Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

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Un jefe metódico, trabajador y afable


De quien más memorias tengo es del padre Ellacuría, porque trabajaba con él. Pero fui muy dichosa, pues pude convivir un poco con todos los mártires. Recuerdo que en diciembre el padre Ellacuría se ausentaba por un tiempo para ir a trabajar con el filósofo Xavier Zubiri. De hecho, el libro El hombre y Dios, uno de los escritos de Zubiri, yo lo terminé de pasar a máquina. Él [Ellacuría] era bien exigente con el trabajo, y se preocupaba mucho de que utilizáramos bien el tiempo y que siempre tuviéramos trabajo. Entonces, cuando él se iba venía el padre Montes y me decía riendo: “Hoy estás de vacaciones”. Pero no había tales vacaciones: siempre me dejaba terminar de transcribir libros y textos, me dejaba todo señalado. El padre Ellacuría era una persona muy trabajadora, muy obsesivo con su trabajo; era el primero en estar en la oficina y el último en irse. Sólo rompía esa rutina para jugar frontón, los martes y los jueves, con el padre Amando, el padre Montes y el padre Nacho. O cuando estaban los mundiales de fútbol, él se escabullía para ver los partidos. Cualquiera podía decir que Ellacuría era muy seco o muy parco, pero yo tuve la oportunidad de conocer una faceta que mostraba todo lo contrario. Recuerdo que, a principios del 89, la que en aquellos días era su asistente pasó a otra oficina. Entonces nos quedamos sólo él y yo en Rectoría. El primer día de eso, él se acercó a mi oficina y me dijo: “Ahora tendré que darle palabra, porque está sola y no puede estar sin hablar con nadie”. Y efectivamente, desde esa vez salía todos los días un rato a conversar conmigo.

Rosario Mira, secretaria del P. Ignacio Ellacuría de 1979 a 1989. Actualmente es asistente administrativa de Rectoría.