UCA

Universidad Centroamericana José Simeón Cañas



Carta a las iglesias

© 1996 UCA Editores





Carta a las iglesias. AÑO XVI, No.357

1-15 de julio de 1996



El manifiesto de la ANEP.

Primeros pasos y mucho que avanzar



	En este número de Carta a las Iglesias podrá leer el lector lo que han 

dicho las organizaciones no gubernamentales sobre la situación de pobreza e injusticia en 

nuestro mundo: la situación de la familia humana es pavorosa. Al mismo tiempo, 

podrá leer un análisis del "Manifiesto salvadoreño" que los 

empresarios dirigen al país. También en él se trasluce el pesimismo sobre 

la realidad actual, pero hay algo de positivo: se analiza sus causas, se proponen políticas 

y medidas para remediarla, y, en principio, se presenta a la economía dentro de una 

visión global del país y se tiene en cuenta la realidad de todos los 

salvadoreños.

	Esto es lo que llamamos "primeros pasos", novedosos y en sí 

positivos, todo lo cual se analiza en la sección de realidad nacional. Aquí 

queremos reflexionar sobre lo que hay que avanzar, lo "mucho que avanzar" que 

decimos en el título, desde una perspectiva humana y cristiana, desde la perspectiva que 

nos dejó Mons. Romero, Ignacio Ellacuría y los miles de salvadoreños 

que entregaron su vida para que la vida sea posible.



Prioridad del trabajo humano sobre el capital (Juan Pablo II)



	Es tradicional considerar a los salvadoreños y salvadoreñas como buenos 

trabajadores, y con razón. Eso lo recoge el manifiesto e indica incluso qué tipo de 

educación necesita el país para que haya mejores "trabajadores". No 

es que esta reflexión no sea necesaria, pero no es suficiente y no es la principal para el 

país.

	El lenguaje nos juega malas partidas, y así como se habla de "las reglas del 

juego de la democracia", como si la democracia fuera un juego, así se habla de los 

"recursos humanos", del "capital humano", como si "lo 

humano" fuese una expresión, entre otras, de los recursos y capitales para producir: 

picos y palas, máquinas y computadoras, animales de carga y seres humanos, aunque 

éstos con sus fuerzas físicas e intelectuales. Indudablemente, los avances 

tecnológicos necesitan cada vez menos de "la fuerza bruta" del capital 

humano, pero lo que queremos recalcar es que no se puede comenzar a pensar en la 

cooperación de los seres humanos a la economía desde el punto de vista de 

"recursos" o "capital".

	Esto fue recordado y dramatizado en 1992, al celebrarse el quinto centenario. "El 

recurso humano" era la fuerza bruta de los índigenas caribeños para explotar 

las minas; era la energía de entonces. Y cuando se extinguieron los indígenas, se 

trajeron seres humanos africanos. Lo que se buscaba en directo no era esclavizar a nadie, sino 

conseguir el "recurso humano". Y como eso era prioritario, no se tuvo 

ningún escrúpulo en el uso de los medios, incluida la aberración de la 

esclavitud para traerlos hasta aquí.

	Los tiempos han cambiado, pero ojalá haya cambiado también el 

concepto. El ser humano es trabajador y productor, pero no se le puede designar con el mismo 

nombre genérico -"recurso", "capital" y su derivado 

"mano de obra"- con que se designa al petróleo, a la energía del 

animal o al dinero. En el proceso productivo no convergen dos cosas: recursos y seres humanos, 

capital y trabajo, sino que convergen cosas y personas. La doctrina social de la Iglesia -y el 

sentido común- lo ha repetido hasta la saciedad: la persona está por encima de 

las cosas. Y Juan Pablo II, usando por cierto conceptualización marxista, ha dicho que 

"el trabajo tiene prioridad sobre el capital".

	Es bueno, pues, que la ANEP reflexione sobre la formación de los 

salvadoreños y que exponga su propia opinión sobre educación primaria y 

técnica, sobre el si y el cómo de la educación universitaria. Pero en 

definitiva, hay que pensar más globalmente al ser humano, al salvadoreño y 

salvadoreña de hoy. Por eso, además de la educación en vistas a una 

mayor y mejor productividad, hay que fomentar una cultura y unos valores que humanicen, no 

que deshumanicen.

	Cuando se ensalza y se pone como modelo a los dragones del sudeste asiático, 

poco se dice sobre su modo de vivir, sobre el individualismo, el pragmatismo, el consumismo, el 

egocentrismo- egoísmo, que fomenta y exige el modelo económico. El mensaje 

de José Ellacuría, jesuita que ha pasado treinta años en Taiwan, es simpre 

el mismo: "que se pueda vivir de otra manera". Dicho con el debido respeto, lo que 

necesitamos es "Taiwan con espíritu". La ANEP, y todos, debemos 

esforzarnos por tener un nuevo El Salvador, pero con espíritu: comunidad, 

celebración, generosidad, apertura a otros países con graves problemas. Y, por 

supuesto, con espíritu de verdad, de misericordia, de justicia, de reconciliación...



Profetismo y utopía (Ignacio Ellacuría)



	Cualquier análisis de la economía, hecho desde una perspectiva humana y 

cristiana, debe tener en cuenta que la economía, ni como ciencia ni como proceso 

productivo y distributivo de la riqueza, es neutral, sino que se puede enrumbar en favor de unos 

más que de otros, y, muchas veces, en favor de unos en contra de otros. Más 

aún, el Nuevo Testamento nos pone en guardia con toda claridad sobre lo resbaladizo y 

peligroso que es ética e incluso teologalmente el mundo del dinero y de la riqueza. 

Jesús dice: "no se puede servir a Dios y al dinero". En la carta a Tito se dice: 

"la raíz de todos los males es la ambición del dinero". La historia y 

su sabiduría acumulada lo confirman.

	Esto significa que un análisis de la economía debe ser hecho 

también desde la perspectiva de sus posibles y reales males, desde la injusticia que 

genera, de la pobreza y miseria que produce. Si esto no se hiciera, la economía no se 

sometería al principio de verificación fundamental: si está propiciando o 

no lo que es su última razón de ser: facilitar, no impedir, que el oikos (la casa, el 

hogar), el símbolo fundamental de vida para los seres humanos sea una realidad. En el 

análisis debe estar, pues, presente también la profecía, es decir, la 

denuncia, la sospecha al menos, de que la configuración económica ha producido 

y puede seguir produciendo para las mayorías muerte en vez de vida. Esto es lo que 

Ignacio Ellacuría llamaba profecía. Y de ahí, aunque el término 

suene raro en el mundo de la economía, pero fácimente se pueden encontrar 

equivalentes, la necesidad de conversión.



	Y junto a la profecía la utopía. No hace falta ser experto en ciencias 

económicas, históricas y sociales para llegar al convencimiento de que el futuro 

de nuestro país, la utopía, no está en el norte del planeta. Simplemente, es 

imposible, pues no hay recursos para ello (y menos para que el norte se convierta en la 

utopía de todos los otros países como el nuestro). Pero además, no es 

deseable. Deseable y necesario es que la vida justa y digna sea posible, pero no es deseable la 

concepción de vida que nos viene del norte, la ley del más fuerte y poderoso, la 

falta de compasión y misercordia hacia los débiles (de fuera y de dentro), la 

prepotencia absoluta que no hace caso de leyes internacionales ni del tribunal de La Haya, el 

apoyo millonario a dictadores, represión y guerras injustas...

	Ignacio Ellacuría decía que ese modo de vivir no genera ni vida ni 

civilización. Por eso, en un momento audaz, abogó por la 

"civilización de la pobreza". Y si estas palabras suenan duras en exceso, 

digamos que la utopía sea la "civilización de la austeridad 

compartida".

	Ojalá la ANEP dé pasos en la dirección en la que se ha 

comprometido: el bien del país, de sus mayorías populares. Para ello le 

ofrecemos desde aquí estas sencillas reflexiones sobre la dignidad última del ser 

humano, sobre el pecado que priva de vida y sobre la austeridad compartida, el único tipo 

de comunidad posible en nuestro mundo, para que nuestra vida tenga calidad.







La ANEP y su "Manifiesto salvadoreño"



	Recientemente, los sectores empresariales vinculados a la ANEP hicieron público un 

documento titulado El manifiesto salvadoreño. Una propuesta de los empresarios a la 

nación. El documento ya ha generado diversas reacciones, aunque no las que debiera 

suscitar un pronunciamiento de esa naturaleza. De cualquier modo, lo que hace del documento 

algo importante es que por primera vez en la historia reciente del país un importante 

grupo de empresarios toma postura ante los graves problemas de la nación. 	El 

documento empresarial señala tres aspectos importantes de la democracia: a) exige la 

aplicación irrestricta de la justicia en orden a garantizar el bien común; b) permite 

resolver diferencias y lograr acuerdos; y c) exige una "clase política" en la 

que los ciudadanos puedan confiar.

	Sólo un miope puede no estar de acuerdo con estas tres cosas, pero no basta con que 

el sector empresarial se pronuncie acerca de esos requisitos básicos de la democracia, 

sino que es urgente que, con valentía, diga su palabra sobre las instituciones y grupos de 

poder que la están obstaculizando. Es decir, la aplicación irrestricta de la justicia, 

la consecución de arreglos políticos y la consolidación de una clase 

política confiable, con todo y ser aspiraciones muy legítimas, no se van a hacer 

realidad mientras existan grupos económicos y políticos con el poder suficiente 

para bloquear su consecución. La ANEP no debería obviar esto, y más 

bien debería usar su prestigio y su capacidad de presión sobre el gobierno para 

llevar a esos grupos al orden y a la legalidad.

	Por otra parte, la democracia no se agota en los elementos mencionados por la ANEP. No 

hay que olvidar la necesaria ampliación de la participación política de los 

ciudadanos para avanzar hacia un orden democrático. Y ésta misma no debe ser 

reducida al ejercicio del sufragio, sino que debe caminar hacia formas de participación 

más amplias en lo social y lo político.

	Finalmente, los empresarios toman en consideración a los intelectuales del 

país, después de décadas de desprecio, como interlocutores y como 

gestores de un pensamiento que merece ser tenido en cuenta. Y la ANEP hace una 

petición concreta a los intelectuales: "le ofrecemos a la intelectualidad 

salvadoreña que volvamos a coincidir en la importancia vital de la democracia, 

pidiéndole que trabaje en una teoría de la transición a la democracia, 

con el fin de que nos ilumine".

	Se trata de una petición de singular valor ya que, por un lado, abre las puertas a los 

sociólogos, historiadores y politólogos del país a un auditorio que 

siempre los consideró resentidos y proclives al comunismo; pero, por otro lado, 

compromete a los empresarios a enterarse del pensamiento que se vaya generando en los centros 

académicos.



El factor trabajo y la educación



	En la propuesta de la ANEP es notorio el hecho de que el salvadoreño queda definido 

por su capacidad de laborar eficientemente con bajos costos. Se agrega que será 

prioritario el proporcionar la educación y capacitación necesarias para potenciar 

la productividad y "entrar a la nueva corriente económica de la 

globalización, como ciudadanos del Primer Mundo". Trabajo y educación 

son, así, dos factores intrínsecamente vinculados e inseparables.

	Dice el manifiesto que "una de las principales lecciones del desarrollo 

económico acelerado... es la inversión masiva en educación primaria y 

técnica vocacional de su niñez y juventud. Para que la partida de 

educación sea realmente inversión, los recursos deben focalizarse... en estas 

áreas. Debe de olvidarse el pretendido derecho a la educación universitaria y de 

pos-grado. Esta debe quedar reservada a aquellos que la merecen por su inteligencia y 

esfuerzo". De este texto es importante entresacar dos ideas: 

	a) La idea de una educación meramente técnica, orientada a especializar a los 

educandos en las áreas prioritarias en la economía local, que en nuestro caso 

-tomando en cuenta el hincapié que hace el manifiesto en la maquila y el ejemplo de los 

países asiáticos- sería el de la confección textil y otras labores 

semejantes que se realizan en las empresas maquileras. Es evidente que con ello se asume que la 

educación que busca potenciar la capacidad creativa e innovadora es menos que 

inútil en el actual contexto. El individuo que ha sido educado exitosamente es aquel que 

es capaz de funcionar con precisión y eficacia milimétrica en puestos de trabajo 

donde se labora mecánicamente, sin necesidad de pensar propositivamente. No es 

necesario recordar que con esto se olvida que el aspecto técnico es solamente la 

contraparte del aspecto crítico y creador de la actual reforma educativa que se impulsa en 

el país, reforma que pretende convertir a todos los salvadoreños en sujetos 

integrales.

	b) Este modelo educativo será, a nivel de educación superior, literalmente 

elitista. El acceso a la educación superior estará restringido, ya que lo que se 

necesita son engranajes para las maquinaria de trabajo y no individuos pensantes y creativos. Si 

alrededor del mundo "siempre hay alguien dispuesto a ofrecer el mismo producto o 

servicio, a un menor precio y con mejor calidad", lo que se necesita para competir es una 

masa trabajadora eficiente y acéfala, dispuesta a laborar intensamente y con bajos 

salarios. La educación superior, en este sentido, sobra. Ella solamente debe ser privilegio 

de los super dotados que hagan aún más eficiente la productividad.

	Las consecuencia obvias de esto son, en primer lugar que se destina a la mayoría de 

los salvadoreños, ahora con razones, a la pobreza intelectual y al bajo nivel educativo: los 

empresarios dan con ello un paso atrás en los objetivos de la reforma educativa. Y en 

segundo lugar, esta vinculación entre trabajo y educación no conduce, 

contrariamente a lo que afirma el manifiesto, al bienestar social, a altos niveles de vida. No es 

posible ver claramente cómo el trabajo y la educación definidos de esta manera 

puedan llevar a una movilidad social de tipo ascendente o cuando menos que saque de la pobreza 

a los sectores que se encuentran en ella.



El modelo de las maquilas



	El manifiesto habla de la importancia de las maquilas -rubro de "vital importancia en 

la economía salvadoreña"- en el actual contexto de la 

mundialización. Aunque no explícitamente, se presupone que la fuerza laboral 

pasaría a ser absorbida por ellas. Ello -de nuevo- impulsaría hacia el desarrollo 

social del país. Vale tomar en cuenta algunas de las características de las 

maquilas en El Salvador que imposibilitarían tal propósito: primero, se 

caracterizan por largas e intensas jornadas de trabajo que hacen que el personal que labora en 

ellas, por el desgate que ello produce, se vea continuamente en rotación; lo que menos se 

genera son fuentes fijas de empleo. Segundo, el tipo de trabajo es de baja calidad, los empleados 

realizan la misma labor por períodos prolongados de tiempo y no requieren mayores 

grados de educación para hacerlo. Tercero, la alta productividad de las maquilas necesita 

que las violaciones a los derechos de los trabajadores se convierta en la condición sine 

qua non para mantenerla. El Manifiesto celebra el "éxito de las maquilas" y 

subraya la necesidad de ellas, pero pasa por alto la necesidad, aún mayor, de que en ellas 

se den condiciones dignas y humanas de trabajo.

	En conclusión, el Manifiesto, aun con los pocos aspectos que se han tocado en este 

análisis, carece de mucho y enfatiza lo que sobra: baja calidad educativa y alta 

disponibilidad laboral a precios socialmente incosteables. Ciertamente, la laboriosidad es una de 

las características principales de los salvadoreños, pero no se debe limitar la 

amplia gama de tipos y condiciones de trabajo a una sola. El desarrollo no se alcanza 

automáticamente con la mecanización del trabajo. El que las condiciones de 

competencia en el mundo lo exijan, no significa que sea lo más deseable y lo más 

buscado, y menos aún lo más beneficioso para las grandes mayorías.





En recuadro:



"No se trata de una fórmula mágica, pero El Salvador, a partir de la firma 

de los Acuerdos de paz, ha creado las condiciones para generar una discusión que 

permita encontrar el camino idóneo mediante el cual los salvadoreños puedan 

contar con iguales oportunidades de mejorar sus condiciones de vida". Roberto Vilanova, 

Presidente de la ANEP.



"Le hace falta una visión más humana, porque es de tipo economicista. El 

hecho de tener población no lleva al desarrollo si es subdesarrollada, y sin 

educación no se caminará hacia el desarrollo, y es necesario hacerlo con un 

capital activo". Roberto Viera, diputado del PRSC





"Debemos sentar las bases para el desarrollo integral, donde la calidad de vida sea buena 

para todos, y no se puede hacer sin un despegue económico". Carmen Elena 

Calderón de Escalón, dipuada de ARENA.





Nuevas amenazas contra gente de bien



	La oscuridad de un pasado no muy lejano ha vuelto a cubrir el cielo salvadoreño. En 

serio o en broma, el caso es que -mediante un comunicado enviado a medios de difusión, 

nacionales y extranjeros- la autodenominada Fuerza Nacionalista "Mayor Roberto 

D'Abuisson" nos hizo retroceder a épocas supuestamente superadas, cuando se 

amenazaba a muerte a "vendepatrias", "traidores", "agentes de 

conspiraciones internacionales".

	Ante estos hechos, siempre surgen especulaciones. ¿Intimidación? Tal vez, pues las 

amenazas apuntan a ciertas personas que, a título individual o institucional, han 

señalado las graves deficiencias del proceso salvadoreño.

	¿Formas de distraer la opinión pública? Quizás, pues hay temas 

sumamente delicados y polémicos que molestan a quienes no quieren discutirlos pues 

con ello "se ensucia la imagen positiva del país". Y son temas espinosos la 

elección del procurador general de la República, del presidente de la Corte de 

Cuentas y del fiscal general de la PNC, o la grave y preocupante crisis que se vive dentro del 

penal santaneco.

	Sea como sea, la cuestión es que es muy triste que después de tanta guerra y 

dolor, inseguridad y polarización, esfuerzos y esperanzas, persistan amenazas de este 

tipo. Parece que esos grupos no quieren aceptar el derecho de los salvadoreños a expresar 

sus opiniones, y no han logrado desterrar de su mente la posibilidad de callar otras voces con 

amenazas de este tipo.

	Para responder al supuesto frente clandestino que enarbola el nombre del fundador de 

ARENA, ya surgió otra voz anónima autonombrada "Frente Nacionalista 

para la Sanidad Mental". Este lanzó también amenazas pero de otro tipo: 

los acusan de "locos" y les advierten que, de seguir con esos comunicados, los 

internarán en "el manicomio de más alta seguridad".

	Desde aquí no podemos menos que condenar ambos panfletos y mostrar nuestra 

preocupación. Pese a todo lo que ha sucedido en El Salvador, las "manos 

blancas", las "uniones guerreras" y los "ejércitos secretos 

anticomunistas" se niegan a desaparecer, aunque ahora se llamen "sombras 

negras" o "fuerzas nacionalistas".

	Estas amenazas -por descabelladas que parezcan- merecen una investigación seria 

por parte de las autoridades que deben garantizar la seguridad de las personas y la tranquilidad 

del país. No se pueden ignorar, sin más, sosteniendo que son producto de 

"mentes enfermas". ¿O eran mentes sanas las de aquellos que ordenaron la muerte de 

un arzobispo, de seis jesuitas y de otras decenas de miles de personas indefensas? ¿O las de 

quienes -después de la firma de la paz- mandaron a matar a monseñor 

Joaquín Ramos, a Francisco Velis, a Ramón Mauricio García Prieto y a 

otras personas indefensas?

	Hoy como ayer, se trata de amenazas a gente de bien, y eso deshumaniza. El Salvador de 

ahora y del mañana es para los cuerdos que aman la vida y sueñan con que, de una 

vez por todas, ésta se respete íntegramente.	IDHUCA





En recuadro



Medardo Gómez,

obispo de la Iglesia luterana



	Estas amenazas de muerte son el fruto de no haber atendido las recomendaciones de la 

Comisión de la Verdad, Ad Hoc y del Grupo Conjunto que investigó 

crímenes con motivaciones políticas e ideológicas, después de la 

firma de los Acuerdos de Paz. ¿Por qué no se han difundido los nombres de los 

responsables de los Escuadrones de la Muerte que en el pasado conflicto cometieron 

crímenes?

	Sólo espero que estas personas se convierten a Dios, ya que asesinando o callando a 

los que señalan los males de la sociedad no se construye el proceso de 

democratización que se intenta crear en El Salvador.

	Si al partido de gobierno le preocupa que esta organización lo involucre 

directamente al autodenominarse con el nombre de su líder y fundador de ARENA, 

debería hacer todo lo posible por desmantelar estas estructuras de terror.

	Como cristiano que soy, en estos momentos en que se amenaza de muerte, recuerdo el 

ejemplo de los hermanos jesuitas y de Monseñor Romero.







Pobreza, injusticia y solidaridad internacional



	Las Naciones Unidas han declarado 1996 Año Internacional contra la pobreza. 

Este llamado es importante y urgente. Cuatro mil millones de seres humanos son afectado por la 

pobreza -de ellos el 70 por ciento son mujeres- y mil quinientos millones sobreviven en la 

miseria con menos de un dólar diario. Cuarenta y siete niños nacen cada minuto 

en extrema pobreza, y miles de ellos mueren por desnutrición. Los pobres son cada 

día más pobres y los ricos más ricos.

	Esta pobreza se genera también en medio de estructuras represivas y corruptas. 

Existen dictadores que utilizan la riqueza del país para comprar armamento y perpetuarse 

en el poder. Mobutu compra residencias en Europa, mientras el sesenta por ciento de la 

población de Kinshasa, Zaire, vive en casas de lata.

	Acabar con el hambre en el mundo ha sido un objetivo de la comunidad internacional y de la 

FAO desde hace 50 años, pero toda la ayuda concedida a los países en 

vías de desarrollo en todo un año equivale a quince días de gastos 

militares del mundo.



	Ante esta situación, 20 organizaciones no gubernamentales del Sur y otras tantas 

europeas se reunieron en Barcelona los días 31 de mayo y 1 de junio en la 

"Conferencia Sur Norte: Juntos para la erradicación de la pobreza" 

convocada por Intermón -institución que celebra su 40 aniversario- para 

reflexionar sobre cómo hay que trabajar para superar la pobreza y la injusticia, y para 

promover la solidaridad. Más adelante publicamos algunos extractos de lo que se dijo en 

el Congreso. Su comunicado final comienza con estas afirmaciones:



La globalizacion excluye a los más pobres y debilita su identidad cultural. La 

distancia entre norte y sur es la mayor amenza para el planeta.



	Pero afirma también esta esperanza:



Creemos firmemente que la erradicación de la pobreza es posible.





Recuadro



Dos denuncias de la Iglesia latinoamericana



	Chile. Ricos más ricos, pobres más pobres. Lejos de reducirse, las 

desigualdades socioeconómicas entre los chilenos se mantienen. La Iglesia ha hecho un 

llamamiento a las autoridades para que combatan de manera expresa estas desigualdades y 

procedan a hacer un reparto más justo de la riqueza.

	La economía chilena es según la CEPAL la que más ha crecido en 

1985, con un 8 por ciento. Pero Chile es también, según la misma fuente, uno de 

los países latinoamericanos con peor distribución de la renta y mayor desigualdad 

social. En Chile, los ricos son cada vez más ricos y los pobres son cada vez más 

pobres. 

	Según datos de la Comisión Nacional Justicia y Paz, de la Conferencia 

Episcopal Chilena, el 10 por ciento de las familias más ricas tiene un ingreso medio 

mensual de 3.500 dólares, mientras el 28 por ciento de los chilenos (cerca de cuatro 

millones de personas) viven en condiciones de pobreza, y de éstos, 1.100,000 viven en la 

indigencia.

	La pobreza en Bolivia. La mitad de la población vive en la pobreza, y de ella, un 22 

por ciento, en la indigencia. La tasa de mortalidad infantil es similar a la del Africa subsahariana. 

De cada mil niños nacidos vivos, 116 mueren antes de los cinco años. Estos y otros 

datos han sido aportados por el obispo Nicolás Catellanos. "Todo es lento, pero lo 

importante es que estamos en camino, en línea con la pastoral diocesana, en 

sintonía con las esperanzas de nuestro pueblo, que lucha, aunque esté 

mediatizado y maniatado por las estructuras neoliberales y por un estado que no termina de pagar 

la "deuda social" reconocida y contraída con nuestro pueblo".







Declaración de la Conferencia Sur-Norte

Barcelona, Junio 1996





	Las personas y organizaciones reunidas en Barcelona entre los días 30 de mayo y 1 

de junio de 1996, en el marco de la Conferencia "Sur-Norte: Juntos para la 

erradicación de la pobreza", convocada por INTERMON,



Manifestamos:



	Que el proceso de globalización económica y cultural que nos lleva hacia la 

llamada "aldea global" provoca, intencionalmente, la exclusión de los 

países más pobres y de las comunidades y personas más desfavorecidas.

	Que son precisamente los pobres quienes sufren las peores consecuencias de las 

políticas de ajuste estructural, al tiempo que vemos cómo la 

estandarización de valores, favorecida por Occidente, contribuye a la debilitación 

de la diversidad cultural de los pueblos, y potencia una cultura consumista.

	Que la distancia entre el Norte y el Sur se está acrecentando, y se ha convertido en la 

mayor amenaza para el género humano. Ante ello,



Declaramos:



	Que creemos firmemente que la erradicación de la pobreza es posible. Y, por 

ello, nos comprometemos en un esfuerzo global, en el Sur y en el Norte, por un desarrollo 

entendido como un proceso de liberación, endógeno, democrático y 

participativo, que tenga en cuenta la diversidad de las culturas e identidades de los pueblos.

	Que los procesos de desarrollo, que deben tener siempre en su centro al ser humano e 

integrar la complejidad de lo social, deben respetar los ritmos de los diferentes pueblos, 

asumiendo que se trata de procesos continuos y permanentes. Dichos procesos han de ser capaces 

de resolver las tensiones culturales y de tradición que pueda generar la defensa de los 

derechos de los pueblos y la defensa de los derechos universales de la persona.

	Que el desarrollo sea el requerido por la propia comunidad y no el propuesto externamente, 

es decir, el desarrollo debe ser propio y no apropiable. La confianza de un pueblo en sí 

mismo es imprescindible para su desarrollo, ya que éste sólo puede garantizarse 

cuando existe una toma de conciencia y un firme compromiso con los procesos que lo favorecen.

	Que para que pueda darse un proceso de desarrollo es imprescindible una 

redistribución de la propiedad, del trabajo y de los recursos, especialmente de la tierra.

	Que ningún proceso de desarrollo será sostenible si no garantiza la 

preservación del medio ambiente y no integra la formación y la 

organización de las comunidades que participan en él.

	Que existen modelos de cooperación descartables, los cuales no han contribuido a 

disminuir las diferencias entre ricos y pobres, y que, en todo caso, en cualquier proceso de 

cooperación hay que prestar atención a los efectos secundarios perniciosos que 

toda acción de cooperación puede generar.

	Entendemos que la cooperación es un acto de correspondencia frente a la necesidad 

de preservar el mundo y que, en ningún caso, debe servir solamente para tranquilizar las 

conciencias. Por ello,



Reclamamos:



	Que la cooperación para el desarrollo esté orientada a aportar soluciones 

justas y eficaces a los problemas estructurales y estratégicos, mediante la 

elaboración de planes integrales.

	Que se entienda esa cooperación como un diálogo intercultural, que potencie 

las relaciones horizontales y descentralizadas, y que contribuya a fortalecer a la sociedad civil, 

para que pueda asegurar su libertad de pensamiento y de expresión, así como el 

ejercicio del control sobre las autoridades públicas. En este sentido, los agentes de 

cooperación deben abordar también la lucha contra las causas estructurales de la 

injusticia, promoviendo acciones de presión política sobre los centros de poder y 

decisión.

	La cooperación debe basarse en la corresponsabilidad, la transparencia y la 

confianza entre los diversos agentes implicados, y debe asentarse sobre un intercambio 

enriquecedor de modelos de desarrollo de doble dirección: Sur-Norte y Norte-Sur. Para 

que estos objetivos sean alcanzados,



Reinvindicamos:



	El protagonismo social y político de las mujeres en los procesos de desarrollo, tantas 

veces silenciado, obstaculizado e ignorado. Dicho protagonismo debe lograrse desde la 

restitución de los derechos y oportunidades que la masculinidad del sistema les ha 

sustraído.

	Que la cooperación dé prioridad a los colectivos marginados dentro de los 

que viven en la pobreza: las mujeres, los niños, los indígenas, los refugiados- no 

para compartimentar dichos colectivos, sino para garantizar su participación en el 

desarrollo global.

	Que la cooperación no esté condicionada por los intereses 

económico-políticos del país donante y que sea destinada a las 

verdaderas prioridades de las poblaciones.

	Como agentes de cooperación para el desarrollo, las ONGs del Sur y del Norte 

aquí presentes,



Asumimos:



	El reto de ser auténticos agentes de cambio social, promotores de la democracia y 

constructores de alternativas reales.

	El desarrollo de mecanismos capaces de romper el círculo vicioso que 

perpetúa la pobreza y nos comprometemos a escuchar y a hacer escuchar las acalladas 

voces de los que viven en ella.

	Desde aquí, invitamos a todas las ONGs del Norte y del Sur a que analicen y 

redefinan su papel, para dar el protagonismo que les corresponde a los grupos de base en el 

diseño y gestión de su proceso de desarrollo, y para reafirmar su independencia 

frente a los gobiernos de sus respectivos países.



	Finalmente, Hacemos una llamada a todos los centros de decisión, centros de 

cultura y a todas las personas en general para que, movilizando todos los recursos disponibles a 

su alcance, contribuyan a transformar las estructuras injustas que condenan a la pobreza a miles 

de millones de personas de todo el planeta y asuman el riesgo compartido de enfrentarse a los 

grupos de poder que la crean y la fomentan.



	Invitamos a todos los hombres y mujeres a que se impliquen en la construcción de 

un mundo más justo y solidario. Y aprovechamos esta reunión en Barcelona, para 

hacer un llamamiento muy especial al Gobierno y a los representantes parlamentarios 

españoles, para que cumplan fielmente el compromiso asumido en el "Pacto por la 

solidaridad" y destinen en 1996 el 0,5% del PIB a la Ayuda Oficial al Desarrollo y el 0,7% 

antes del año 2000, asegurando la eficacia y transparencia de su gestión.



¡Juntos para la erradicación de la pobreza! 





Voces del Sur y del Norte en el Congreso



Ofrecemos, en forma resumida y algo editada, algunas intervenciones de respresentantes de las 

organizaciones no gubernamentales en el Congreso de Barcelona.



Voces del tercer mundo



	Albertina Macamo, de la organización Mbeu de Mozambique, denunció 

que la cooperación de algunos países sólo había servido para la 

destrucción tanto material como humana de Africa y señaló que el 

analfabetismo y la ignorancia siguen siendo factores que retrasan el desarrollo. "El 

desarrollo debe tener en cuenta la historia, los logros, el avance económico y social de 

sus pueblos, en el que se integran los principios democráticos para la toma de decisiones 

a partir de la base. Cualquier persona, con independencia de su clase social o de su 

formación académica tiene una opinión que puede ser válida para 

otros".



	Mousa Idris, representante de una organización del Chad, denunció que 

muchas veces el aporte de miles de millones por parte de los estados no soluciona los problemas 

de los pobres en Africa porque "los estados no tienen amigos, sino que tienen intereses. 

Puede ser que el dinero se emplee en algo bueno, pero no beneficia a la mayoría del 

pueblo... Hay que fomentar la colaboración entre las organizaciones no gubernamentales 

del Sur y del Norte porque la cooperación es una necesidad por no decir una 

obligación".



	Iván Cisneros, del Instituto de Ecología y Desarrollo de las Comunidades 

Andinas, Ecuador, destacó que "se está superando la idea de que 

cooperación significa apoyar o propiciar que los países subdesarrollados 

lleguemos al estado de bienestar". Para este economista "un desarrollo justo y 

sostenible supone un nuevo sistema de valores y actitudes frente a la producción, el 

consumo, las relaciones humanas y la relación con la naturaleza, cuyos elementos claves 

son el reparto de la propiedad y el trabajo, la justicia social, la revaloración cultural y una 

ecología sostenible".



	Hugo Fernández, director nacional del Centro de Investigación y 

Promoción del Campesinado de Bolivia, mencionó tres principios de la calidad 

de la cooperación. En primer lugar hay que tener en cuenta la dignidad del ser humano. 

"El desarrollo aparece como algo que no es solamente un hecho económico, y 

cuando hay seres humanos de por medio hay un potencial para el desarrollo que habría 

que analizar mejor". El segundo principio consiste en echar raíces profundas en la 

cultura local, porque "el ser humano se desarrolla en sociedad y ésta es cultura, por 

tanto es inútil ponerse metas de desarrollo dejando a un lado esta cultura local". El 

tercer principio es estar convencido de que la población que se beneficia de la ayuda es la 

única que puede garantizar la continuidad de los programas de desarrollo, para ello es 

necesaria "la corresponsabilidad entre la institución de apoyo y los beneficiarios y 

actores locales. Sólo involucrándose personalmente en el proyecto es posible la 

garantía de continuidad del mismo".



Voces del norte



	Rafael Grasa, presidente de la Coordinadora de ONGs de Cataluña, se 

refirió al concepto de pobreza, que no se puede medir desde la perspectiva del Norte, ya 

que "en Africa, por ejemplo, pobre no es el que no tiene vestido, sino quien no tiene 

personas con quien relacionarse". Resaltó que gran parte de los países del 

continente africano no cuentan para nada en las relaciones internacionales, que el crecimiento del 

Norte se hace al margen del Sur y que se deben condenar, por injustas, las políticas que 

proponen los expertos del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional para los 

países en desarrollo. Sólo el 3 por ciento del dinero que se destina para ayuda a 

los países del Sur pasa por las manos de las organizaciones no gubernamentales... Es 

necesaria una mayor coordinación y trabajo conjunto entre las ONGs del Norte y del Sur, 

incrementar al máximo la tarea unitaria, establecer mecanismos de valoración 

sobre objetivos y trabajar en la idea de códigos comunes para las organizaciones y para el 

cooperante". Se lamentó de que la mayoría de las ONGs "no hemos 

cumplido el compromiso, adquirido en la Conferencia de Río, de entregar el 1 por ciento 

de nuestros presupuestos a un fondo de gestión común".



	Luis Arancibia, de Manos Unidas, España, y presidente de la Coordinadora 

española de ONGs, indicó que estas organizaciones "tienen que ser agentes 

de cambio social y no sólo gestoras de ayudas a los pobres", y propuso seis pistas 

por las que podían caminar en su trabajo. En primer lugar deben tener vocación y 

capacidad para ser agentes de transformación de la sociedad, con la idea de que es 

posible y necesario cambiar el mundo. Hay que vivir una solidaridad eficaz, combinando la 

calidad en el trabajo con la capacidad de transmitir ilusión. Es necesario trabajar de y 

para los ciudadanos con el mayor respaldo social posible. No estaría de más 

constituir una internacional de la solidaridad, con el fin de evitar la tentación de enfrentar 

a los pobres del norte con los pobres del sur. Hay que trabajar con visión a mediano 

plazo, creando un estilo de urgencia distinto, en el que no sea una obsesión conseguir 

resultados inmediatos cuando se financia un proyecto. Por último, hay que construir 

alternativas reales, pero sin perder nunca de vista la utopía".



	Simon Stioer, director de Eurostep, que agrupa a 22 federaciones de ONGs de la 

Unión Europea, aseguró que los criterios de convergencia de Maastricht van a 

influir de forma negativa en la cooperación y los países de la Unión 

Europea restringirán la aportación de fondos, "lo que hace imprescindible 

que trabajemos conjuntamente, evitando que muchas ONGs defiendan antes sus intereses 

nacionales que los europeos". Resaltó, asimismo, el peligro que supone la 

globalización de la política y de la economía, ya que las decisiones se 

toman de forma excesivamente centralizada, y el peligro de la política neoliberal que 

tiende a privatizar todo, "porque al sector privado, en cuanto tal, no se le puede exigir 

ninguna responsabilidad y sin embargo cada día se le otorga más poder y se 

entrega en sus manos el desarrollo". Terminó con estas palabras: "tenemos 

que ser capaces de convencer a la gente de que es posible erradicar la pobreza".



en recuadro



Regina Mathew, Pan y Justicia





Regina Mathew es una religiosa india que ha impartido clases en Delhi, Jammu y Shinagar, en 

la India, y posteriormente ha colaborado con las comunidades Harijan de Maharastra, grupos que 

tienen la peculiaridad de vivir en estrecha comunión con la naturaleza. El objetivo de la 

organización para la que trabaja es la defensa de los derechos de estos grupos tribales, la 

potenciación de su organización, la formación y educación de los 

pequeños y la capacitación de los adultos junto con la promoción de la 

mujer. Este es un breve resumen de su ponencia:



"La cultura europea, lejos de practicar la tolerancia, el pluralismo y libertad que profesa, 

es en realidad una monocultura maligna que no permite ninguna desviación de sus 

imperativos. Su pretensión es conseguir una aldea global -a través de los 

medios de comunicación e información- para imponer su cultura y vender sus 

productos".



"El mundo es una unidad y tenemos que empezar a actuar como miembros de él, 

en el cual los unos dependen de los otros. Nuestro mundo está habitado por gentes de 

diferentes razas, culturas, religiones, sistemas políticos y sociales. Nuestra 

común humanidad nos une en la Raza Humana, dependiente de los demás para 

la supervivencia y el progreso. Pero hoy la raza humana está amenazada por un buen 

número de divisiones, la mayor de las cuales es la división existente entre el 

Norte y el Sur. Hablar de Norte-Sur es una manera muy simple de mostrar la forma en que el 

mundo se divide en paíes ricos y países pobres. De hecho, se trata de dos 

mundos, dos planetas, dos humanidades: una vergonzosamente rica y la otra 

desesperadamente pobre".



"En el mundo, de ustedes (el primer mundo) existe la preocupación hoy en 

día por la calidad de vida. En nuestro mundo existe la preocupación por la 

vida misma, amenazada como está por el hambre y la desnutrición. Ustedes 

pueden permitirse el lujo de preocuparse por las playas contaminadas. A nosotros nos 

preocupa mucho el hecho de que menos del 10 por ciento de la población del Tercer 

Mundo ni siquiera tenga agua potable. Debemos reconocer una cosa que se está 

convirtiendo en un hecho de la vida internacional: que nuestros dos mundos, aunque se tocan, 

rara vez se comunican".



"El reclamo de alimentos de millones de personas nos ha unido desde muchos 

países. Dios -la Realidad misma- nos llama para responder al reclamo no 

sólo de ayuda sino de justicia. Que nuestra resolución sea 'denles pan a los que 

tienen hambre, y a los que tienen pan denles hambre de justicia'".







Racismo. Quema de "Iglesias negras" en Estados Unidos



	Desde 1990 han sido incendiadas más de 80 iglesias en Estados Unidos, la 

mayoría en comunidades negras o multirraciales. Trece de estos incendios han ocurrido 

en los meses de enero, alrededor del cumpleaños de Martin Luther King, la figura 

más destacada de los afroamericanos en Estados Unidos.

	Estos incendios no habían llamado la atención a la comunidad blanca y a los 

medios de comunicación hasta hace poco. Sin embargo, sólo en el último 

año y medio, más de 35 iglesias han sido dañadas o destruidas por 

incendios sospechosos, y seis personas han sido arrestadas. Es, pues, un fenómeno 

inocultable. Sea una conspiración organizada, sea racismo contagioso, los cristianos 

negros sufren una ola de persecución que les recuerda el horror y el temor de los 

días más oscuros de la violencia racial en Estados Unidos.

	Ese país se cuenta entre las naciones más religiosas del mundo y 

prácticamente todo el mundo dice creer en Dios. Por eso, quemar una iglesia es un gran 

sacrilegio. Especialmente los afroamericanos se distinguen por una larga y rica tradición 

cristiana que les ha fortalecido desde los tiempos de la esclavitud. Martin Luther King, pastor 

bautista, y otros líderes de las grandes campañas de derechos civiles de los 

años 50s y 60s se basaron en ellas para sus luchas. Las iglesias siempre han servido como 

centro de la comunidad afroamericana y son como una cuña de su vida social, de su lucha 

y resistencia. Por eso, muchos consideran estos incendios como una forma de terrorismo 

psicológico contra los negros. Se trata de un ataque al corazón de esta 

comunidad, a lo mas precioso y lo más propio.

	El racismo tiene raíces profundas en la sociedad norteamericana y se remonta a los 

siglos de la esclavitud, abolida sólo en el siglo pasado. Con frecuencia hay brotes de 

prejuicios, pero especialmente en tiempos de incertidumbre y de inseguridad económica. 

Entonces, la comunidad negra -como gente "diferente"- se convierte en chivo 

expiatorio de los problemas sociales. Ahora azota la inseguridad económica y los obreros 

han experimentado un descenso real del salario promedio durante más de 20 años. 

Por primera vez, los jóvenes de Estados Unidos no esperan vivir mejor que sus padres. 

Hay que cuestionar el sistema, pues el uno por ciento más rico es propietario de casi el 40 

por ciento de toda la riqueza del país, pero no se quiere hacerlo. Es más 

fácil descargar la cólera en un objetivo más débil y más 

visible: los negros. Una familia blanca tiene, de promedio, once veces más que una 

familia negra.

	¡Qué cruel paradoja echar la culpa a la víctima, sean los negros o los 

emigrantes. En el último año hemos visto las ola de persecución 

antiinmigrante en Estados Unidos, prejuicio fomentado, además, por los demagogos, 

como el gobernador Pete Wilson, quien, el año pasado, protagonizó la notoria 

"proposición 187" en California.

	De hecho, por la interposición de recursos legales, no se ha implementado esa 

proposición que pretende negar servicios sociales a los inmigrantes. Pero este proyecto 

de ley ha polarizado al estado de California y ha herido profundamente la sensibilidad de los 

latinos que viven en Estados Unidos. De la misma forma, los incendios de las iglesias negras han 

ofendido el sentido de dignidad de la comunidad negra a nivel nacional.

	Estos hechos nefastos han indignado a norteamericanos de todas las razas. Nunca han faltado 

quienes se solidarizaran con las víctimas de esta clase de barbarie. Blancos y de otras 

razas, cristianos y judíos, se han unido a sus hermanos negros en estos últimos 

meses para reconstruir los templos destruidos. Esta forma de solidaridad busca no sólo 

reconstruir las iglesias quemadas, sino sanar heridas y construir una comunidad multirracial, tan 

difícil en Estados Unidos. De hecho, en la lucha contra el racismo y su crueldad las 

iglesias han servido siempre como lugar de encuentro.



En recuadro



Tengo un sueño



He soñado que un día, sobre las colinas rojizas de Georgia, los hijos de los 

antiguos esclavos y los hijos de los que fueron sus amos, se sentarán juntos a la mesa de 

la fraternidad para compartir el mismo pan...



Queremos adelantar el advenimiento del día en el cual todos los hijos de Dios, los negros 

y los blancos, los judíos y los gentiles, los protestantes y los católicos, 

podrán cogerse de la mano y cantar la letra de este viejo cántico negro: 

"¡Libres al fin! ¡Damos gracias a Dios todopoderoso, al fin somos libres!".



Martin Luther King







Noticias eclesiales



	Violaciones de derechos humanos en América Latina. Amnistía 

Internacional ha denunciado que, en 1995, se han cometido violaciones a los derechos humanos 

con casi total impunidad en países como Colombia, Brasil o Chile. En al menos 

dieciséis países de la región se han producido ejecuciones extrajudiciales 

y "desapariciones". Colombia (con al menos un millar de ejecuciones y más 

de 150 desapariciones forzosas) y Brasil, con "centenares" de ejecuciones fuera de 

ley, encabezan la lista. En una veintena de países, la práctica totalidad del 

continente, se registraron casos de torturas. Perú y Cuba son especialmente citados por su 

elevado número de "presos de conciencia".



	La democracia en República Dominicana. El jesuita dominicano Jorge Cela, que 

trabaja en el Centro de Estudios Sociales "Juan Montalvo", afirma que "el 

fortalecimiento de la democracia dominicana, que es débil como todas las de 

América Latina, pasa por el fortalecimiento de la sociedad civil. Sólo cuando hay 

una base social con conciencia democrátrica se es capaz de exigir a los gobiernos y a los 

instituciones oficiales".

	En Santo Domingo hay más de 1,300 organizaciones populares de todo tipo 

-mujeres, de barrio, territoriales, de jóvenes- pero su dispersión y debilidad hace 

que apenas se les tenga en cuenta porque legalmente no existen. "Nuestra labor, indica 

Jorge Cela, es acompañar a estos grupos para que vayan adquiriendo un peso 

específico en el diálogo social que se está creando, que puedan aportar su 

opinión en los procesos de reforma, y que la Administración los 

reconozca".



	Protesta contra "la Escuela de las Américas". La Escuela de las 

Américas, desde su fundación en 1946, ha entrenado a militares 

latinoamericanos, entre otros a dictadores como Noriega y Hugo Banzer. Hace pocas semanas, 

trece ciudadanos estadounidenses han sido condenados por un tribunal de Georgia por violar una 

ley que impide pronunciarse políticamente en territorio de bases militares. En una de 

ellas reprodujeron en sociodrama el asesinato de los seis jesuitas de la UCA, de Julia Elba y 

Celina. Lo hicieron el 16 de noviembre de 1995, en el sexto aniversario. Con ello querían 

protestar contra el papel que ha jugado la Escuela de las Américas en la represión 

en El Salvador.

	El informe de la Comisión de la Verdad, en efecto, responsabiliza de estos asesinatos 

a oficiales entrenados en dicha escuela. Además, el informe añade que casi tres 

cuartas partes de los jefes militares implicados en otras siete masacres fueron también 

entrenados allí. En concreto, tres de los asesinos y violadores de las cuatro misioneras 

norteamericanas, en diciembre de 1980, fueron alumnos de esa Escuela.

	Entre los trece convictos se encuentran un sacerdote Maryknoll, dos jesuitas y una religiosa 

ursulina de 74 años. Las sentencias van de dos a seis meses de prisión. El Padre 

Bischel, citando los Hechos de los Apóstoles, dijo que, aunque los lleven a la 

cárcel, "no podemos dejar de aproclamar lo que hemos visto y oído". 

En medio de una gran ovación terminó con una oración pidiendo que un 

día el juez Elliot esté del lado "de las fuerzas de la luz y de la vida y no de 

las de la oscuridad y de la muerte".



	Obispo de San Marcos difamado por terratenientes. Monseñor Alvaro Ramazzini, 

obispo de San Marcos, Guatemala, está siendo hostigado y difamado por los terranientes 
por la defensa que hace de los campesinos. En concreto, el obispo ha defendido las luchas de los 

que quieren reinstalarse en la finca Los Cerros. Los campesinos piden que no se les trate como 

"invasores" pues han vivido allá muchos años, y muchos de ellos 

allá han nacido. Monseñor Ramazzini es conococido en las llamadas 

Comunidades de Población de Resistencia. Con frecuencia las ha visitado, a veces tras 

ataques aéreos y terrestes por parte del ejército.







Meditación sobre Jesús y el Espíritu (II) 



	Como cristianos es bueno y necesario apelar al Espíritu, siempre que sea el 

Espíritu de Jesús y no cualquier otro. Siempre que no lleve a negar la carne y la 

historia de Jesús, como ha sucedido con frecuencia, sino que empuje a su seguimiento. 

Por eso hablar del Espíritu es necesario, pero es tambien delicado y hasta peligroso. Y 

comencemos con los peligros.



	En la actualidad existe en muchas partes, ciertamente en países como El Salvador, 

con la proliferación de sectas evangélicas y de movimientos eclesiales afines, una 

tendencia a recalcar la importancia del Espíritu. Esa tendencia puede ser peligrosa por 

unilateral, y porque se puede contentar con explicitar al Espíritu en palabras, oraciones, 

cantos y liturgias. No es que esto no sea importante, sobre todo como correctivo a una fe y a una 

vida eclesial frías y aburridas. Pero debe ir acompañado del seguimiento de 

Jesús, de su encarnacion en los problemas del país y de su implicación en 

ellos.



Libertad y novedad



	Dicho esto digamos que el Espíritu de Jesús expresa dos cosas muy 

positivas, aunque también ambivalentes: la libertad y la novedad. "Donde 

está el Espíritu ahí esta la libertad", dice Pablo. "El 

Espíritu les introducirá en toda verdad", dice Juan. Pero esto hay que 

entenderlo bien.



	Por lo que toca a la libertad, ésta puede ser, como la libertad de Jesús, 

asumir personalmente y de forma humana nuestras opciones y prácticas, de modo que 

nada sea obstáculo para hacer el bien. Es la libertad de Jesús que da la vida sin 

que nadie se la quite. Es la libertad de Pablo que se esclaviza a todos para salvarlos a todos. Es la 

libertad de Monseñor Romero, libre para decir la verdad y desenmascarar la mentira, para 

ofrecer esperanza a los oprimidos y denunciar y exigir conversión, con total seriedad, a 

los opresores. Esta es la libertad que viene del Espíritu de Jesús.



	Pero hay que tener cuidado al hablar de libertad, pues ésta puede ser también 

mal usada, desnaturalizada. Esta libertad es "falsa" cuando se usa para liberarse de la 

responsabilidad hacia los demás, cuando es la vía hacia el egoísmo, a 

atesorar la libertad más como cosa mía y nuestra, que como lo que es para el bien 

de otros. Es "falsa" cuando se usa para salirse de la historia real, sus exigencias, sus 

riesgos, sus conflictos. Y es "falsa" por supuesto, cuando se transforma en libertad 

para engañar y encubrir, aunque se haga en nombre de la libertad de expresión, y 

cuando se usa para depredar, aunque se haga en nombre de la libertad de mercado, y cuando se 

usa para infantilizar, aunque se haga en nombre de la libertad de voto. Una libertad así 

entendida nos aparta del seguimiento de Jesús y llega a convertirse muchas veces en 

arma de sometimiento y opresión de los ricos contra los pobres, de los países 

poderosos contra los países oprimidos. Esta libertad no proviene del Espíritu de 

Jesús, sino que nos aparta de Jesús.



	Por lo que toca a la novedad que propicia el Espíritu, ésta es muy necesaria. 

No podemos vivir hoy, como cristianos, como si nada hubiese pasado en la Iglesia, como si el 

Vaticano II y Medellín no nos empujasen a la lucha por la juticia y la opción por 

los pobres (y no a que la Iglesia esté con los ricos), a la igualdad del pueblo de Dios 

dentro de la Iglesia (iguales son, en lo fundamental, teólogos y madres de familia, papas 

y sacristanes), al estudio de la palabra de Dios con la ayuda de las ciencias (sin infantilizar a los 

fieles con lecturas fundamentalistas). Bienvenido sea, pues, ese Espíritu que hace nuevas 

todas las cosas. Especialmente hoy, bienvenido sea el Espíritu de Dios que sigue 

apuntando a la utopía de los pobres: que es posible la vida, la dignidad y la fraternidad, el 

que nos sentemos juntos a una mesa con manteles largos para todos y que a nadie falte el 

conqué.



	Pero también hay que tener cuidado al hablar de la novedad del Espíritu, 

como si cualquier cosa rara y estrafalaria provenga de él. "Falsas" novedades 

pueden ser gritos histéricos, milagros supuestos, apariciones cada dos por tres, como si 

Dios no fuese el misterio santo que se hace presente en lo que todos pueden entender: el amor de 

una madre, la misericordia de grupos de solidaridad, la justicia de los profetas, y que se hace 

presente también, en forma escandalosa pero real, en el sufrimiento del pueblo, verdadero 

siervo sufriente de Jahvé. Y "falsas" novedades son, por supuesto, ofertas 

falaces que poco o nada tienen que ver con la fe cristiana: "hemos llegado al final de la 

historia", "la globalización es la solución". Sueños 

fantasmales anticristianos, gritos histéricos, la apoteosis de lo estrafalario no son la 

novedad del Espíritu de Dios.



Mons. Romero: "Ustedes, una Iglesia tan llena de Espíritu".



	El Espíritu, sí, por supuesto, como el gran don de Dios, pues es 

espíritu de verdad y de vida, de justicia y de paz. Pero sin hacer de él, un nombre 

mágico que en el fondo nos aleja del Jesús de Nazaret que caminaba por Galilea 

dando una esperanza a la gente, que se enfrentó con ricos, políticos y sus 

sacerdotes, y que no se detuvo hasta llegar a Jerusalén a decir la suprema verdad sobre 

Dios y la sociedad y ser ajusticiado por los líderes políticos y religiosos de su 

tiempo. Por ello, si se me permite la metáfora, el Espíritu puede ser como una 

vitamina fortificante, pero puede ser usado también como droga alienante. Y decimos 

esto porque de todo ello da buenas muestras la historia.



	Por ello, cuando hablaba del Espíritu, solía recalcar Ellacuría que se 

trata del "Espíritu de Jesús", y así, en la misma 

formulación introducía la dialéctica fundamental de la vida cristiana: 

"Espíritu" y "Jesús", "novedad" y 

"norma", "viento" y "cimiento". El Espíritu es la 

novedad que sopla donde quiere para que no se anguilose la Iglesia. Jesús sigue siendo la 

norma y el cimiento sobre el cual construir la Iglesia. Y es que, aunque disuene hablar de 

"norma" en una reflexión sobre el Espíritu, hay que recordar que en 

Jesús hay algo de norma suprema, de camino fundamental que hay que recorrer. Eso es lo 

que podemos llamar el "sentido común cristiano" y que en la 

tradición se llama sensus Christi. Eso es lo que hay que buscar y encontrar en 

Jesús.



	Monseñor Romero a los campesinos de Aguilares, aterrorizados por los asesinatos y 

aberraciones que había hecho el ejército durante un mes en el que el pueblo 

estuvo sitiado miliatarmente, les dijo estas palabras: "Ustedes son una Iglesia llena del 

Espíritu de Dios". No se refería Monseñor con estas palabras a 

cantos ni novenas al Espíritu Santo. Se refería a la fidelidad, hasta el 

heroísmo y el martirio, en el seguimiento de Jesús, en la fidelidad a los ideales de 

justicia y liberación, en la solidaridad de aquellos campesinos unos para con otros.

Jon Sobrino









Renuncia del Inspector General de la PNC, captura de estudiantes universitarios

y nueva amenaza terrorista





La renuncia de Víctor Valle



	El jueves 20 de junio, los medios de prensa del país informaron que el Inspector 

General de la Policía Nacional Civil (PNC), Víctor Manuel Valle, había 

presentado su renuncia al Presidente Armando Calderón Sol, a partir del primero de julio 

de 1996. La noticia no dejó de provocar una cierta reacción de sorpresa en 

distintos sectores de la vida nacional, sobre todo por el motivo aducido por Valle para retirarse 

del cargo, a saber: una presunta falta de respeto hacia su persona por parte del Subdirector de 

operaciones de la PNC, Rolando García

	 Los temores ante la renuncia de Valle pronto se hicieron sentir, especialmente porque con la 

misma estaba dejando el campo libre para quienes quieren hacer de la institución policial 

un lugar para sus fechorías. Y eso no podía dejar de ser preocupante, porque, en 

primer lugar, la PNC es una de las instancias más importantes formadas a raíz de 

los Acuerdos de Paz. Asimismo, sus responsabilidades en el mantenimiento de la seguridad 

ciudadana y el respeto de los derechos humanos son tan decisivas para el avance del proceso de 

democratización que no pueden ser socavadas por individuos o grupos que persiguen 

fines distintos e incluso opuestos a la naturaleza de la institución policial.

	Y, en segundo lugar, porque existen fuertes sospechas de que al interior de la PNC existen 

grupos e individuos no sólo proclives al crimen y a la delincuencia, sino con fuertes 

simpatías hacia el autoritarismo de derecha. Es decir, grupos e individuos con esquemas 

mentales y de comportamiento que los harían más candidatos idóneos 

para integrar los antiguos cuerpos de seguridad que para ser miembros de una institución 

diseñada para fortalecer un ordenamiento democrático.

	Combatir esas simpatías autoritarias y la proclividad al crimen y a la delincuencia al 

interior de la PNC es una tarea que no puede ser eludida por el Inspector General; pero ello 

requiere no sólo independencia, honestidad y valentía, sino un compromiso 

inclaudicable con los valores y reglas de la democracia. Víctor Valle ha demostrado no 

ser ajeno ni al espíritu de los Acuerdos de Paz ni a las exigencias de la democracia. 

Quizás ello explique las resistencias que ha encontrado en su desempeño al 

interior de la PNC. Con su renuncia, sin embargo, estaba facilitando las cosas a quienes le han 

entorpecido su trabajo y le han socavado su autoridad.

	Por todo eso, ha sido muy importante que el Inspector General haya reconsiderado su 

decisión; al parecer ha caído en las cuenta de las consecuencias nefastas que se 

pueden seguir de una inspectoría general en manos de alguien que se convierte en 

marioneta o cómplice de los desmanes de policías inescrupulosos. Pero no se 

trata de dejar todo en manos del Inspector General.

	Las instancias políticas del país -que dicen estar comprometidas con la 

democracia- deben dar un respaldo decidido a Valle no sólo en esta particular 

situación, sino en el desempeño cotidiano de sus funciones. También 

deben de hacerlo los grupos empresariales a quienes debe preocuparles que las bandas del crimen 

organizado y la competencia desleal de quienes viven de negocios ilícitos encuentren 

protección en la policía. Finalmente, el tener una inspectoría 

independiente y crítica es un asunto que debe preocupar al conjunto de la sociedad, la 

cual -a través de sus diversas organizaciones- debe apoyar el desempeño de Valle. 

El saneamiento, transparencia y legalidad de la PNC constituyen requisitos imprescindibles para 

hacer de esa institución un pilar de una sociedad mínimamente 

democrática. Es obligación de todos hacer resistencia a quienes quieren 

desvirtuar, con fines inconfesables, la naturaleza de la PNC.



Captura de estudiantes universitarios



	Cuando ya todo parecía apuntar a que la serie de atentados dinamiteros ocurridos en 

el mes de mayo hallaban su origen en los conflictos al interior del partido ARENA, gracias a la 

«providencial» declaración de dos testigos claves fueron arrestados cuatro estudiantes, en 

teoría integrantes de la denominada «Voz Popular Revolucionaria» (VPR), por su 

supuesta participación en los atentados en mención. Con la captura, al parecer 

quedaron dos cosas claras: la primera, que la Policía Nacional Civil estaba en la 

capacidad de descubrir y desmembrar a los grupos paramilitares con motivaciones 

políticas que operaban en el país (se demostraba que, pese a las críticas, 

la PNC sí operaba eficazmente al margen de los intereses políticos que pudieran 

estar involucrados); y, la segunda, que toda afirmación de una fractura en el partido 

ARENA, de cuya expresión serían los ataques en contra de las propiedades del ex 

presidente Cristiani, era totalmente falsa. La autoría de los atentados no sólo no 

era responsabilidad de sujetos pertenecientes a la «línea dura» del partido, sino que 

recaía en individuos que, desde la versión de la historia oficial, siempre 

habían estado interesados en destruir el proceso de transición democrática 

del país. La reputación e integridad del partido ARENA y de los que ahora 

gobiernan quedaba así salvada.

	Pero, si bien a los capturados pudo habérseles encontrado panfletos, material de 

guerra o cuestiones similares, de ello no se desprende que sean culpables de los que se le acusa, 

pues entonces todo salvadoreño que poseyera tales cosas podría ser acusado de 

estar vinculado con los atentados. Las pruebas que se presenten deberán ser más 

que circunstanciales para poder decir que se está procediendo objetivamente y no 

apresuradamente por las urgencias de encontrar respuestas fuera del partido ARENA.



Una nueva amenaza terrorista



	El proceso de transición salvadoreño es sumamente frágil e incierto. 

Esa fragilidad e incertidumbre cobran visos dramáticos cuando la amenaza del terrorismo 

de derecha vuelve a rondar la vida de personas comprometidas con el fortalecimiento de 

instituciones y prácticas democráticas. Así, el 26 de junio se hizo 

público un comunicado firmado por el grupo de extrema derecha «Fuerza Nacionalista 

-Mayor Roberto D'Aubuisson-» (FURODA) el cual, amparándose en las sombras de la 

clandestinidad, amenazó a varias personalidades democráticas del país, 

entre ellos a Mons. Gregorio Rosa Chávez, al P. Rodolfo Cardenal, a Francisco 

Elías Valencia y a Victoria Marina de Avilés.

	En la memoria colectiva de los salvadoreños todavía está fresco el 

recuerdo de los escuadrones de la muerte, los cuales hicieron del terror una profesión 

extremadamente eficaz para controlar la participación y el compromiso ciudadano con el 

cambio social. En el momento actual, el país requiere de voces críticas que 

tengan la honradez y la altura moral para señalar los obstáculos que se interponen 

en el avance de la transición. Son precisamente esas voces las que quieren ser silenciadas 

a partir de la estrategia del terror y las amenazas contra la propia vida e integridad personal.

	El terrorismo jamás ha contribuido y contribuirá al avance de la democracia. 

El terrorismo es la negación de la democracia, porque opera con mecanismos 

irracionalmente violentos. Desde este espacio de Carta a la Iglesias, expresamos nuestra condena 

más decidida a cualquier expresión de terrorismo que ponga en peligro la vida de 

personas valiosas e inocentes y que socave aún más nuestro proceso de 

transición. Asimismo, manifestamos nuestra solidaridad con los que han sido 

amenazados por el grupo terrorista FURODA y les animamos a no descansar en su compromiso 

por un El Salvador más democrático.