“El Gobierno de la República condenó el atentado y culpó a terroristas que ‘únicamente buscan la escalada de la violencia’” (La Prensa Gráfica, 17 de noviembre de 1989).
En la noticia del asesinato de los seis jesuitas y sus dos colaboradoras, se destacan las palabras de monseñor Rivera sobre la masacre: “Que este sacrificio signifique el fin de esta violencia y que de ninguna manera pueda ser pretexto para que (…) continúe. Si continúa (…), la muerte arrasará con muchos, especialmente con aquellos que son más útiles para la vida de nuestro pueblo” (Diario Latino, 16 de noviembre de 1989).
Noticia sobre la masacre en la UCA: “Algunas fuentes culpan del hecho a comandos terroristas que pretenden provocar un ‘chamorrazo’ en El Salvador, atacando a militantes y pensadores de izquierda” (El Diario de Hoy, 17 de noviembre de 1989).
De la misa de cuerpo presente y del entierro, el Diario Latino destaca las palabras de José María Tojeira, entonces provincial de la Compañía de Jesús para Centroamérica: “No han matado a la Compañía de Jesús ni han matado a la UCA. El testimonio de verdad sigue” (Diario Latino, 20 de noviembre de 1989).
Fotografía de la misa de cuerpo presente de los seis jesuitas asesinados (La Prensa Gráfica, 20 de noviembre de 1989).
Cuerpo diplomático presente en la misa de cuerpo presente de los jesuitas (Diario Latino, 20 de noviembre de 1989).
Féretros trasladados de la capilla de la UCA para el entierro (Diario Latino, 20 de noviembre de 1989).
En esta nota se relata que el Gobierno salvadoreño solicitó ayuda a Estados Unidos, Inglaterra y España para las investigaciones del asesinato de los jesuitas. Incluso, se confirma el apoyo del FBI. Al respecto, Alfredo Cristiani declaró: “Vamos a perseguir a este grupo de asesinos para que todo el peso de la ley caiga sobre ellos” (La Prensa Gráfica, 20 de noviembre de 1989).
Invitación a la misa de novenario de los mártires de la UCA (La Prensa Gráfica, 24 de noviembre de 1989).
Noticia sobre Lucía Barrera Cerna, testigo de la masacre en la UCA, en la que se reporta que ella está en Miami (EE. UU.), protegida por el FBI (Diario Latino, 25 de noviembre de 1989).