Elba y Celina Ramos

Elba y Celina Mariset Ramos


Elba nació en el cantón Las Flores, jurisdicción de Santiago de María, el 5 de marzo de 1947. Su madre, Santos Ramos, era de Usulután y se dedicaba al negocio de las frutas. Su padre, cuyo nombre no aparece en la partida de nacimiento, era mandador de una finca de Usulután, llamada los Horcones.

A finales de la década de 1960 conoció a su esposo, con quien vivió hasta el 16 de noviembre de 1989. El era caporal de la hacienda El Paraíso, en Santa Tecla, y ella trabajaba como doméstica en San Salvador, pero en las temporadas de cortas de café pedía permiso y se iba a cortar café a dicha hacienda. Ella perteneció a la cuadrilla de la que su esposo era caporal. Cuando se juntaron, Elba se quedó en la casa. Vivieron en una hacienda de Walter Liebes y Cía., en Santa Tecla. El propietario de la hacienda los ayudaba económicamente. En 1970, Elba y su marido abandonaron la hacienda, cuando el propietario murió en uno de los primeros secuestros.

Su esposo encontró trabajo como vigilante en la hacienda Las Minas, en Jayaque. Podía sembrar maíz y frijoles. Elba lo ayudaba en la milpa, pero ya no iba a las cortas de café. Estando en Las Minas nació Celina Mariset, el 27 de febrero de 1973. Elba y su esposo ya habían tenido dos varones, pero el primero nació muerto y el otro murió poco después de haber nacido. En 1976, en Acajutla tuvieron otro varón, quien aún vive.

A principios de 1976 se trasladaron a Acajutla buscando mejor vida. El marido de Elba consiguió trabajo en los muelles del puerto; mientras tanto, ella se dedicó a vender frutas en una pequeña tienda en el barrio Los Coquitos, un poco alejado de la playa. En Acajutla vivieron en la casa del cuñado de Elba y , en realidad, se fueron para ese puerto porque la madre y la hermana de ella estaban ahí.

En 1979 dejaron Acajutla por la violencia. La actividad del puerto disminuyó considerablemente y el marido de Elba perdió su trabajo. Se trasladaron a la colonia Las Delicias, en Santa Tecla, donde alquilaron una pequeña casa, es decir, un cuarto con piso de tierra dividido por la mitad por una cortina. El marido de Elba, utilizando sus relaciones con administradores y mandadores, encontró trabajo como jardinero en una casa de la colonia San Francisco, en San Salvador. Pero en 1985, el marido de Elba se volvió a quedar sin trabajo porque la familia para la que trabajaba abandonó el país. Poco después se empleó como sereno nocturno de la colonia Acovit de Santa Tecla.

En ese mismo año de 1985, Elba comenzó a trabajar como cocinera del teologado de los jesuitas de Antiguo Cuscatlán. Consiguió este trabajo por medio de una señora encargada de cuidar el convento de la iglesia de Las Delicias. En 1989, su marido consiguió un nuevo trabajo como jardinero y vigilante de la nueva residencia universitaria . El P. Segundo Montes le ofreció el trabajo y una casa recién hecha, junto al muro de la avenida Einstein, para que atendiera el portón de la residencia. El marido de Elba y el P. Segundo Montes cuidaban de la huerta y de los árboles frutales.

Elba era una persona excepcional. Fiel, discreta, intuitiva y alegre. Sabía reconocer en la cara de los teólogos sus estados de ánimo. Sabía hablar bien cuando aconsejaba a los desanimados. Era muy sensible a las necesidades de los demás. Siempre estaba pendiente de los detalles. Era especialmente atenta con los familiares de los teólogos. Cuando éstos llegaban de visita los hacía sentirse cómodos y en confianza. Su risa alegraba la cocina del teologado.

Celina estudió los seis años de primaria en la escuela Luisa de Marillac, en Santa Tecla. El tercer ciclo lo hizo en el Instituto José Damián Villacorta, también en Santa Tecla. En 1989 terminó el primer año de bachillerato comercial en dicho instituto. Había obtenido una beca de mil colones junto con otras dos compañeras, pero debían obtener buenas calificaciones para seguir gozando de ella. Entonces dejó el equipo de basket y no entró en la banda de guerra del instituto, actividades que le atraían especialmente porque era muy activa. Por los estudios dejó la catequesis de Las Delicias. En realidad estaba preocupada por que había dejado dos materias pendientes. A los catorce años conoció a su novio, quien jugaba en el equipo de basket del instituto. Habían pensado casarse pronto, pero "dependiendo" de lo que dijera "la niña Elba". Pensaban comprometerse en diciembre.

El sábado 11 de noviembre, al comenzar la ofensiva, una patrulla del FMLN puso una bomba en el portón de la residencia universitaria para abrirlo. La familia de Elba vio desde dentro cuando ponían la bomba y cómo entraban al patio. La bomba quebró todos los vidrios de la casa. Como ya estaba oscuro y había comenzado la ofensiva, se quedaron tirados en el piso de la casa hasta la mañana del domingo. La noche de ese día no durmieron en la casa junto al portón porque tuvieron miedo. Durmieron en una pequeña sala que está entre el comedor y la sala de televisión de la residencia universitaria. El miércoles 15, Elba se llevó la ropa para el teologado por si no podían regresar por la tarde y tenían que quedarse a dormir ahí. Los teólogos les dijeron que se quedaran, pero ella no quiso porque no quería estar lejos de su esposo. Su fidelidad la llevó a la muerte a ella y a su hija.




Volver al Inicio