¡Siguen vivos!

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Margarita Moreno
18/11/2008

En la tarde del 15 de noviembre, cientos de personas, la mayoría de comunidades del interior del país, comenzaban a reunirse en el parqueo anexo del ICAS; los jóvenes colaboradores repartían las velas para la procesión; las palmas decoradas con flores de colores y los rostros de los mártires en las cruces ya estaban listos. A las seis, inició la procesión de farolitos con el denominado “rito del fuego”, realizado por el grupo de danza de la UCA y con el que se nos recuerda que los mártires son luz de esperanza. 

A partir de ahí, el fuego se esparció de farolito en farolito, de persona a persona, hasta iluminar como una sola luz la noche. Durante la procesión, los cantos y algunas cuñas de Radio YSUCA, que narran brevemente la vida de cada uno de los mártires, crearon el ambiente de reflexión y meditación propio de la actividad. 

Diversidad de rostros se observaban durante el recorrido: campesinos cuyos sombreros no ocultaban la humildad y honestidad de sus miradas; jóvenes de todas las clases sociales; niños y niñas; extranjeros que con sus cámaras fotográficas o de video buscaban capturar en imágenes la fidelidad de un pueblo que se niega a olvidar. 

“¡Que vivan los mártires de la UCA!”, coreaba con alegría la gente. Y es que, contrario a lo que muchos podrían creer, la conmemoración del aniversario de los mártires no es de luto o llanto, sino de agradecimiento y celebración por sus vidas. 

La procesión recorrió las calles aledañas al campus y luego entró a la Universidad para continuar la caminata sobre las alfombras, elaboradas por jóvenes que, mediante coloridos diseños, buscaron expresar el anhelo de justicia, igualdad e inclusión para todos en la sociedad.

Irónicamente, los pies de la gente caminaron lentamente sobre la misma calle que hace diecinueve años utilizó el Batallón Atlacatl para llegar al lugar donde cometería su horrendo crimen. La diferencia es que los pasos de los militares llevaron muerte y dolor, y los de ahora llevaban vida y esperanza. 

Cuando la procesión retornó al parqueo anexo del ICAS, comenzó la celebración de la eucaristía, presidida por el P. José María Tojeira, rector de la Universidad, y concelebrada por más de treinta sacerdotes. En la misa, el Coro de los Mártires animó con sus cantos, y miembros de la comunidad universitaria participaron en las lecturas y en la entrega de ofrendas. 

Durante la homilía, el P. Tojeira recordó la misión de la Universidad, “el cambio social”, y habló sobre las desigualdades que aún persisten en nuestra sociedad y que son la causa de una exclusión que afecta a cientos de miles de salvadoreños. “Cuando decimos que hay exclusión en el país, estamos hablando no solo de injusticias (…) sino denunciando además la hipocresía permanente de tantas instituciones que hablan de democracia y desarrollo, mientras excluyen a la gente digna de los bienes, del desarrollo y de la democracia. La exclusión en El Salvador está, de muchas maneras, invisibilizada. Se nos habla siempre de los triunfadores y se nos olvida no solo el dolor de los pobres, sino la propia existencia de ellos”. 

Asimismo, reflexionó sobre la vida de los mártires y sobre sus anhelos de paz e igualdad, que siempre guiaron sus caminos. “En esta fiesta martirial (…) recordamos a ocho esforzadas personas que se entregaron a construir paz donde había guerra; a proteger y defender la vida humana, donde la vida de los pobres se trataba como si fuera basura; y las festejamos no para compensar un pasado doloroso, sino porque vemos en su sacrificio, en su libertad y en su coraje amoroso una prueba de que se acerca el año de gracia del Señor”. 

Luego de la celebración litúrgica, se pasó al acto cultural, en el cual participaron grupos como Ensamble, Sierra Madre y Exceso de Equipaje, entre otros. La vigilia continuó hasta la madrugada del 16 de noviembre. Bajo el mismo cielo que arropó a los mártires en su muerte, miles de personas actualizaron sus voces y mensajes. Cada rostro, oración, recuerdo, alfombra, conferencia y acto cultural fue recordatorio de que si bien pudieron matar sus cuerpos, no lo hicieron con sus ideas ni su legado. Los mártires siguen y seguirán vivos.

En una misa muy solemne, más de 30 sacerdotes oficiaron la ceremonia (Foto: Dirección de Comunicaciones y Publicaciones, 15/11/2008).




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 Comentario
Los felicito por haber realizado una actividad de esa índole como lo es "El Aniversario de los Mártires de la Uca", creo que debemos seguir luchando para que este crimen de estas inocentes personas se esclaresca, recordemos incluso las palabras de Monseñor Romero "La voz de los sin voz" y eso eran también los Mártires, y creo que eso los caracteriza a los Jesuitas de luchar por el bienestar de los pobres y de igual manera por sus derechos. Felicidades por esa información, está EXCELENTE...
Eliú Calderón