivir dominante. Es un rechazo al individualismo dominante actual, al culto al dinero, al culto a los privilegios.

           Hay muchos núcleos así, pero en una dispersión muy grande. Incluso una de las tareas importantes es justamente juntar, comunicar, mantener en comunicación a todos estos grupos que se apartan del modelo dominante y que buscan en las mismas fuentes, en el mismo evangelio, orientación de su vida.

           A veces la encuentran en la jerarquía. Así, hubo una generación a los que llamaron “Los Santos Padres de América Latina”, que fueron obispos siempre al frente. Por ejemplo el padre José María Pires, el obispo negro de Joao Pessoa.  Siempre que había un problema en el campo, en que la policía intervenía con violencia, el primero que llegaba siempre era él. También hubo una generación de religiosas y de religiosos. Pero hoy día parece que es más difícil encontrar, dentro de la institución, personas así.

            Un cambio en la institución no se puede en el momento actual. No se puede esperar que venga del clero o del episcopado. Hay algunos así, pero ya no es como hace 20 o 30 años. Y entonces el cambio tendrá que venir directamente de parte de los laicos. En América Latina, su mayor desafío es que no creen en sí mismos, en su capacidad. No creen en su vocación,  en su misión. No creen que han tenido el Espíritu Santo y que éste mueve para actuar y da fuerzas.

            Lo que más se siente es la falta de fe. Y es curioso que los pentecostales han creado millones de personas que han desarrollado esa fe en sí mismas y que se sienten capaces y levantan la cabeza. Se sienten ya más seguros, más orgullosos de sí mismos.  Es decir, tienen una actitud humana. Tienen sus defectos y sus problemas, sus teologías y sus insuficiencias. Pero hay algo muy fundamental que tienen y que muestran que muchísima gente podría  evangelizar.  Pero falta un llamado, ¿y quién va a llamar?

No olvidemos, sin embargo,  que somos un movimiento de largo alcance.

José Comblin

 

 

 

 

Dos rostros de muerte

            En Gaza, la televisión muestra a un niño palestino de unos 15 años que lanza una piedra contra un grupo de soldados del ejército de Israel. Lleva una túnica sobre su cabeza y a lo lejos se observa un letrero de una marca de refresco en letras inteligibles para el promedio de los occidentales. En Honduras, al mismo tiempo, un periódico muestra a otro niño tirado en el suelo, boca abajo, con pantalones de mezclilla, zapatos deportivos y un balazo en la cabeza. Allá, la primera Intifada (guerra santa) surgió en 1987 como un movimiento de los palestinos contra lo que consideraban una ocupación abusiva de Israel. Su segundo período, empezó a finales del año 2000 y tuvo las mismas motivaciones. Pero en Honduras, la violencia no tiene una fecha exacta de inicio. Nisiquiera tiene un nombre y ha cobrado más vidas de niños y niñas menores de 18 años que los conflictos en la Franja de Gaza entre el 29 de setiembre del 2000 y el 30 de abril del 2004. La guerra contra la niñez hondureña pobre no tiene nada de sagrada...

 

            En ese período, en la tierra que pisó Jesucristo, fueron asesinadas 654 personas menores de edad, 548 palestinos y 106 israelíes. Al otro lado del mundo, en Centroamérica, Honduras, la tierra que Gil González Dávila soñó con conquistar, empapó su historia con la sangre de 716 niños y niñas menores de 18 años en esos mismos 43 meses. Todas las cadenas de televisión mundial, y los demás medios de comunicación, informan diariamente sobre la tragedia de la guerra entre árabes y judíos. Casi nadie reporta sobre la guerra urbana hondureña, donde los cobardes de rostros escondidos lanzan sus ataques sangrientos en contra de niñas y niños, seres humanos tirados a la calle y abandonados por un Estado que aprobó la Convención de los Derechos de la Niñez, pero no la aplica...  Durante los primeros cuatro meses del 2004, 48 niños y niñas, menores de 18 años, fueron asesinados en medio del conflicto palestino-israelí. La misma cantidad fue a parar a los cementerios hondureños. La violencia juega, a miles de kilómetros de distancia, con una dolorosa coincidencia. Nuestros hijos se están muriendo.

            Al otro lado del mundo, la ONU se preocupa permanentemente por atender a las víctimas de la guerra santa, pero en Honduras la misma violencia desapercibida para muchos, salvo para las familias de las jóvenes víctimas, que enjuagan su dolor en la incertidumbre de cuándo terminara la masacre.  En Gaza, son tanques, helicópteros artillados y soldados del lado israelí, enfrentados a muchachos con piedras y chaquetines de dinamita a quienes unos consideran terroristas y otros héroes. Sus familias colocan sus retratos en las calles y los llaman mártires. En Honduras, los asesinos rara vez aparecen en pantalla y sus víctimas nisiquiera se enteraron quien disparó. Los uniformados tapan a los suyos. En Honduras, Casa Alianza, una organización sin fines de lucro dedicada a la defensa de los Derechos Humanos de la niñez, ha documentado más de 2,200 asesinatos de niños, niñas y adolescentes menores de 23 años desde enero de 1998 a abril del 2004. En mayo, se registraron 37 asesinatos más.

 

            Como la mayoría de los casos queda bajo el resguardo de la impunidad, ante la reticencia de los gobiernos a investigar, no es descabellado pensar que se trata de ejecuciones extrajudiciales. De hecho, de una u otra forma, cuentan con el beneplácito estatal que no averigua ni castiga y, por lo tanto, tolera. La niñez tiene Derecho a la Vida y el Estado tiene la obligación de cumplir este Derecho. Pero nuestros niños son asesinados y los Presidentes, durante muchos años, se enfocan en balancear el presupuesto e inaugurar puentes.  En Israel y Gaza, la mayoría de los asesinatos no llegan a ventilarse en estrados judiciales bajo la justificación, aparentemente lógica, de que se trata de un conflicto armado, de una guerra aunque los más cautos prefieren no bautizarla de esa manera. En Honduras, no existe ni un pretexto. Las muertes extrajudiciales quedan impunes porque al Estado no le interesa identificar a los responsables. Solo así puede justificar su guerra contra las pandillas juveniles.

 

            En lo que respecta a las personas menores de edad, en enero del 2004, murieron nueve palestinos y diecinueve hondureños. En febrero, 6 palestinos y seis hondureños. Al mes siguiente, 17 palestinos y siete hondureños. En abril, 16 palestinos y 16 hondureños. No murió ningún israelí en esos cuatro meses. El año pasado, 2003, la violencia en Honduras cobró 229 vidas de niños y niñas, ochenta y cinco más que la suma de las víctimas en Gaza. Y aquí no caben justificaciones de densidad de población. De acuerdo con la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), la población estimada de Honduras es de 6,6 millones de personas. En la zona del conflicto, según la misma fuente, habitan 9.6 millones de seres humanos. Tampoco sirve de nada el argumento del subdesarrollo y la pobreza, pues Honduras registra un mayor ingreso anual, per capita, que los palestinos: USD $2,500 frente a USD $600. Los papeles se invierten en Israel, donde ese monto llega a la tranquilizante cifra de USD $19,500. Así las cosas, desde cualquier vértice que se mire, el conflicto en Honduras es más grave que el de los Palestinos e Israelíes. Quizás en Tierra Santa sea más dramática. Pero mientras allá los misiles lanzados desde helicópteros retumban en los “home theaters” del mundo, en Honduras el eco, aunque suave, es perenne porque la pérdida de vidas es diaria. Sin duda son culturas diferentes, pero cada vez que un niño cae al suelo, allá o acá, sucede lo mismo. Toda muerte de un niño o de una niña es una injusticia y nos deja a cada uno de nosotros, donde quiera que estemos, un poco menos humanos.

Casa Alianza

 

 

 

Ceguera de la seguridad

                        «Los gobiernos están perdiendo su rumbo moral, sacrificando los valores mundiales de los derechos humanos en una búsqueda ciega de seguridad».

 

                        «Atentados insensibles, crueles y criminales cometidos por grupos como al-Qaeda representan una amenaza muy real para la seguridad de las personas de todo el mundo».

 

                        «Pero también es aterrador que haya gobiernos poderosos que debilitan, marginan o destruyen los principios del derecho internacional y las herramientas de la acción multilateral que podrían protegernos de esos ataques».

 

                        «El programa mundial de seguridad que promueve el gobierno de Estados Unidos. carece de visión y de principios. Violar los derechos en el propio país, cerrar los ojos ante los abusos que se cometen en el exterior y utilizar la fuerza militar preventiva dónde y cuándo se le antoja ha causado daños a la justicia y a la libertad y ha convertido el mundo en un lugar más peligroso».

 

                        «Mientras los gobiernos están obsesionados con la amenaza de las armas de destrucción masiva de Iraq, han permitido que sigan sin abordarse las auténticas armas de destrucción masiva: la injusticia y la impunidad, la pobreza, la discriminación y el racismo, el comercio incontrolado de armas pequeñas, la violencia contra las mujeres y los abusos de menores».

 

 

 

La educación  en El Salvador después de 8 años de Reforma Educativa

 

           Al igual que en toda América Latina, en El Salvador, la importancia concedida a la educación es cada día mayor. La educación es vista como la fuerza por excelencia y la estrategia clave para el progreso económico y social. La relación entre educación, desarrollo humano y erradicación de la pobreza, es cada vez más patente; es por eso que, en la última década se han desarrollado importantes esfuerzos en el ámbito educativo a fin de incrementar la cobertura, mejorar la calidad y  modernizar el rol del Estado.

 

                               FUSADES ( 2001) presenta un informe titulado “ invirtamos en educación para desafiar el crecimiento económico y la pobreza”  De la investigación en que se basa dicho informe se deduce que:

Un mejor nivel educativo potencia la eficiencia productiva al aumentar la probabilidad de innovación y propiciar la difusión del conocimiento.

La educación siempre tiene efectos indirectos: más salud, menor delincuencia, mayor cohesión social, mayor participación pública y  mejora del medio ambiente.

Un grado más de escolaridad aumenta el 6% la probabilidad de trabajar. Y el ingreso de un trabajador con educación entre 1° y 6° grados es un 26% mayor; si la educación se ubica entre sexto y bachillerato, el ingreso es un 68% mayor y con educación superior, el ingreso es un 146% mayor.

                Los esfuerzos más importantes que se pueden identificar en el ámbito educativo en nuestro país durantes los años de Reforma Educativa y que se constituyen en aportes claves para superar la pobreza y ayudar al desarrollo humano de nuestros niños y adolescentes,  se pueden ubicar alrededor de tres  tópicos claves:

               El impacto  en equidad: se ha ampliado la cobertura especialmente en el sector público y en el área rural, pero no en un grado suficiente.  Algunos datos:  el analfabetismo ha pasado de 17.2% en el 2000 a 12.0% en el 2004. La tasa de escolaridad pasó, en parvularia del 34% en el 2000 al 45% en el 2004; en básica del 81.7%  al  85% y en media del 26% al 30%, en esos mismos años. Y la escolaridad promedio ha pasado de 4 a 5 grados. Sin embargo, las desigualdades en los niveles de escolaridad son severas para los más vulnerables. La  escolaridad de los salvadoreños necesita seguir aumentando. La universalización de la educación básica ( que todos los niños estudien hasta noveno grado de forma gratuita) todavía no se ha logrado. Los datos anteriores reflejan que se tiene por delante el gran desafío  de proveer educación preescolar  a la niñez  salvadoreña ya que  un 55% no tienen acceso a la educación en esta fase tan importante del proceso educativo y educación media  a ese 70% de adolescentes que  todavía no sigue estudios al concluir noveno grado.

                El impacto en la calidad:  Durante estos  últimos 8 años se han introducido una serie de procesos y de proyectos que   están incidiendo en la mejora de la calidad  educativa:  se ha puesto en marcha un sistema de evaluación  que proporciona información útil para la toma de decisiones en política educativa y permite retroalimentar el proceso de enseñanza aprendizaje:  pruebas de logros de tercero, sexto y noveno grados; la PAES al final del bachillerato, análisis de factores asociados, etc...  Innovaciones educativas tales como: educación acelerada, renovación curricular, programas de escuelas abiertas, Escuela 10,  los CRA ( centros de recursos de aprendizaje), bibliotecas escolares, etc. El Proyecto Educativo Institucional ( PEI) ya dinamiza la gestión educativa y el trabajo de la mayor de los centros del país. Sin embargo, los resultados de las evaluaciones muestran que los niños aprenden menos de lo esperado. En básica los logros están por debajo del 50% de los objetivos programáticos. En la PAES las calificaciones no llegan a 6 ( en una escala de 0 a 10). Los resultados no se han utilizado para retroalimentar y mejorar el proceso educativo.

                El impacto sobre la eficiencia: Se ha mejorado la eficiencia interna: modernización administrativa y procesos de descentralización. Se han mejorado los indicadores de promoción, repitencia y deserción. Es positivo observar el porcentaje de niños con sobreedad (  dos o más años de la edad correspondiente) bajó del 29% en 1992 al 15% en 2004, aunque la meta es que todos los niños inicien y concluyan sus estudios en la edad apropiada. Sin embargo hay que  lograr que los niños permanezcan más tiempo en la escuela. Actualmente, según el PREAL ( 2002), uno de cada cuatro niños abandona la escuela antes de terminar sexto grado.

 

                Un factor fundamental que ha contribuido a este éxito relativo de la actual Reforma educativa ha sido la participación en ella de una pluralidad grande de agentes. Junto al MINED hay nuevos actores sociales que son garantía de sostenibilidad: universidades, ONG´s, instituciones, sindicatos, consultores privados, padres de familia, docentes y alumnos.

 

                Termino  señalando dos puntos: la identificación de procesos educativos ya en marcha y la propuesta de líneas posibles de políticas educativas para el nuevo Plan Decenal 2004-2015

 

               a) Si tuviera que identificar procesos  que en la actualidad están contribuyendo a mejorar la educación en nuestro país, citaría los siguientes:

Mayor involucramiento y participación activa de la sociedad civil.

                Ampliación de la cobertura en las áreas más vulnerables.

Mejora y preocupación por la calidad educativa.

Descentralización en la gestión educativa.

Seguimiento y evaluación de la calidad educativa.

Profesionalización de la docencia.

Puesta en marcha del PEI y demás iniciativas educativas innovadoras.

Incorporación de las nuevas tecnologías informáticas.

Asignación creciente de un mayor presupuesto a educación.

 

               b)En este nuevo Plan Decenal educativo habrá que apostar por:

                La formación docente ya que las reformas educativas se hacen en las aulas. Es surgente  promover la profesionalización del docente y liberarlo del proletariado laboral actual, dignificar la profesión y mejorar el reconocimiento social.

                La descentralización y autonomía escolar, entendidas como centralización del sistema educativo en el aprendizaje y en la institución escolar como unidad clave. Recentralización en la institución escolar y consolidación del PEI.

                Garantizar no sólo el acceso a la escuela, sino al aprendizaje significativo.

               Promover la escuela inclusiva que favorece la igualdad de  oportunidades para todos(as). Dar cabida a la atención a la diversidad para asegurar la igualdad: oferta diferenciada para igualar, no para generar desigualdades.

                        Promover un currículo comprometido no sólo con la preparación del profesional, sino con la formación del ciudadano. Hay que comenzar a valorar  lo formativo, no sólo lo cognitivo.

                Consolidar los aprendizajes desde los primeros años de la escuela privilegiando el primer ciclo, priorizando los procesos de lecto-escritura, ubicando los mejores maestros en estos grados, formando equipos de apoyo , etc...

                Consolidar la cultura de evaluación y del uso adecuado de dicha información: evaluar no sólo los resultados sino los procesos, no sólo el aprendizaje de los alumnos sino el de los docentes sy administrativos, no sólo la cantidad del presupuesto sino, y ante todo, la calidad del gasto, la pertinencia y eficacia de la investigación, el diseño y la gestión de las políticas educativas.

 

El incremento del presupuesto en educación.

 

                        Después de 8 años de Reforma hay que hacer un alto, porque una reforma educativa que no transforma el aula, no reforma nada....Y el cambio en el aula, hoy por hoy , no es el que se esperaba. Se requieren cambios profundos e integrales, no más de los mismo, ni simple mejoría de lo existente. Esperamos que  para el próximo Plan Decenal 2004 – 2015,  la Reforma Educativa  dé respuesta a estas inquietudes.

Agustín Fernández Santos

Jefe del Departamento de Educación

 

 

 

 

Rwanda (II)

Sigue en el presente la tragedia y la indiferencia

            La barbarie de Rwanda en 1994, ante la indiferencia de Occidente, dejó una serie de males que llegan a hasta el día de hoy. Como herencia del genocidio la situación en el país sigue siendo catastrófica y Rwanda ocupa el puesto 158 de 175 países. Veamos algunos de los problemas más graves.

La niñez.  De los más de 800,000 asesinados, 300,000 eran menores de 18 años. Unos 95,000 quedaron huérfanos y 42,000 se han convertido en responsables de sus hogares. Miles de ellos sufrieron la violencia en primer grado, al ser obligados a participar en operaciones militares y a cometer actos de violencia contra su voluntad. Muchos fueron encarcelados después de las matanzas. Según UNICEF miles de niños continúan sufriendo los devastadores efectos del conflicto.

            La mujer. Según cálculos de la ONU cerca de medio millón de mujeres fueron sistemáticamente violadas y usadas como armas de guerra. Hoy sufren graves secuelas psicológicas y han contraído tanto el sida como infecciones venéreas. Pese a que el acceso a los tratamientos médicos está aumentando, la inmensa mayoría de estas mujeres desconoce quién se ocupará de sus hijos cuando ellas fallezcan. Dada la enorme cantidad de bajas masculinas que generó el enfrentamiento, en algunos lugares las mujeres son hoy el 65% de la población y cargan sobre sí la supervivencia de todos sus familiares.

            Derechos humanos. Amnistía Internacional ha denunciado las constantes violaciones de derechos humanos en el país y ha instado a la comunidad internacional a que dedique recursos económicos, técnicos y políticos para protegerlos. “Rwanda afronta enormes desafíos a la hora de hacer justicia. Sin embargo, si no se investiga y procesa a personas por los abusos cometidos tanto por las milicias interhamwe genocidas como por el actual gobierno del Frente Patriótico Ruandés, se seguirán violando los derechos de los ruandeses y creando impunidad e inestabilidad a largo plazo”.

            La reconciliación. Diez años después del genocidio, los ruandeses constatan con amargura que el camino de reconciliación ha estado y continúa estando minado por la política de mentira e impunidad hacia las personas que cometieron crímenes de guerra, pero que actúan ahora a favor del FPR en el poder.

            El principio de dos medidas -hacia los tutsis en el poder y hacia los hutus- socava la justicia y crea desconfianza en el pueblo. La población se encuentra amordazada con la prohibición de denunciar a los criminales de guerra. El clima de desconfianza se agravó en 2003 con las elecciones. El fraude electoral, la represión contra las personas que no quisieron adherirse al FPR, los encarcelamientos abusivos y las desapariciones de políticos, han empañado las elecciones y ha desgastado la autoridad moral de los actuales dirigentes.

            La discriminación. Las asociaciones que no apoyaron al FPR en su campaña son víctimas de discriminaciones. El gobierno les obliga a registrar y pedir cada año autorización para ejercer sus actividades, y son controladas por él. La discriminación fundamental es la étnica, en contra de los hutus, y se expresa de varias formas.

            a) Discriminación en acciones sociales en favor de huérfanos y viudas. La discriminación étnica se nota en las facilidades concedidas a los huérfanos. Un fondo llamado  FARG se creó para sostener a los huérfanos supervivientes del genocidio y otro fondo, con financiación puramente simbólica, localizado en los distritos, para apoyar a ciertos huérfanos de las masacres. Los huérfanos son ruandeses, y la creación de dos fondos diferentes sanciona una diferenciación evidente en función de su etnia. Esta discriminación impide a las viudas del genocidio, que tenían maridos hutus, acceder a los apoyos, mientras que las viudas tutsi que no tenían marido hutu se benefician.

            b) Discriminación a nivel de la memoria de los muertos. La discriminación alcanza también a los muertos. El gobierno organiza cada año, desde hace 1994, el duelo en memoria de las víctimas. Esto debe seguir, pues es útil y positivo. Pero el gobierno no organiza nada en memoria de las víctimas de masacres y crímenes de la guerra desde 1990 a 1994. El silencio sobre el atentado que costó la vida a los Jefes de Estado en 1994 se inscribe en el marco de esta discriminación, que limita la aplicación de la justicia a las personas de una sola etnia, los tutsis.

            La discriminación étnica se manifiesta también en que no se ha perseguido a los autores de los asesinatos de los líderes hutus. La muerte de un tutsi moviliza a todas las instituciones para juzgar a los culpables (caso de Gikongoro, cuyos juicios se han realizado este año), pero no hay juicios ni diligencias para los líderes  que no estaban inscritos en el FPR, a los que se masacró o desaparecieron. El caso de las masacres del distrito de Ruyumba, en la provincia de Gitarama es flagrante. El criminal fue identificado, encarcelado durante varias semanas y después liberado. Cuando estuvo fuera asesinó a otras personas, sin que la justicia le haya importunado.

            La caza del pobre, para que vaya a vivir fuera de la ciudad de Kigali. Para mostrar a los visitantes que Rwanda es un país respetuoso e importante, autoridades han procedido a arrestos y reclusiones de mendigos, impedidos, de personas que calzan sandalias, que llevan camisas sucias o que realizan la actividad de taxi-bici, cuando se celebró la cumbre del NEPAD en Rwanda.

            Paralelamente a estas acciones de acoso al hombre pobre, continúa la política de sanear la ciudad, echando de ella a personas que no son ricas y no tienen casas lujosas. Se han tomado medidas para destruir casas situadas en barrios pobres, para que encuentren sitio los ricos que quieran construir sus casas de pisos. Contra lo establecido en la Constitución, que estipula que “la expropiación se hace por motivos de utilidad pública”, la destrucción de casas de gente pobre se hace cada vez más sin ninguna indemnización y únicamente para permitir que comerciantes ricos y hombres de negocios dispongan de buenas y grandes parcelas en las que instalar sus propios establecimientos, sin que tenga nada que ver con la utilidad pública.

            Esta política tiene como objetivo impedir que los pobres tengan alojamientos cercanos a los de los ricos y se agrava por las medidas que impiden acceder a la conexión con el agua y la electricidad a los pobres que tengan viviendas no inscritas en el registro. Esta política, que discrimina a los pobres, en un país en que el 60% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza (menos de un dólar por día), aleja a Rwanda del camino de la reconciliación, de la que tanto hablan las autoridades del país.

            La guerra en el Congo. Esta dura ya seis años con 4 millones de muertos. A finales de mayo, el ejército ruandés, más las fuerzas rebeldes, se tomaron Bukavu, al este del Congo, ante la pasividad de la MONUC, tropas enviadas por la ONU. Nada de esto favorece la paz en el África Central. Hace que el pueblo congoleño haya perdido toda la confianza en las tropas enviadas por la ONU e incluso se levante contra dichas tropas en ciudades como Kinshasa, Kisangani, Lumbumbashi...

 

            Todo esto se produce a la luz del día ante la mirada de la comunidad internacional, con las Naciones Unidas al frente, y con el consentimiento de todos los estados del norte que de una u otra forma esconden los grandes intereses que tienen en la zona. No debemos olvidar que el motor de este conflicto son, fundamentalmente, las enormes riquezas que asesora el Este del Congo.

            Finalmente, nos encontramos una vez más ante el silencio cómplice de los medios de comunicación, que ignoran la tragedia que vive África Central. Si acaso prestan algún interés, es por el morbo que despiertan las matanzas que se producen cada cierto tiempo.

                        En la próxima y última entrega analizaremos la actuación de la Iglesia.

 

 

 

Ser Padre

            Ser padre es una manera de agradecer que uno también es hijo. Porque para ser padre es obligatorio, aunque esto parezca obvio,  ese nexo irrenunciable que da el ser hijo.

 

            Cuando yo era niño, quería ser adulto para acceder a ese mundo apasionante de los mayores. Cuando fui adolescente, veía ese mundo con mezcla de fascinación y de recelo. Había dejado de ser el hijo que, ajeno a cualquier pretensión, ve con agradecimiento cada gesto de amor de mis padres. Veían con insensato desprecio las preocupaciones, acaso exageradas, de mi madre y mi padre. Ellos se preocupaban por el hecho de que mis hermanas y yo teníamos que pasar nuestra juventud en una época de guerra. Sus preocupaciones, ocultas a veces tras un velo de dureza, eran la muestra del temor a que el rudo oleaje de esos años terminara ahogándonos. Es decir: no eran otra cosa que la válida preocupación por la vida de nosotros. Nuestras agonías personales eran dobles para nuestros padres: tenían la carga de preocupación por nuestras vidas que recién se abrían al mundo y el temor por las sombras del infortunio y de la muerte.

            Ciertamente, la pugna por hacerse uno mismo la vida es válida. Pero muchas veces, esta pugna nos ensoberbece. Me convertí en un Ícaro muy ufano de sus alas pegadas con cera y muchas veces me creía apto para surcar los aires en pos del sol. Despreciaba las advertencias de mis padres, y aunque no sucumbí en el mar, muchísimas veces me vi forzado a volar bajo, en castigo a mi soberbia.

            Creo que la paternidad es una lección de humildad. En mi juventud, sufrí mucho por algunos errores de mis padres, errores cometidos con todo el amor del mundo. Me hice el propósito de no reiterarlos con mis hijos, que son tres. Al cabo de los años, he aprendido que tampoco estoy exento de cometer errores con ellos, errores que los han hecho sufrir y que los seguirán haciendo sufrir. También he de decir que en la hora de la duda, recordar los consejos, las preocupaciones y las enseñanzas de mis padres me ayudan en esa búsqueda de ser un mejor padre para mis hijos.

            Quiero decir también que la paternidad establece también unos vínculos irrenunciables, no solamente con los hijos, sino también con la vida. Soy completamente otro desde que nació mi hija mayor, y esa transformación se ha ahondado más con el nacimiento de mis otros dos hijos. Las preocupaciones personales adquieren otra dimensión. A esas alturas, resulta natural pensar en función de los hijos.                           Es el nexo con la vida, que nos es entregada como una gracia, pero que también necesita de nuestra entrega. Es un nexo que inicia con el amor a una mujer y que se perpetúa con un tipo de amor completamente distinto. Me explico. En una pareja, si todo va bien, el amor crecerá sobre las bases de la comprensión y el respeto mutuos. En otros casos, no ocurrirá tal cosa. Pero por encima de los líos de los adultos, el amor de los hijos y el amor para los hijos permanece. Porque sus nexos, esos nexos con el amor y con la vida, que no son otra cosa que expresiones de Dios, son duraderos. Son nexos delicados, quebradizos como las alitas de una cría de pájaro. Pero también son vínculos fuertes, pues son una de las aperturas hacia esos misterios del amor y de la vida. Por eso, el ser padre es una condición especial, difícil y privilegiada a la vez.

            En muchos momentos, cunde la desesperación, la sensación terrible de sentir que la responsabilidad que conlleva la paternidad es demasiado abrumadora. Surge la tentación de desentenderse totalmente de los hijos, escudándose en que ese otro amor, el de las madres, suplirá todo. Pero la vida reafirma esos vínculos irrompibles y su clamor es irresistible. No se puede hacer menos que atender esa voz de la vida que clama por la boca de los hijos. Y aunque a veces las circunstancias no sean las óptimas, los hijos obran ese milagro de unirnos, inocentemente, con la vida y con el amor. Es un misterio grave y hermoso, y una vez puestos ante él, no hay distancias, incomprensiones, obstáculos, que lo rompan.

 

Luis Alvarenga

 

 

Una mujer profundamente educadora

Si le preguntara al viento por qué sopla, ¿qué diría?   Me pregunto,  ¿por qué soy maestra y qué diré?  Soy maestra porque soy mujer, porque soy yo y porque eso quiero ser.

Primero, por ser mujer, porque en mi cultura y en mi gente es un trabajo aceptable para una mujer.  Me criaron para ser ama de casa.  De la familia numerosa de donde vengo (numerosa quiere decir que son más de 100 primos y primas) somos contados quiénes hemos estudiado mas allá de la educación básica.   Y no por falta de recursos, más bien, por falta de ver el estudio como una necesidad para vivir bien; porque abrir la mente es considerado peligroso; y, porque las mujeres no iremos más allá de la cocina y la lavandería.

 

Entonces, al iniciar la escuela secundaria todavía tenía las expectativas de sólo llegar a casarme y no trabajar mas allá de la casa.  Pero fue en el camino que los mismos maestros y maestras me animaban a seguir estudiando.  Recuerdo mi maestra de lenguaje de segundo año que me dijo: “Siempre andas un paso adelante de los demás.  Deberías ser maestra.”

 

Fue el primer paso, pensar que podía seguir estudiando una carrera universitaria en lugar de casarme.    Entonces, ¿qué estudiar?  Estaba involucrada en periodismo estudiantil, pero decidí mejor docencia porque era más segura... y gané una beca para futuros docentes.  De todas maneras, decía yo, si no me gustaba, podía renunciar la beca y cambiarme de carrera más adelante.

 

Entonces, por ser mujer, me metí en docencia.  Pero, en el camino fui descubriendo que, por ser yo, tenía mucho que ofrecer a la profesión.  Soy dinámica y comunicativa, tengo capacidad de expresión oral y escrita, me gusta estar en frente del grupo, me encanta llevar procesos con grupos de estudiantes.  Siento que estoy atenta a las necesidades del grupo, soy comprensiva, sé integrar lo teórico a lo práctico.   Me motiva la parte práctica de la docencia, de luchar con la pregunta metodológica:  ¿cómo voy a facilitar este contenido?

 

En mi preparación académica, y en los primeros años de trabajo tuve muchos desafíos, a pesar de descubrir ciertas aptitudes en la docencia.  Mi práctica docente fue un fracaso; me gradué decepcionada.  Trabajé un tiempo como docente de inglés como segundo idioma con inmigrantes, y me frustré con el bajo nivel de rendimiento.  Tuve experiencias en la educación popular e informal, aprendí que la educación puede estimular y hacer crecer a la persona, pero puede manipular y controlar, también.

 

Al cumplir los treinta años, pasé por una pequeña crisis de amor, país, trabajo e identidad.  En la lucha interna de mi alma, en la revisión de mi vida y en la búsqueda de respuestas, llegué a una conclusión: que soy maestra porque es lo que quiero ser.  A lo mejor, un día optaré por hacer otra cosa, pero ahora y aquí, quiero ser maestra.

 

La UCA es un espacio de consolidar todas esas experiencias de la vida y de la docencia, de compartir con docentes en formación y aprender de docentes en servicio.   Tengo la oportunidad de investigar, crear, experimentar, aplicar…. la lista sigue.    Soy docente, porque eso quiero ser, y eso es libertad… me permite seguir creciendo, ayudar a otros a crecer y ser cada día mejor persona y mejor maestra.

 

Pauline Martin

 

 

 

 

Carta al maestro/a  22 de junio de 2004

                       “ GRACIAS, maestro, por construirme cada día con tu esfuerzo y tu trabajo.¡ Hay tantos que me explotan y me avergüenzan!

GRACIAS, por cultivar, guardar y proteger el tesoro más grande que poseo, los niños. Por quererlos con sinceridad e incondicionalmente. ¡Cómo lo necesitan para crecer y desarrollarse sanamente!

GRACIAS, maestro, por enseñar a  los niños a convivir en una cultura de paz, en una cultura de participación, respeto y tolerancia a los demás. ¡Ellos necesitan tanto convivir en otro clima social  distinto al que hasta ahora les hemos legado!

GRACIAS, maestro, por escuchar a los niños y respetar su derecho a ser escuchados. ¡Cuántos desahogos permites!

¡Cuántas ilusiones y alegrías alimentas! ¡Cuántas buenas ideas das a luz, cuando haces eso!

GRACIAS, por saber aprender cada día de los niños. ¡Cuánto nos pueden enseñar sobre amistad, fraternidad, tolerancia, comprensión, amor…! ¡Saberes y vivencias tan necesarias para construir una nueva sociedad!

GRACIAS, maestro, por dar seguridad y confianza a los niños, porque  con miedo no se puede construir esa sociedad distinta que todos queremos ver entre nosotros.

GRACIAS, por desarrollar en los niños una cultura ambiental conviviendo con la naturaleza pacíficamente. ¡Cómo disfruto ver que han aprendido a cuidar mis bosques, a proteger mi suelo, a no contaminar el aire que respiramos y permitirnos gozar del espectáculo diario de un cielo azul y un sol radiante! 

GRACIAS, por fomentar en la escuela la ciudadanía democrática y paritaria, intercultural y social; porque estas ciudadanías solidificarán un clima de paz y de progreso entre todos. ¡ Esa es la ciudadanía que esperamos ver en todos cuantos vivimos en la misma tierra!

GRACIAS, maestro, por cultivar en los corazones de mi gente valores y  sentimientos de solidaridad a través de tus enseñanzas y de tu ejemplo. ¡Es tanta la ayuda mutua que necesitamos para poder seguir adelante!

GRACIAS, por darme a conocer, por valorar lo que poseo, por enseñar a los niños a identificarse conmigo y a amarme. ¡Qué mal me siento cuando mi gente me infravalora y hasta  me desprecia!

GRACIAS, por hacerme cada día más humana y hospitalaria, por ayudarme a ser cada día más grande y más bella.

¡Porque cultivas y enriqueces lo más grande que poseo: mi gente!

GRACIAS, maestro, por tu amor, por tu fidelidad en los momentos de crisis, de guerra y de destrucción; por seguir creyendo, confiando y esperando en mi. ¡Cómo ayuda el apoyo desinteresado para seguir adelante!

GRACIAS, maestro, porque luchas con tesón para ayudarme a superar mi subdesarrollo, generando conocimiento y formando voluntades capaces de hacerme competitiva en un mundo globalizado. ¡Con tu ayuda me siento segura ante los retos de la historia y veo el futuro con esperanza!

GRACIAS, por ser educador, forjador de hombres de bien.

Me siento orgullosa de ti, maestro salvadoreño, porque tu profesión me ennoblece, me dignifica y engrandece.

porque cada día repartes sonrisas, contagias entusiasmo e infundes motivación a mis niños y adolescentes para ser mejores, porque cada día siembras en sus corazones la semilla del saber y el deseo de superarse constantemente, porque estimulas la creatividad y enseñas a pensar, porque en cada minuto no dejas de ser maestroporque así me será más fácil llegar a ser lo que quiero ser. No olvides, querido maestro que, aunque a veces no te lo reconozco como debiera, quiero decirte que sin ti no sería lo que soy, ni podría aspirar a ser más de lo que soy. Eres la llave principal de mi progreso.

Maestro, sé que te pido demasiado, que son demasiadas las funciones que te asigno; pero lo hago, porque confío en ti, en tu vocación, en tu mística y en tu ética, y sé que me responderás como siempre lo has hecho.

Maestro, sigue adelante, te necesito, no para que llenes de conocimientos el cerebro de mis niños y adolescentes, sino para que, ante todo, formes ese nuevo ciudadano que necesito para desarrollarme plenamente como nación libre, próspera e independiente. Por eso, hoy y siempre, permíteme que te diga: GRACIAS, MAESTRO(A)”.

 

Atentamente:  Tu Patria

Agustín Fernández Santos

 

 

 

La bondad de ser joven

Hace unas semanas, la Pastoral Universitaria de la UCA está realizando, en colaboración con la Parroquia de Jayaque, un trabajo de voluntariado. Desde el inicio se incorporaron universitarios del grupo Jóvenes caminando con Cristo (JCC) y  del programa radiofónico “Alguien como vos” (ACV).

 

                        Se colaboró con la comunidad de Nueva Esperanza en tumbar casas dañadas y preparar terreno para construir. Después ha sido colaborar en las labores de construcción de viviendas. Los jóvenes tienen una gratuidad  misteriosa,  incomprensible, desbordante y silenciosa. Aprender a conocer su lenguaje, sus problemas, sus críticas, sus esperanzas, su generosidad pasa precisamente por aprender a estar con ellos, pero también ellos deben aprender a estar con nosotros, y es allí donde podemos enseñarles a buscar el encuentro.

 

                        Nosotros queremos estar siempre con la comunidad. Esta trinidad (ellos, nosotros y la comunidad que nos acoge) nos abre al misterio de Dios que se nos vuelve más cercano, más tocable, más de carne, y como diría un sabio profesor al que admiro, podremos balbucearles pequeños susurros en torno a un Dios que ellos y ellas muchas veces no entienden, del que no hablan, pero que viven silenciosamente. A ellos y ellas que me devuelven la esperanza Gracias.

 

Trabajo en equipo

 

                        El pasado sábado 12 de junio me dirigí con un grupo de compañeros de ACV y de uno de los grupos que atiende la Pastoral al pueblo de Jayaque, en el departamento de La Libertad. Desde hacía varios días, Elías, un padre jesuita que está a cargo de la Pastoral de la UCA - buenísima onda y lindísima gente por cierto – me venía diciendo “¿Y cuándo nos acompaña a Jayaque, Evelyn? Vamos a botar casas”.

 

                La verdad es que yo ni entendía qué onda. Entendía que era a botar casa de bajareque, muros y cosas así. No sé, jalar ripio, recoger desechos, aplanar un terreno... La cosa es que a mí me llamó la atención, porque como yo soy una persona a la que le gusta andar en todo – pero que en realidad, ¡quizá ni ando en nada! – me animé y le dije que sí. Sábados atrás había querido asistir, pero uno que otro compromiso no me lo permitían. De manera que, hasta este sábado pasado pude ir.

                Fue una experiencia agotadora, pero buena. A mí este tipo de servicio a la comunidad como que me atrae bastante. Suelo ser una persona muy servicial (mientras aguante, ¡que conste!) y me pareció chivo y bonito ir a ayudar a la gente de allá, de Jayaque. ¡¡terriblemente cansadísimo!!

 

                ¡Por Dios que nos tocó duro! Fuimos como 15 ó 20 personas, nos tocó irnos parados en la cama de un pickup: el viento en la cara y la polvazón y allí todos amontonados, como una hora de camino. Lo bueno fue cuando llegamos allá y empezamos a trabajar, eso sí, después del respectivo cafecito y pan dulcito que nos dieron en la parroquia.

 

                Comenzamos por ver la casa que íbamos a botar: Era de puritita lámina y madera. Ah! y también una que otra columnita de concreto (¡vaya que nos costó derribarla!). Luego, cada quien agarró un martillo y a darle con todo a la lámina. Unos le  pegaban a la lámina para despegarla. Otros, trataban de quitar los clavos y los tornillos -no eran tornillos, pero se parecen-  para aflojar la lámina. A mí me tocó subirme a un muro y bajar las tejas. Para ello me ayudó “el mexicano” – un chavo mexicano,  no sé de donde salió. ¡Ay qué dolor de rabadilla el que tenía después!.

 

                El día siguió igual. Todos haciendo lo que podíamos, incluso el dueño de la casita. Eso fue realmente algo que yo llamo “Trabajo en Equipo”-. No hay de otra, si hubiese sido así...nunca la habrían derribado. Nos tardamos como cuatro horas. ¿Saben? Aprendí a  usar la “piocha”. Yo la conocía como “pico”, pero resulta que se llama piocha. Esa la ocupamos para derribar un murito de cemento que se encontraba alrededor de toda la casa. Pero no crean que era un muro enorme. No. “Un murito” he dicho.

 

                Pero lo que terminó con mi espalda fue el uso de la pala. ¡Señor! Era de jalar y recoger todo el ripio con esa pala. Estábamos exhaustos. Pero la satisfacción de haber ayudado y la experiencia humana, sin duda, es la mejor parte. Es la recompensa. Bueno, a parte del suculento almuerzo: pollito asado, con ensalada, tortillitas calientes y gaseosita...

 

                No importa que al día siguiente no podía ni contestar el teléfono. No podía caminar y me dolía la espalda y todo el cuerpo. Lo que importa es que lo logramos. Todos. Juntos.

 

Evelyn (ACV)

 

 

 

Escuela de teología pastoral de Nahuizalco

            Diocesanos, Religiosas y laicos abriendo caminos nuevos.

La hermana Audelia Rodríguez de la Congregación de la comunidad de Cristo Crucificado con apoyo del P. Walter Guerra, P. Héctor Estrada y Balmore Córdoba tenían un esfuerzo de formación bíblico-teológica de agentes de pastoral en la zona. Esta experiencia con espíritu de equipo, ya era una iniciativa valiosa para la Evangelización en Nahuizalco. Se presentaron a la UCA para conocer el proceso formativo de las Escuelas de Teología Pastoral y el P. Pedro Serrano y Suyapa Pérez del Departamento de Teología de la UCA les animaron a asumir la corresponsabilidad de un esfuerzo nuevo entre nuestra experiencia formativa y la suya. De este modo y con apoyo Diocesano de Mons. Mojica se iniciaron los cursos. La escuela está ubicada  en la parroquia San Juan Bautista de la Vicaría tres «Monseñor Joaquín Ramos» de la Diócesis de Sonsonate.

            Con el tiempo han colaborado apostólicamente en esta Escuela los Claretianos (Jeremías Lemus y Jeovanny), los sacerdotes diocesanos (Héctor Estrada, Balmore Córdoba, Walter Guerra y Zacarías Martínez). Hermanas de Cristo Crucificado (Audelia Rodríguez, Doris Mangandí, Tonita Alvarez y  Nilsa Corado) y laicos con estudios teológicos (Jorge de Paz y Gustavo Salazar). Todos ellos y ellas, en equipo y con representación de los encargados de los grupos han venido asumiendo la marcha de esta experiencia tanto en sus aspectos logísticos como el proceso formativo. Actualmente participan 72 personas y es animada por la UCA por Rudy Romero.

 

           Presencia indígena que priorizaba la participación masculina.

            La región es pobre, la gente subsiste en su mayoría trabajando en artesanías y agricultura. Entre las artesanías que   elaboran están los petates, las canastas y las tombías. Tienen ascendencia campesina indígena de las pocas que quedan en el país. Al principio, solo venían casi la totalidad de hombres a la escuela. La UCA les pidió que se incluyeran mujeres en su asistencia para garantizar un equitativo desarrollo en la promoción humana de quienes participan, pues así se puede asumir codo a codo las responsabilidades pastorales. El proceso en estos años ha logrado unificar la oportunidad de jóvenes y adultos en este caminar. Las parroquias de donde la gente procede son: San Antonio, Salcuatitán, Santa Catarina Masahuat, La Majada, Juayúa,  Santo Domingo de Guzmán y Nahuizalco. Provienen de diferentes áreas de la pastoral de las parroquias: en Catequesis, Pastoral Juvenil, Renovación carismática, Apostolado de la oración, Encuentros de esposos, Pequeñas comunidades, Encuentros conyugales, en liturgia y Pastoral Social.

 

La Escuela ayuda para ir luchando día a día.

 

            Rosalina Martínez (alumna de segundo año). «La escuela de teología pastoral me ha ayudado, para conocer más sobre el estudio de la Escritura cristiana para luego ponerla en práctica en nuestra comunidad, con las personas que me rodean y comparto. Para luego tomar conciencia en la búsqueda del bienestar de todos. La escuela de teología pastroal me ha ayudado, para ver mejor la realidad nacional, no como algunos medios de comunicación  la pintan, como el país de las maravillas. Ya que al ver la realidad como es, podemos organizarnos para ir mejorando el bienestar de todos. Y así ir luchando día a día, por medio del Evangelio, para construir el Reino de Dios  y su Justicia».

 

            Juan Rafael Villeda (alumno de segundo año). «Me ha ayudado bastante porque se descubren muchas cosas que uno no sabe aunque haya estudiado otros cursos. Esto es muy diferente porque la Biblia se encarna con la realidad personal, política y religiosa. Ayuda a ir descubriendo una fe más sólida. También ayuda a crecer en la parroquia, a desenvolverse más, a aportar al grupo de crecimiento donde se participa. Lo hace a uno más consciente y más realista. Ayuda para estar ubicado.

                Para analizar la realidad nacional me parece más importante ser honesto y así se siente que se habla sin parcializarse, se critica a los dos lados.Se dice que no es necesario llegar a la violencia ya que siempre hay otros medios de presionar. Me ha ayudado mucho las clases de los profetas para entender qué pasó y qué pasa hoy. Con la palabra se puede denunciar lo que actualmente pasa, Jesús recuerdo eso».

 

            Lynda Yolanda Vizcarra (alumna de primer año). «La escuela me ha ayudado a comprometerme mucho más a tener una visión más amplia sobre las necesidades de la parroquia y de construcción del Reino de Dios. Me siento más comprometida. Me ayuda para enfrentar los problemas de pastoral y seguir adelante. Me ha ayudado a conocer mejor la Biblia y llevarla a las comunidades y sirve de base para las diferentes opiniones en las comunidades».

 

            ¿Por qué cree que este aporte es valioso y en especial para las mujeres?

 

Hermana Tonita Alvarez.

 

            La hermana Tonita Alvarez es la responsable desde su comunidad religiosa, del acompañamiento cotidiano para el compromiso de la gente a la cual sirve. Ella ha motivado personalmente, en todos estos años a que las personas asuman su valor, su dignidad. Les ha animado a aprender que pueden tener palabra propia en su fe y en su compromiso cristiano. Le preguntamos porqué ella ha apostado por este proceso y nos dice «Despierta la conciencia de su dignidad de persona y de todas sus capacidades para ponerlas al servicio de la comunidad. No vienen muchas mujeres pero las que vienen tienen una actitud diferente en su manera de administrar, de llevar una familia y tienen una actitud abierta en los grupos, aportan y son líderes. Sirven a la comunidad, son seguras y se comprometen». Luego le pedimos su opinión como exponente de nuestras raíces indígenas en la región sobre lo que nuestra teología latinoamericana aporta a esta identidad en particular. Y expresó lo siguiente:  «En la visión de la inculturación del Evangelio, ayuda a tomar conciencia de la cultura Nahuatlh y de su historia de dolor. Motiva a recuperar la memoria de los antepasados.

            A pesar de esto, se queda corta en que no hay una profundización en la teología y  los valores de la cultura Nahuatlh y esto es muy importante ya que se viven otros valores y se anulan los auténticos».

 

Rudy Romero

 

 

 

       Papa Cobo: el cariñoso consejero de Nahuizalco

        El señor José Jacobo Brito, fallecido el 15 de febrero del 2004, dejó su presencia en Nahuizalco. Nunca dejó de servir en su querida iglesia. Religiosamente venía cada mes por Cartas a las Iglesias para que su gente siguiera leyendo en la tradición de Monseñor Romero. Su palabra sabía tocar el corazón de cuantos lo visitaban. Agradecemos su testimonio y fortaleza.

 

            Siempre acompañó su palabra con la sonrisa. Nunca dejó de hablar como signo de ayuda a otras personas y nunca dejó de sonreir  para que ese  apoyo no se sintiera como limosna o reclamo sino como ternura. Por eso, al final de su vida, cuando ya la muerte lo acompañaba a donde iba, las personas que venían a visitarlo y a darle ánimo, salían de su presencia consoladas y regresaban a sus casas balbuciendo un gracias por la paz que habían recibido.

 

            Recorrió muchos caminos, tuvo muchas experiencias pero hizo el gran esfuerzo de estar siempre centrado en el camino de Dios. Leyó la Biblia, saboreó lo que significaba delegado de la palabra, la renovación carismática... todo un sendero para construir una iglesia viva y acogedora. Lo llamaron líder. Pero siguió recorriendo las comunidades y visitando los enfermos.

 

                        No sólo consolaba sino que quería que cada persona de su iglesia creciera en conocimiento, pues, quería que se dieran cuenta que la verdad crece con la fe y la fe se deja regar por la verdad. Así mes con mes recogía Cartas a las Iglesias para que ese caminar de todo un pueblo fuera testimonio y ánimo para el suyo. En otros tiempos no necesitaba la letra porque tenía una voz que siempre le enseñó y nunca dejó de acogerlo: Monseñor Romero. La escucha se volvió devoción después que mataron al obispo cercano. En agradecimiento y en honor de Monseñor Romero, todo nuevo sacerdote que era ordenado en su diócesis o pasaba por la casa escuchaba su voz invitadora para no perder el ánimo y la esperanza en el ministerio sacerdotal. Nadie dejó de recibir su mejor don: el consejo. Esa palabra sonriente que siempre sembró la paz y la alegría. Aún hoy, hasta los recuerdos lo tienen presente cuando se escucha: Papa Cobo. Ahora, desde el cielo, sus consejos siguen cayendo y se le sigue viendo rodeado de los niños. Gracias nuevamente Papa Cobo.