Logo UCA

Notas sobre los sucesos del domingo 9 de febrero

No se encontró categoría(s).
17/02/2020
Luis Antonio Monterrosa. Docente de la Maestría en Desarrollo Territorial.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El autor es docente   de la Maestría en Desarrollo   Territorial

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  1. No caer en maniqueísmos (este es el malo o aquellos los malos), sino identificar los grises, por el balance analítico en sí mismo, sino por la complejidad de los sucesos. Tampoco es útil limitarse al análisis de personas. Por supuesto Bukele es un actor protagónico, pero la realidad sociopolítica es más que mera actuación de protagonistas.
  2. Mirar los asuntos en un contexto más amplio que del mero autoritarismo, como si hubiese ya historia pre-escrita. Sin duda hay paralelismos con Weimarer Republik o con el fascere inmediato y pueden ser útiles como categorías comparativas, pero no definitivas
  3. El contexto es básicamente electoral. Los partidos están viendo ya las próximas elecciones municipales y legislativas (programadas para finales de febrero de 2021) y se trata de mostrar la inutilidad del actual sector legislativo, ligado a la corrupción, a la política tradicional que obstaculiza al Ejecutivo mientras este despliega su potencial autoritario por el que no habría que votar en 2021.

Habrá que dejar pasar unas semanas (y mirar una que otra encuesta) para ver quién ganaría esta jugada de ajedrez.

  1. Con sus tonos de grises, en su conjunto debe rechazarse por todos los medios y de parte de todos los sectores de la sociedad, la inclusión de la Policía Nacional Civil y de las Fuerzas Armadas en los asuntos directamente políticos. El actual director de la PNC viene del antiguo sector del Ejército y el Ministro de Defensa no destaca precisamente por su lucidez política. Sin duda, no ha poder político que se mantenga si no es apoyándose en las armas, pero abrir la Caja de Pandora en el ruedo político suele traer consecuencias inesperadas.
  2. Los polos son, por un lado, la exigencia del Ejecutivo en la aprobación de un préstamo por $109 millones y la renuencia de la Asamblea a hacerlo. El Ejecutivo ha optado por la presión en un intento por mostrar la celeridad de la Asamblea para atender los asuntos de seguridad. Ahí debe entenderse el gesto de retirar la protección policial a cada uno de los diputados, asunto por el cual varios acusaron al Bukele del lastimar sus derechos humanos al no garantizar su seguridad y la respuesta obvia del presidente: “los diputados reclaman por un día sin su seguridad y no pueden aprobar el préstamos destinado a garantizar la seguridad del pueblo salvadoreño”. A todas luces una probación fue la convocatoria extraordinaria de la Asamblea Plenaria planteada por el Ejecutivo, quien tiene la potestad de hacerlo para situaciones extraordinarias (y le pareció que garantizar la seguridad del país lo era), pero hacerlo un domingo por la tarde, cuando podría haberlo hecho para el lunes a las nueve la mañana, sin duda era una provocación evidente en la que los partidos representados en la Asamblea fácilmente cayeron.
  3. Por otro lado, el poder Legislativo está relativamente dividido entre trabajar colaborativamente con el Ejecutivo o más bien hacer la oposición a toda costa y lugar, una posición apreciada por ARENA y el FMLN (juntos hacen más que mayoría simple, pero no alcanzan la calificada), aunque hay diputados de ARENA disidentes. La lógica es que hacer quedar mal al Ejecutivo y mostrarse como una oposición en resistencia les puede ser redituable en las elecciones próximas. Sin embargo, la credibilidad de los diputados está por los suelos por los asuntos de corrupción e inoperancia política.
  4. Previsible ha sido y será el choque entre el poder legislativo y el ejecutivo, porque así está constituido el régimen republicano de control mutuo. El problema es que en una sociedad que se aprecia de autoritaria, no hay sujeto autoritario que guste de ser sometido por la autoridad…. Ni unos ni otros… y por tanto, suele ocurrir que los poderes recurren a otras instancias para dirimir las diferencias: la clásica es el poder judicial y de hecho, ya hay escritos que han recurrido para resolver el asunto. Otros poderes son el popular, para eso son las elecciones que suponen una movilización y que tarde o temprano previo a eventos electorales aparecen, y por supuesto, la carta de las fuerzas armadas. A ésta se recurren de diversas formas y con diverso alcance. Sin embargo, la presencia del Ejército el día del domingo en el recinto legislativo sobrepasa los niveles permisibles y debe ser rechazada de plano y sin discusión y como mínimo debería despedirse al Ministro de la Defensa por prestarse a dicho juego.
  5. Toda la puesta en escena creó un ambiente de suspenso de tal manera que, cuando Bukele se echa a orar en la Asamblea “para preguntar a Dios”, todo el mundo esperaba con el recinto lleno de soldados, que todo el movimiento era para declarar fuera de la ley a los diputados y cerrar la Asamblea seguida de una convocatoria más o menos temprana a elecciones (¿para qué si en menos de un año están previstas?) y sin embargo, no lo hizo. Algunos piensan que se arrepintió del intento en el último momento al no ver un mayor apoyo popular para tomarse la Asamblea (la verdad que estaba lleno), otros piensan que desde que bajó de la tarima hasta llegar a la Asamblea habrá recibido una llamada (¿de la oligarquía? ¿del embajador gringo?) y entonces se detuvo. En realidad, dejó a todo mundo esperando cuando dijo “paciencia”… a mi modo de ver fue todo un show muy bien montado o bien para sentar un antecedente (“les daremos ocho días para que aprueben el préstamo) o simplemente sumar puntos (si acaso no se revierte en su contra) por la paciencia demostrada.
  6. La línea de enfrentamiento es la del “nuevo orden político” vrs el “antiguo régimen” cada uno haciendo esfuerzos por sobrevivir. Un pasado caduco lleno de corrupción y renuncia de política seria para contentarse con las prebendas políticas enfrentado a un modo político de hacer ya “lo que no hicieron los mismos de siempre los últimos treinta años” que además sabe apropiarse del discurso de izquierda (“el pueblo unido jamás será vencido” decía Bukele el domingo) represento por una fracción de la oligarquía que tiene un carácter revolucionario en este contexto (recuérdese el perfil revolucionario de la burguesía europea frente al feudalismo) que corresponde a una élite aglutinada alrededor de descendientes de palestinos, cristianos o no, marginados del conjunto de la oligarquía tradicional, constituida fundamentalmente por descendientes de emigrados europeos.
  7. Sería un error tirar todo el acento sobre las sombras autoritarias de Bukele, porque termina por hacer de víctimas a los políticos de viejo cuño, como sería también un error en echar la culpa a la asamblea por no cumplir con sus atribuciones frente al exceso en el uso de la fuerza con la presencia del Ejército. Hay que reclamar la refundación de la política, pero desterrando toda forma de autoritarismo y sobre todo, desterrando toda presencia de las fuerzas armadas. Idealmente una tercera fuerza, con espíritu socrático e inspiración cristiana, como lo formulaba Ellacuría, debería ser la clave. Pero el movimiento social está fragmentado y disperso… mientras los demás creemos que somos los mesías salvadores de la situación con nuestra palabra o nuestro silencio.

                                                                                                                                                              10 febrero 2020

 

Imagen Botas  Karen Arnold en Pixabay

Imagen de Devanath en Pixabay

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

   

 

Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
Maestría en Desarrollo Territorial
Tel. 2210-6600 Ext.316
maestria.desarrolloterritorial@uca.edu.sv